El puzzle del e-commerce toma forma

La cotidianidad laboral ya no es lo que era. La tecnología e Internet han revolucionado los procesos y las estrategias empresariales y esto se traduce entre otras cosas en la consolidación de modalidades de negocio como el comercio electrónico.

Publicado el 21 Abr 2005

La tarea de “evangelizar” en materia de la incorporación de las TIC en los procesos de negocio, la conexión a Internet como herramienta para acceder a un mercado cada vez más globalizado o la adopción del comercio electrónico como alternativa al comercio, continua siendo ardua a pesar de los esfuerzos que se están haciendo tanto desde el ámbito público como desde el privado.

Sin embargo, no llueve sobre mojado y, una vez que se ha asimilado la importancia que tienen las TIC, parece que tanto el tejido empresarial español, así como el conjunto de la sociedad en general, se están desperezando y comienzan a ser más firmes en sus propósitos de llevar a cabo iniciativas que nos ponen en la correcta senda de la Sociedad de la Información y del Conocimiento. Perspectivas más claras y objetivos tangibles y bien definidos llevan a las empresas a diseñar estrategias relacionadas con el e-commerce, modalidad que tanto en su versión B2B como B2C, experimenta un ritmo de evolución dispar en España dependiendo del sector de actividad.

No obstante, y a pesar de que nuestro país se sitúa dentro de los parámetros medios en cuanto a equipamiento tecnológico y de que se aprecia un asentamiento del e-commerce -sobre todo a nivel de transacciones entre empresas (B2B)-, todavía sacamos poco rendimiento a las nuevas tecnologías, lo que nos coloca en el vagón de cola si nos comparamos con algunos de nuestros vecinos de Europa, quienes ya cambiaron de mentalidad y han superado el miedo y la desconfianza en las nuevas tecnologías y avanzan con paso firme hacia la Sociedad de la Información.

Así y en espera de que se den a conocer los datos correspondientes a 2004, un estudio del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Asociación de Comercio Electrónico (AECE), en el que se investiga el uso de las TIC y el e-commerce en el tejido empresarial español, y que hace referencia al año 2003, pone de manifiesto que el 96,5 por ciento de las empresas cuenta con equipamiento informático y el 87,4 por ciento de las corporaciones de 10 o más trabajadores disponía de conexión a la Red, es decir, un 5,8 por ciento más que en 2002. De éstas, el 81,2 por ciento se decantó por las conexiones de banda ancha, predominando las del tipo xDSL en el 78,3 por ciento de los casos. Por su parte, de aquellas firmas que tienen website, hecho que no significa que en su actividad se incluyan iniciativas de comercio electrónico, un escaso 45,5 por ciento lo emplean para comercializar sus productos. Asimismo, de ese 87,4 por ciento de firmas conectadas a Internet sólo el 1,7 por ciento de las mismas lo utilizó como medio para vender.

A pesar de esto, en 2003 se apreció un aumento en las ventas on line del 33 por ciento con respecto al año anterior, llegando a generarse un volumen de negocio de 33.307 millones de euros frente a los 3.753 millones de 2002. Si se desglosa esta cantidad, la proporción de ventas que corresponde al B2B y al B2C sería del 84,4 y 15,6 por ciento, respectivamente. Así, se aprecia un cambio de mentalidad y una mayor confianza por parte del usuario final a la hora de comprar por Internet. En el caso del B2C, éste generó 1.530 millones de euros en 2003 en nuestro país, lo que significa que el 11 por ciento de los internautas compraron on line, de acuerdo con el informe eEspaña de la Fundación Auna, mientras que para AECE el porcentaje se sitúa en el 23 por ciento.

Pero una vez más estas cantidades siguen estando por debajo de otros países de la UE, como es el caso de Reino Unido y Alemania, con ratios del 39 y 28 por ciento, respectivamente. Mientras tanto, en 2004 el estudio B2C realizado conjuntamente por de AECE-FECEMD y Red.es apunta que se ha producido un crecimiento de 2,6 puntos porcentuales hasta el 9,9 por ciento en el número de españoles que decidió comprar por Internet, (lo que se traduce en el 23 por ciento de los internautas antes mencionado) ratio todavía lejano del 16 por ciento de la media europea, según el Eurobarómetro.

