El marketing es un área funcional clave en las organizaciones a la hora de centrarse en su tesoro más preciado: el cliente. Es un paraguas que incluye procesos tan diversos como la investigación, el desarrollo y el diseño de productos, la publicidad, las ventas y los servicios a ellos asociados. El tamaño de la empresa no afecta a su papel protagonista. Grandes y pequeñas necesitan este departamento para dar a conocer y vender sus productos y servicios, todo ello dentro de un marco de rentabilidad y ofreciendo una marcada experiencia de cliente.
Desde hace décadas, la empresa se ha apoyado sólidamente en la tecnología para fortalecer sus estrategias de marketing, si bien en los últimos años ambos mundos están cada día más imbricados por el auge del marketing digital. Así lo destaca Gartner en sus predicciones para 2017. Según la consultora, el objetivo de marketing es cada vez más amplio y dependiente de la tecnología por su responsabilidad en el crecimiento de la compañía y por ello se estrechará la relación entre los directores de TI y de marketing en los próximos años, lo que generará en 2020 un 25% de mejora en las compañías. Prodware señala la oportunidad que supone la adopción de estas tecnologías para el crecimiento empresarial, en términos económicos y de clientes en cinco puntos:
- Conocer todas las claves del negocio: La investigación es uno de los elementos clave del marketing para ayudar a las empresas a conocer a los posibles clientes, el mercado, el sector y los productos y servicios ya disponibles. El Big Data supone una ruptura con los fundamentos de investigación tradicionales ya que permite recabar grandes cantidades de información de todo tipo a una velocidad desconocida. Lo que por un lado es un diamante en bruto, por otro supone una maraña de información para las organizaciones. El reto es ir más allá de los datos de carácter demográfico o transaccional que se recogían hasta ahora (edad, procedencia, género, compras, etc.). Esto es: las opiniones y quejas y recomendaciones y los datos de contexto; una incesante fuente de información que supone el punto de partida para realizar análisis y descubrimientos de forma continua.
- Crear productos y servicios personalizados: El 94% de los directivos cree que ofrecer experiencias personalizadas es muy importante para llegar a los clientes, según PWC’s Digital Services Group. Por ello resulta imprescindible saber cómo son, qué les interesa, cómo contactan con la marca (canales, dispositivos, horarios, idiomas…) o cuáles son los productos o servicios que buscan en cada momento. Además, es necesario identificar en tiempo real a las personas, y no a los dispositivos, para poder personalizar una oferta. Para establecer las necesarias reglas de personalización, el camino empieza por el profiling y continúa con el pattern matching.
- Anticiparse a las tendencias del mercado y a las necesidades de los clientes: Las empresas necesitan saber qué pasará en un futuro próximo para anticiparse al mercado, a la competencia y a sus propios clientes, y para brindarles una experiencia que tenga un valor real, tanto económico como emocional. El análisis predictivo, basado en la inteligencia artificial, requiere diseñar y poner en marcha algoritmos que aprendan a representar datos y detectar tendencias. El objetivo del sistema es desarrollar modelos de comportamientos futuros a partir de los datos. En este sentido, la calidad y cantidad de información resulta imprescindible.
- Dar a conocer sus productos y servicios: Sin marketing, se puede tener el mejor producto sobre la faz de la tierra o el mejor servicio imaginable, que de poco va a servir. El componente promocional del marketing es clave para que los clientes conozcan, adquieran y recomienden los beneficios de nuestros productos y servicios. Para ello, hay que conectar todas las fases del funnel, desde que se detecta un prospect hasta que un cliente nos recomienda, integrando soluciones de automatización de marketing con el CRM.
- Enamorar a los clientes: La interacción con el cliente se ha convertido en el foco de la empresa. La multiplicidad de canales supone una oportunidad para conectar de forma más directa y permite ofrecer rutas personalizadas y respuestas inmediatas. Una interacción de calidad, adaptando la comunicación para utilizar el contenido, canal y medios apropiados, permitirá crear relaciones profundas y duraderas con el cliente, acercarle las ofertas y productos más adecuados en el momento preciso y alargar su ciclo de vida. Así no solo aumentan las ventas, sino que se fideliza al cliente, que recibe experiencias relevantes y personalizadas en todos los canales. Todo se resume en una palabra: omnicanalidad.
Exceptuando algunos buenos ejemplos, existe una tasa muy baja de adopción de tecnologías específicas para marketing, según el estudio de Walker Sand, Understanding the New Martech Buyer Journey. El binomio marketing y tecnología se perfila más necesario que nunca, cuando la transformación digital se torna clave para el desarrollo económico de las compañías. Las soluciones que aportan una completa visión del negocio, su entorno y sus clientes apuntalan las estrategias dirigidas al crecimiento y la innovación de las organizaciones.