Vivimos en un entorno de continua transformación en el que las compañías líderes digitales han sabido evolucionar sus modelos de trabajo hacia un entorno digital. Estas empresas orientan permanentemente a su equipo humano hacia actividades más estratégicas utilizando la información y la tecnología para agilizar la toma de decisiones y generar una mayor proximidad al cliente; promoviendo una cultura corporativa basada en la innovación; y creando una estructura organizativa y de gobierno que elimina las tradicionales barreras departamentales.
La transformación no es solo un proyecto, implica un cambio fundamental en el ADN de la organización y requiere repensar cómo se están llevando a cabo todas las actividades de la compañía, incluyendo cómo se escucha a los clientes, cómo se innova, cómo se colabora con los socios y cómo se ofrecen nuevos productos y servicios.
Se trata de transformar e impulsar el cambio en todos los ámbitos de la compañía, desde los canales front-end de los clientes hasta los procesos back-end y la cadena de suministro. El objetivo final es permitir que una organización se convierta en un líder de innovación ágil para responder mejor a la evolución de la demanda en un mercado cada vez más dinámico y evolucionado. Esto supone un cambio enorme y fundamental que no tiene un claro inicio ni fin, se lleva a cabo continuamente para adaptarse a los impulsores del mercado y a las expectativas de clientes, socios y ciudadanos en general. Para lograr este objetivo con éxito, es necesaria una estrategia corporativa holística de cambio: una que ayude a una organización a convertirse en ágil e impulsar el cambio al ritmo y escala adecuados.
Encontrar evidencias financieras que apoyen el incremento del valor para el accionista de estas inversiones ha sido difícil. El mercado está lleno de ejemplos de fracaso de iniciativas de transformación digital: aquellas que se enfocaron demasiado en tecnología, aquellas que ignoraron la importancia de la organización y el cambio cultural, y las que se centraron en la próxima novedad (producto o servicio) solo para descubrir que ahora necesitan una novedad más.
Estrategia empresarial digital
Actualmente, son pocas las organizaciones que han implementado una estrategia empresarial digital produciendo resultados (un 10% según CGI Client Global Insights 2019 donde fueron entrevistados más de 1.550 ejecutivos). Para validar el impacto de un modelo operacional ágil en este tipo de estrategias digitales, hemos considerado aquellas empresas líderes que se focalizan en la introducción de innovaciones aplicables al negocio, son ágiles en el modelo organizacional y generan valor desde la transformación. Aquí, podemos evidenciar que sus resultados financieros son mejores comparados con la media del mercado.
El proceso de creación de una estrategia digital difiere entre las empresas, ya que depende de su cultura, estructura, gobierno y proceso de toma de decisiones. Es crítico diseñar los principios para convertirse en una organización ágil. Muchas empresas necesitan realizar cambios culturales y organizacionales para transformar su negocio en ágil, incluyendo cambios en la forma de pensar, en su identidad, y en su estructura y sistemas de gestión, así como cambios que permitan la innovación, la colaboración y centrarse en el cliente.
Es necesaria una estrategia corporativa holística de cambio: una que ayude a una organización a convertirse en ágil e impulsar el cambio al ritmo y escala adecuados
En todo proceso de creación de una estrategia digital es necesario establecer un enfoque personalizado orientado a unos objetivos de negocio que ayude a mejorar cuatro áreas claves: compromiso con los clientes, ‘empowerment’ de los empleados, optimización de las operaciones y de los sistemas, e innovación y transformación.