Rafael Abreu marca una línea estratégica de Bergé y Compañía que se encamina hacia la transformación y la innovación, y que reconoce el valor que aporta la tecnología a la organización. A su vez, entiende que el CIO debe desplegar un discurso de valor para el negocio. De cara a 2022, el esfuerzo estará centrado en iniciativas de marketing digital y CRM, datos y analítica, IoT y ciberseguridad.
¿Después de desempeñar el cargo de CIO en Bergé durante 12 años, qué supone pasar a liderar la dirección de Proyectos Estratégicos de la compañía?
R. A.: Creo que ha sido un paso bastante natural desde el punto de vista de la evolución de la propia compañía, mi trayectoria y aportación profesional. Debe entenderse que Bergé y Compañía es la matriz de dos negocios, Astara y Bergé, que son al mismo tiempo autónomos y muy distintos entre sí.
Nos encontrábamos en el inicio de un nuevo ciclo en el que queríamos dar prioridad al crecimiento de nuestros negocios, a su transformación y a la innovación. En ese contexto decidimos acometer cambios en la forma en que nos organizábamos y, como parte de todo ello, entendimos que la tecnología debía estar lo más cercana posible a la estrategia de cada uno de ellos y que, en consecuencia, debía estar integrada en sus propias estructuras y gobernada desde sus respectivos consejos de administración.
Desde esta nueva posición tengo la responsabilidad de apoyar a Bergé y Compañía en el gobierno de la tecnología y de apoyar a nuestros negocios en la movilización y ejecución de cuantos proyectos sean identificados como relevantes.
¿Considera que es, además, un reconocimiento a su labor en el área de Sistemas de Información y de Transformación Digital?
R. A.: Tras muchos años impulsando la evolución tecnológica en la compañía creo que hemos conseguido ese punto de madurez en el que nuestros equipos han identificado con claridad el valor que puede aportar. Ha supuesto dar un paso más, de manera que sigo traccionando la tecnología desde una perspectiva más estratégica.
Los CIO debemos tener un rol relevante, dar un paso adelante para ser más visibles y hacer una labor de evangelización
Se habla mucho del papel del CIO. ¿Su ejemplo significa que es un rol ya totalmente considerado dentro de las organizaciones?
R. A.: Cada compañía, cada industria y cada situación concreta es distinta. Hace poco leía a un importante directivo del mundo de los servicios tecnológicos afirmando que “el departamento de TI escala puestos en la cadena de valor de las compañías”. Yo creo que efectivamente es así y es algo que responde a diversos factores. Entre ellos, me parece relevante, de un lado, la aceleración de los cambios habilitados por la evolución tecnológica, en ocasiones disrupción, que estamos viendo en todos los sectores. Dejando de lado los plazos y velocidades, pocas industrias y empresas quedarán que no reconozcan esta realidad. De otro, es muy importante la evolución de las personas que ocupan los puestos directivos de las compañías y, de entre ellos, merece la pena destacar la evolución de los perfiles de los CIO, cada vez más orientados a la generación de valor, que hoy vemos en las principales compañías en España y en el mundo.