Divide y vencerás

Moisés Camarero, Director General de Grupo Compusof, analiza el papel del CEO actual.

Publicado el 13 Abr 2015

Moisés Camarero, director general de Grupo Compusof

Aunque ha pasado algún tiempo, aún recuerdo las estimulantes discusiones que teníamos con los profesores del MBA respecto al verdadero sentido del trabajo de los CEO. Según las consultoras estratégicas -como McKinsey o Boston Consulting Group- su objetivo principal es generar valor para el accionista ya que es el consejo quien nombra al CEO y este representa precisamente a los accionistas, que son los dueños de la compañía. Así pues, podría pensarse que “el fin justifica los medios” y que el incremento del valor de la acción puede justificar cualquier decisión de un CEO.

Por supuesto, es necesario tener en cuenta otros intereses, particularmente los de los clientes y empleados, así como los de los partners. También es muy importante mantener un oportuno balance entre el corto y el medio plazo, un planteamiento en el que fallan la mayoría de los CEO de empresas cotizadas. Por ejemplo los recortes en I+D y los despidos masivos ayudan a incrementar los beneficios a corto plazo, lo cual aunque hace subir el precio de la acción, también puede afectar a la capacidad de la compañía para seguir generando beneficios en el futuro y para atender adecuadamente a los clientes.

La mayoría de los analistas avalan que el split de HP incrementará el valor para el accionista, como también lo hizo hace años el de Agilent, que concentraba todo el equipamiento médico de HP. Con la misma lógica, se separan ahora dos negocios diferentes, por un lado PC e Impresoras y por otro, el resto de Tecnologías de Empresa. Pero también hay otras razones para realizar este movimiento. El crecimiento de HP en los últimos años ha sido enorme, tanto en portfolio como en mercados, con una gran complejidad de gestión que disminuye el foco y la capacidad para generar valor. Por otro lado, estos son momentos de cambios radicales a los que deben adaptarse las compañías tecnológicas, en particular en campos como el cloud o los servicios. Por tanto, es tiempo de invertir en la gestión del cambio y en I+D para seguir enfrentando el futuro con garantías, respondiendo más rápidamente a los vaivenes del mercado. Sin embargo, el split también tiene sus detractores.

Algunos analistas opinan que Meg Whitman, una figura tan mediática, no ha aportado a HP nada sustancial hasta el momento y que está dando continuidad a una estrategia errática de adquisiciones, más dictadas por las consultoras que por el sentido común. Bajo mi punto de vista, creo que Meg Whitman ha planteado desde el principio un plan claro y multianual para recuperar el impulso y el liderazgo perdido por HP en el pasado, realizando movimientos de calado e invirtiendo en I+D. Para no perder el necesario balance entre el corto y el medio plazo, ha coordinado estos planes con sinergias, ahorros y recortes de plantilla para mantener e incluso incrementar la rentabilidad. Una estrategia inteligente, pues tanto los accionistas, como los clientes y la mayoría de los partners han salido ganando con su gestión.

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Redacción

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