La industria del automóvil ha adelantado a otros sectores en la adopción de la fábrica inteligente y en los próximos tres años prevé incrementar la inversión destinada al despliegue de estos centros: expresada como porcentaje de los ingresos, la inversión media crecerá 1,35 puntos porcentuales (un incremento del 60%), lo que redundará en unas mejoras de productividad de más de 160.000 millones de USD, según un nuevo estudio elaborado por el Instituto de Investigación de Capgemini.
El informe ‘How automotive organizations can maximize the smart factory potential‘ hace un seguimiento del proceso de adopción de la fábrica inteligente durante 2019 por parte de fabricantes de vehículos y sus proveedores, comparando los resultados obtenidos con las de un informe equivalente realizado en 2017/18. El análisis de Capgemini clasifica al 72% de las empresas del sector como “principiantes”, frente a solo el 10% que constituirían los “adelantados”, grupo que está ya preparado para aprovechar el potencial de las fábricas inteligentes en toda su extensión (18% de los fabricantes serían adelantados, frente a un 8% de los proveedores).
Índice de temas
Superando las expectativas
En los últimos 18-24 meses, el 30% de las fábricas del sector se han transformado en inteligentes, superando el 24% que los directivos se habían marcado como objetivo en 2017/18. Capgemini ha observado también que casi la mitad (48%) de los directivos considera que “está consiguiendo un avance bueno o mejor del previsto” en sus planes de implantación de la fábrica inteligente, frente al 38% que dio esa misma respuesta cuando se preguntó sobre el avance hace 18 meses.
Avanzando más rápido que otros sectores
Para los próximos cinco años, el sector del automóvil prevé convertir un 44% de sus fábricas en centros inteligentes. Se coloca así, como el primer segmento industrial en tener plantas de este tipo, seguido del de la fabricación discreta, con un 42%; de la fabricación de procesos continuos, con el 41%; del sector de energía y utilities, con el 40%; y el de productos de consumo, con un 37%.
Esta ambiciosa expansión se refleja en las previsiones de incremento de la inversión de la industria automovilística. En la actualidad, el sector destina un 2,16% de los ingresos a invertir en el despliegue de las fábricas inteligentes; y esta proporción se situará en el 3,51% en los próximos tres años, es decir, experimentará un incremento de 1,35 pp (o del 62%). Los fabricantes de automóviles tienen planeado invertir en una combinación de proyectos greenfield (instalaciones de nueva construcción) y brownfield (instalaciones o infraestructuras ya existentes): el 44% tiene previsto adoptar un enfoque híbrido; el 31% invertirá en instalaciones ya existentes (con un coste estimado de 4-7,4 millones de dólares por instalación para un fabricante tipo de entre los diez mayores) y el 25%, en nuevas instalaciones (con un coste de entre 1.000 millones y 1.300 millones por fábrica. Se trata de un coste considerablemente mayor, pero resulta significativamente más fácil hacerlas eficientes desde su diseño).
Gran oportunidad de productividad
El estudio calcula que para 2023 las fábricas inteligentes conseguirán una mejora de la productividad de entre cerca de 135.000 millones de dólares (escenario medio) a 167.000 millones de dólares (escenario optimista): una mejora anual de la productividad del 2,8%-4,4% y un aumento total del 15,1%-24,1% para el conjunto del sector de aquí a 2023. El potencial de estas ganancias ya lo están demostrando empresas como Mercedes-Benz, que ha conseguido reducir a una cuarta parte la tasa de rechazo de algunos componentes clave gracias a la utilización de analítica avanzada de datos para crear sistemas de producción con autoaprendizaje y autooptimización.
“Las empresas del sector automovilístico han realizado un importante progreso en sus iniciativas de fábrica inteligente en los dos últimos años y claramente planean incrementar el ritmo de adopción a partir de ahora. Hoy, los fabricantes y proveedores del sector se están comprometiendo a realizar una importante inversión y para 2023 podremos ver los resultados de esos esfuerzos, con unas ganancias de productividad anuales de entre 2,8% y 4,4%”, asegura Markus Winkler, director Global del Sector del Automóvil de Capgemini.
Ganancias todavía por conseguir
El sector ha establecido objetivos concretos en el rendimiento de sus fábricas inteligentes, pero falta todavía mucho para que se cumplan: del objetivo de incrementar la productividad un 35% entre 2017 y 2023, solo se ha conseguido el 15% hasta ahora, y los indicadores de Mejora General en Equipos (OEE, según sus siglas en inglés) y de reducción de existencias/trabajo en curso solo han crecido un 11%, frente a los objetivos del 38% y el 37% fijados, respectivamente. Estas cifras demuestran que muchas iniciativas todavía no se han desarrollado a escala.