El laurel del CIO

El CIO da muestras de optimismo. Es una buena noticia en puertas de otro año que se presenta crucial en el devenir del sector que representa. Computing ha sido testigo de esta visión en un encuentro que ha organizado con varios de estos directivos y la percepción inequívoca es que los presupuestos no menguarán, los proyectos y la innovación serán argumentos para el desarrollo del negocio y el protagonismo del responsable de tecnología se asentará en el seno de las organizaciones. Hasta la fecha mucho se ha escrito sobre el papel de este directivo y su implicación en la toma de decisiones de las empresas; aderezado por una situación de crisis que le ha dejado en ocasiones con las manos atadas y sin posibilidad de maniobrar. Por eso, vislumbrar un futuro a corto plazo más esperanzador revive la ilusión para el empuje de las TIC. Argumenta el CIO que es el propio negocio quien demanda con mayor profusión iniciativas ligadas a la informática en sí misma con las miras puestas en la eficiencia y productividad; es cierto que a muchos de ellos ya no se le escapan ‘palabros’ como Smartphone, Cloud Computing, Big Data o BYOD, consciente de sus cualidades y del provecho que aportan. Como aseveraba uno de los CIO con el que tuvimos ocasión de coincidir, “hemos pasado de ser un mero gestor de infraestructuras y sistemas a ocuparnos de prácticamente todo en la organización”. No sé si esta afirmación se cumple al pie de la letra en toda su extensión, pero lo que sí da a entender es el proceso de transformación que vive el director de Informática, porque si bien es cierto que muchos de ellos ya acometían estas funciones, es un hecho que se ha ido sistematizando. Pero ¿todo CIO estará como pez en el agua dentro del terreno que tiene que pisar? Habrá de todo, ya que quiera o no tendrá que adaptarse, ser más estratégico y dar servicios de valor, y quizás todos no estén dispuestos o preparados para ello. Y quiero recelar finalmente en un aspecto y es ese que habla del apoyo de la dirección general. Tengo mis dudas de que sea así en muchas firmas. A veces se olvida que aún perviven íderes de organizaciones que ni saben lo que hace el CIO ni lo pretenden y que dan su conveniencia a un proyecto determinado según se ajuste a su presupuesto. Su objetivo, que le funcione el email y el smartphone… y poco más.