2020 ha sido un año que ha puesto a prueba a todos los sectores. En menos de un mes vamos a recibir 2021 con un mercado convulso y unos cimientos de la economía que aún se tambalean. Jorge Gil, CEO de la consultora IDC Research, analiza el contexto en el que se mueven las TIC, las cuales han sido decisivas para sobrellevar una crisis que no tiene visos de terminar pronto.
¿Qué movimientos ha notado en la inversión tecnológica durante este año?
J. G.: El estallido de la pandemia ha afectado a los ingresos que han percibido las compañías, sobre todo las de determinados sectores como la hostelería y los eventos, y, por tanto, el gasto en TI de las mismas se ha visto reducido. De hecho, más del 80% de las empresas en Europa ha disminuido su facturación en más de un 20% en los últimos meses. Como consecuencia de esto, en un primer momento las organizaciones se enfocaron en aquellos proyectos que les garantizaran la continuidad del negocio y la seguridad de los trabajadores, congelando los presupuestos destinados a otros aspectos como la innovación; aunque solo el 23% de las compañías españolas reconoce haber reducido su presupuesto de TI durante este año.
Así las cosas, la inversión en el ámbito TIC se ha redistribuido entre aquellas tecnologías que ayudan a las empresas a operar en el nuevo escenario digital que nos ha dejado la Covid-19, como son la nube, el digital workplace, la inteligencia artificial y la ciberseguridad. Una vez asegurada la supervivencia de las funciones core, se han comenzado a liberar presupuestos de tecnología para acometer proyectos con un impacto en el ROI financiero de la empresa -o retorno de la inversión- más a largo plazo.
El 80% de las empresas europeas ha disminuido sus ventas en más de un 30%
¿En qué tecnologías recomienda invertir a las empresas de cara al futuro?
J. G.: Exactamente en las mismas que he nombrado antes y en las que lo están haciendo prácticamente todas las empresas: cloud, movilidad, IA y ciberseguridad. Estas son la mínima base con la que tiene que contar cualquier empresa si quiere sobrevivir a la crisis.
¿Diría que la cloud ha sido la gran protagonista del confinamiento?
J. G.: Por supuesto. La nube es la base sobre la que se desarrollan y escalan el resto de las tecnologías. Por eso, los proyectos que más han acelerado las empresas en 2020 han sido los de migración a la cloud. Sin esta, las estrategias de movilidad -esenciales durante la pandemia- nunca llegarían a materializarse.
¿Qué otras tecnologías han jugado un papel importante?
J. G.: La movilidad viene aparejada, inevitablemente, de la digitalización del puesto de trabajo, por lo que las empresas han invertido en dispositivos móviles con los que proveer a sus empleados, en herramientas colaborativas y de videoconferencia y en el despliegue de accesos VPN.
Otro foco de inversión importante lo han conformado las tecnologías que posibilitan un mayor control de los costes y la optimización de procesos, como es el caso del machine learning y de la inteligencia artificial, por ejemplo, con la implantación de chatbots; y la automatización de sistemas para hacer un mejor y más eficiente uso de los datos de la organización.
En paralelo a las necesidades internas de las compañías, estas también están apostando por tecnologías para proteger y facilitar la vida de los usuarios, tales como las soluciones contactless y la apertura de canales digitales para relacionarse con los clientes.
Y para blindar todos estos procesos, tanto internos como externos, la eterna protagonista, la ciberseguridad. Con un perímetro de red más amplio que nunca, los sistemas de identidad de usuario, como la autenticación de doble factor, se han convertido en los pilares del plan de seguridad empresarial.
El rol del CIO ha pasado a ser de coordinador de los ecosistemas digitales de las empresas
¿De qué manera ha tomado parte el CIO durante la crisis?
J. G.: Está siendo un año complicado para todos, pero dentro de la empresa, particularmente para el CIO, que ha cargado sobre sus espaldas una gran responsabilidad. En la figura del CIO se han centralizado todas las decisiones que han tomado las empresas y los movimientos que han realizado para facilitar la labor de las áreas corporativas. No solo ha sido un habilitador técnico, sino que ha supuesto un pilar estratégico para garantizar la continuidad del negocio y la seguridad de las operaciones -y de los propios trabajadores-.
Además, se ha convertido en el brazo derecho del CEO, guiando a las organizaciones en el mayor salto hacia la transformación digital que se ha dado en los últimos años. La figura del CIO se ha reivindicado este curso más que nunca.
¿Cómo ve la evolución del CIO en los últimos años?
J. G.: A medida que la empresa ha sido cada vez más digital, el CIO ha pasado a ocupar un lugar más relevante dentro de la organización, ya no solo por su conocimiento de la tecnología, sino del modo en que esta afecta a los procesos de negocio. La evolución digital ha posibilitado que otras áreas de la empresa dispongan de presupuesto para desarrollar proyectos TIC y que el rol del CIO haya pasado de ser únicamente el de responsable de los sistemas y la tecnología, a coordinar ecosistemas digitales en la empresa, alineándolos con los objetivos tecnológicos y de negocio establecidos en los planes estratégicos del comité de dirección.
¿Cuáles son los puntos fuertes del CIO en España?
J. G.: La principal fortaleza del CIO en nuestro país es el conocimiento y la experiencia que posee, tanto a nivel técnico como de procesos de negocio. En general, los responsables de TI de las empresas españolas disponen de una formación técnica sólida que permite a las compañías adaptarse a un mercado tan cambiante como el que tenemos.
¿En qué aspectos debe fortalecerse el CIO?
J. G.: La crisis de la Covid ha sacado a la luz la necesidad de contar con modelos ágiles y flexibles de TI que permitan a la empresa operar de forma digital no solo en lo referente a los procesos, sino de cara al mercado. Si bien la tecnología para que esto sea posible existe, el CIO debe contar con ‘business skills’ para establecer de manera adecuada qué tecnología es necesaria para el negocio, así como la capacidad de estructurar un equipo multidisciplinar que trabaje codo con codo con el resto de los departamentos de la organización; de forma que se alcance, no solo la excelencia técnica, sino financiera, comercial, de marketing, de comunicación, etcétera.
José Antonio Cano, Director de Análisis y Consultoría de IDC Research España
“Estimo que en el primer trimestre de 2021 el PIB español va a subir un 6%”
La agenda del CIO se ha visto transformada por una realidad diferente marcada por la pandemia. Este nuevo escenario ha conducido a las empresas a la adopción de un modelo híbrido de teletrabajo que más del 30% de las empresas españolas van a poner en marcha. El 38% de las compañías ya cuentan con la financiación necesaria, mientras que el 47% está incorporando ciertas políticas de smart work en su estrategia de Recursos Humanos.
El 70% de las empresas españolas acometerán proyectos que tengan un impacto directo en los ingresos apoyándose en la automatización de procesos. Asimismo, es necesario avanzar hacia un framework digital de confianza hacia el que destinará parte de los presupuestos en 2021 el 25% de las empresas.
Lo que hemos vivido ha sido histórico. Es la primera vez que cuatro generaciones distintas de personas trabajan de forma simultánea adoptando las mismas tecnologías. Esto ha sido posible gracias a la calidad y resiliencia de las infraestructuras de telecomunicaciones de España, que han soportado un aumento del 40% del tráfico de red respecto al mismo periodo del año pasado.
Espero no ser demasiado optimista al decir que preveo que la crisis económica derivada de la Covid puede ser coyuntural y que estimo que en el primer trimestre de 2021 el PIB español va a subir un 6%.