Muchas empresas se encuentran en plena carrera para adecuar sus negocios al mundo digital. Está de moda hablar de social media, redes sociales, estrategia digital, marketing online,…. pero ¿quién organiza y supervisa toda esta actividad en la empresa?: el Chief Digital Officer (CDO). ¿Supone esta nueva figura una amenaza para los CIOs? ¿Verán recortadas sus funciones?
Las empresas emplean cada vez más los medios digitales (Internet, movilidad, analytics, social media…) para fidelizar y atraer a más clientes. Este hecho ha provocado un cambio en los perfiles “tradicionales” de gestión y el surgimiento de otros nuevos entre los que destaca el Chief Digital Officer (CDO), un alto ejecutivo/a que se perfila como una figura clave en el nuevo entorno digital. La consultora Gartner afirma que el 25% de las organizaciones tendrá un CDO en 2015.
La función del CDO será analizar, evaluar e implementar todo lo relativo a lo digital en la organización. No se trata de ser un Director de Marketing ni tampoco un CIO ya que su responsabilidad no es dirigir la estrategia comercial o mejorar el rendimiento a través de la tecnología, sino liderar el proceso de digitalización de la empresa.
¿Cómo afectará esta situación a los CIOs? Los Directores de Sistemas pueden ver la llegada del CDO como una amenaza o bien pensar que esta situación no va con ellos y que podrán sobrevivir como ya lo han hecho otras veces. En cualquier caso, se trata de un error ponerse a la defensiva u obstaculizar la evolución digital. La historia pasada demuestra que el rol del CDO puede ser transitorio y que, cuando la “explosión” digital se haya calmado, es posible que los Directores de Sistemas recuperen de nuevo su posición. A finales de los 90, surgieron los responsables de e-Business para liderar todos los cambios que traía los nuevos modelos de negocio basados en la red. En aquel momento, muchos CIO temieron por sus puestos; sin embargo, cuando internet y el e-commerce se convirtieron en “business as usual”, estas figuran desaparecieron y sus funciones se distribuyeron entre los Directores de Sistemas y las áreas de Negocio.
El ascenso de las tecnologías digitales está propiciando que esta situación se vuelva a repetir. La historia nos enseña que estos roles transitorios sólo aparecen cuando los CEO pretenden hacer grandes cambios disruptivos en cortos espacios de tiempo. ¿Sucederá esto con los CDO? Es pronto para decir algo. Lo que parece estar claro es que el Director Digital, a corto y medio plazo, reducirá la influencia de los CIO, CMO y otros ejecutivos de negocios ya que implantarán nuevas estrategias y modelos en la empresa que provocarán un cambio de estructuras y responsabilidades. A largo plazo (más de 5 años), y una vez hecho su trabajo, es posible que sus funciones se diluyan entre los roles “más tradicionales” como el CIO o el CMO. En este sentido, los líderes digitales serán transitorios como lo fueron los responsables de e-Business antes de ellos.
Sin embargo, durante esta coexistencia, los CIO no podrán limitarse a ser meros “controladores de coste” o “proveedores de tecnología” sino que, para sobrevivir, deberán evolucionar hasta convertirse en auténticos partners de negocio. ¿Están los Directores de TI preparados para ello? Una reciente encuesta realizada por Gartner revela que al 51 % les preocupa esta situación y la rapidez con la que acontecen los cambios, mientras que el 42 % reconoce no disponer, entre el personal a su cargo, del talento necesario para hacer frente al futuro digital.
Ante esta situación, la supervivencia de los CIO dependerá de su capacidad para salir de su zona tradicional de confort “tecnológico” y prepararse para asumir nuevas responsabilidades y funciones con una mayor orientación al “front-office”. Esto implicará:
- Adquirir nuevas capacidades y conocimientos relacionados con el mundo digital (Cloud Computing, Big Data, Movilidad, Social Media, Seguridad, etc.) a la vez que lideran equipos multidisciplinares en diferentes localizaciones y responden a las demandas crecientes de unos empleados y usuarios cada vez más digitales.
- Ser innovadores y trabajar junto a negocio; actuando como brokers entre las pretensiones de los usuarios, y lo que es viable técnica y económicamente.
- Orientarse más a la Información y menos a la Tecnología, de forma que puedan adelantarse a las necesidades de negocio y asegurar que la tecnología sea un “impulsor” para el cumplimiento de los objetivos estratégicos.
- Delegar las funciones más técnicas al CTO (Chief Technology Officer). La preocupación del CIO debe estar en la información y su impacto en negocio. Las responsabilidades del CTO se orientan a la tecnología y a su aprovechamiento efectivo y eficiente en su apoyo a negocio.
- Aprovechar las nuevas herramientas y tecnologías digitales para mejorar los modelos de negocio. De esta manera, potenciarán la capacidad de la organización para generar ventajas competitivas.
En definitiva, lo que parece confirmarse es la necesidad de la función del Chief Digital Officer como figura clave para que las empresas puedan adaptar su estrategia al nuevo entorno digital. Si su estancia va a ser transitoria o no dependerá de cómo evolucione la tecnología y el mercado. Independiente de esta circunstancia, el CIO seguirá existiendo con sus funciones tradicionales, sin embargo aquellos Directores de Sistemas dispuestos a evolucionar tendrán más posibilidades de salir airosos de este desafío y sobrevivir a la inminente llegada del CDO.