Todo esto hace suponer que cada vez las empresas son más conscientes de las ventajas de esta alternativa de negocio, mientras que el 91 por ciento de las organizaciones prefiere usar la Red para obtener servicios bancarios y financieros; el 45 por ciento para estudiar el comportamiento del mercado; y el 57,7 por ciento como medio para interactuar con la Administración Pública.

Sólo una de cada veinte empresas de menos de diez trabajadores realizaba actividades de e-commerce empresarial (B2B) en sus procesos de negocio a finales de 2003, porcentaje que se incrementa hasta el 14 por ciento en el caso de las compañías de entre 10 y 19 empleados. Estas son otras de las conclusiones que se extraen del “Estudio sobre la aplicación del comercio electrónico B2B en las pymes españolas”, realizado por AECE, del que también se desprende que el 14 por ciento de las micropymes nacionales, aquellas que emplean a menos de diez personas, compra por Internet. Este porcentaje se reduce escasamente a la mitad en el caso de aquellas que utilizan la red de redes como alternativa para vender.

Otro de los síntomas en los que se aprecia que el usuario del e-commerce va madurando es en el pago con tarjeta de crédito, ya que los españoles destinaron 105 millones de euros en operaciones on line durante los primeros seis meses de 2004, lo que supone un 118 por ciento más que en el mismo período de 2003, tal y como revela Visa, que advierte que el turismo y el ocio y entretenimiento fueron los sectores que mayor volumen de negocio generaron.

Los argumentos que esgrimen son: el ahorro de costes y el tiempo de aprovisionamiento, así como la mejora del servicio a sus clientes, con ratios del 53 y 45 por ciento, respectivamente. Asimismo, otros beneficios que se encuentran en el B2B hacen referencia a la posibilidad de comparación de precios, control de stocks, facilidad para lograr información tanto de clientes como de proveedores, así como una sensible reducción de los gastos de administración y gestión, entre otros.

Por el contrario, el desconocimiento del enorme potencial que ofrece el e-commerce es la principal barrera a salvar por las pymes a la hora de incorporar las TI a sus procesos empresariales. Otros aspectos que lastran el despegue definitivo guardan relación con la seguridad, ya que según la CECU sólo una de cada 20 empresas respeta los derechos de los clientes en el comercio on line; la desconfianza en el sistema de pago; el miedo a proporcionar los datos personales; la falta de información o la garantía de los servicios.

De todo esto podría decirse que en España el comercio electrónico, aunque lento, avanza con paso firme y que se está posicionando como otra alternativa que cada vez más empresas tienen en cuenta a la hora de diseñar sus estrategias de negocio. De hecho, si en 2003 el 23,5 por ciento de las organizaciones nacionales se decantó por la utilización del e-commerce, lo que supone tres puntos más que el año anterior, acercándose así más a la media europea, las previsiones de que el ritmo de crecimiento continúe al alza son cada vez mayores. Así, de acuerdo con el informe “The e-readiness rankings”, elaborado por The Economist Intelligence Unit en colaboración con IBM, correspondiente a 2004, España detenta el puesto 21 del ranking de 64 países en cuanto al aprovechamiento de las oportunidades que brinda Internet, es decir, dos lugares por encima de la posición que ocupaba en 2003; mientras que ostenta el lugar 18 respecto al nivel de adopción de las prácticas de e-business por consumidores y empresas, aunque desciende hasta el 22 en el uso que podrían hacer las empresas de los servicios e-business disponibles actualmente en el mercado. Por su parte, Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia, son los países que ocupan los primeros puestos de la lista, desplazando de los mismos el pasado año a EE.UU, Australia y Canadá.

Otra modalidad de e-commerce que cada vez está teniendo mayor aceptación en España es la realizada a través de los dispositivos móviles con conexión a Internet, m-commerce, que ya en 2003 facturó 28 millones de euros.

En general, la divulgación de la banda ancha, el crecimiento del número de internautas, la positiva acogida de los certificados digitales, así como de la facturación electrónica, y la mejora de la seguridad de las transacciones on line, son algunas de las razones que han favorecido el aumento del volumen de ventas por Internet, que en 2004 creció un 119 por ciento a nivel europeo, según afirma Tradedoubler.

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Redacción Computing

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