Año 2025, para muchos todavía lejano, pero no para aquellos que se encuentran dentro del ecosistema SAP y disponen de sus soluciones o los que se dedican a su implantación. Esta fecha, para la que todavía tienen que pasar seis años completos, un mundial de fútbol, dos olimpiadas y como mínimo dos procesos de elecciones nacionales, ha sido escogida como el ‘deadline SAP’.
En muchos casos, seguirá pareciendo mucho tiempo, pero para el sector del que estamos hablando es pasado mañana. Todos somos conscientes de que nunca sobra tiempo, y más en un mundo en el que las compañías se encuentran inmersas dentro de una operativa diaria que muchas veces dificulta el parar, pensar y diseñar las estrategias de futuro. ¿Y qué significa exactamente este ‘deadline SAP’? Pues básicamente, al igual que se produjo el apagón analógico en el mundo de la televisión, estamos hablando del inicio de la cuenta atrás para el fin del mantenimiento SAP sobre las versiones actuales y sus BBDD. A partir de dicha fecha, será necesaria la migración a SAP S/4HANA, pudiendo elegir, pasando primero la BBDD a HANA o no.
Una mayoría, ante el anuncio del fin del mantenimiento a las versiones anteriores a S/4HANA, ha creído que esta fecha se dilataría, o que, en algunos casos como anteriormente ha pasado, sería flexible, pero todo apunta lo contrario. SAP ha presionado al mercado para moverlo hacia su solución actual y parece que lo va a conseguir, y sus clientes se verán obligados a tomar la decisión de si seguir con SAP migrando hacia la nueva plataforma, o buscar alternativas ERP fuera del ecosistema SAP.
Este dilema se extiende o se va a extender entre toda la comunidad IT y a los diferentes niveles de decisión de las compañías, y más si se tiene en cuenta que actualmente únicamente el 1% del mercado nacional que dispone del ERP SAP en alguna de sus versiones, ya ha migrado a S/4HANA y el 90% sigue en ERP 6/7.X. Se trata de una carrera de resistencia en la cual apenas alguien ha iniciado la marcha y por consecuencia se realiza sobre un circuito poco conocido. La percepción del mercado es que tanto el proceso de migración de BBDD como de plataforma se debe afrontar como prácticamente una nueva implantación. Un proceso nada sencillo para compañías que de media llevan más de 12 años con su versión o aplicando releases que no suponían un proceso de semejante magnitud.