Actuar como una líder, perseverar, proyectar una imagen de convicción y autoridad, en definitiva, no solo valer sino creerte que vales, son algunos de los pasos que han seguido las mujeres que han alcanzado puestos de responsabilidad en mercados tan eminentemente masculinos como el de las TIC. Sin embargo, “a veces resulta agotadora la presión que nos ponemos las mujeres por demostrar más que nadie que merecemos estar donde estamos”, expresaron algunas de las asistentes al VI Encuentro de Mujeres Directivas de Computing; celebrado tan solo una semana después de las masivas movilizaciones feministas celebradas el 8 de marzo.
“Es agotadora la presión que nos ponemos nosotras mismas por demostrar más que nadie”
“Confiar en nuestras capacidades y no amilanarnos” es uno de los requisitos indispensables que nombraron las ejecutivas para escalar en el mundo laboral, no obstante, “esto no está reñido con desarrollar nuestra parte humana en el trabajo, algo indispensable para ser una buena dirigente, sobre todo, cuando coordinas equipos de gente”. Las ejecutivas reconocieron que aún siguen afianzados ciertos clichés como “que ser decidido y con dotes de liderazgo” son cualidades percibidas positivamente en el caso de los hombres y, muchas veces, no tan positivamente en las mujeres. “¡Qué mala!”, confesaron las participantes que habían tenido que escuchar en alguna ocasión al mostrarse con actitud determinante en su trabajo.
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La maternidad, ¿el fin de la escalada profesional?
Son de sobra conocidas las “preguntas sexistas” que algunas mujeres han tenido que escuchar en ciertas compañías a la hora de acudir a una entrevista de trabajo: “¿tiene pensado quedar- se embarazada?, ¿planea formar una familia próximamente?”. La posible maternidad parece ser un factor a tener en cuenta por parte de las empresas a la hora de contratar a una mujer. Pero este temor no tiene su base únicamente en la consabida baja de maternidad, sino en que “nuestra estructura social da por hecho que el peso familiar recae encima de la mujer en mucha mayor medida que en el hombre”. Por este motivo, en el encuentro reivindicaron la necesidad de realizar una “conciliación sin género”, por la que el hombre no sea la persona “que ayuda en casa”, sino la que “es tan responsable de los hijos y de las tareas domésticas como la mujer”. De hecho, muchas de las participantes confesaron que, “con la ampliación de la baja por paternidad y una conciliación justa”, las anteriores son “preguntas que se deberían hacer tanto a hombres como a mujeres, en el caso de hacerse”.