La pandemia ha cambiado el modus operandi del mundo en general como, por ejemplo, el de las nuevas formas de trabajo que se están instaurando. Cada vez son más las compañías que han implementado el trabajo en remoto y no parece que vaya a cambiar, al menos, a corto plazo. De hecho, un informe de McKensey afirma que alrededor del 25% de los trabajadores en las economías avanzadas seguirán trabajando a distancia de tres a cinco días a la semana.
Por eso, no es irracional asegurar que el éxito en una compañía depende de que estas se adapten y ofrezcan a sus empleados la posibilidad de optar por el modelo y lugar de trabajo de su elección. ¿Qué quiere decir esto?: que el futuro del trabajo solo tendrá éxito mediante elecciones tecnológicas inteligentes.
Las empresas deben estar abiertas a crear una fuerza de trabajo integrada que se extienda a través de todos los distintos lugares de trabajo, indistintamente de su ubicación. Esto les permitirá, además de dar libertad a sus empleados, poder contratar perfiles específicos en todo mundo, sin necesidad de que residan en la ciudad en la que se encuentra la compañía. De hecho, sería una decisión muy inteligente para las empresas, dada la dificultad que existe hoy en día para encontrar perfiles profesionales que se ajusten a los puestos de trabajo. Para ello, lo principal es invertir en tecnología que permita esta forma de trabajo con una plantilla distribuida.
Para que este tipo de plantilla sea productiva, se debe garantizar una colaboración eficaz entre los distintos miembros del equipo, y para esto, debe haber una integración fluida entre las herramientas más utilizadas por los empleados. Con las integraciones adecuadas, los empleados podrán ser más productivos. No tienen que preocuparse de si los datos de la empresa están seguros y almacenados correctamente porque, cuando se almacenan en contexto, las reglas empresariales predefinidas protegen y rigen automáticamente el contenido, garantizando que los empleados puedan acceder a la información que necesitan en el contexto, cuando y donde la necesitan.
En los entornos de trabajo híbridos, puede resultar difícil conocer dónde se encuentra la información y quién tiene acceso a según qué datos. Pedir a los empleados que realicen tareas de gestión de contenidos, como añadir metadatos, clasificaciones y etiquetas de retención para los contenidos relacionados con las herramientas de colaboración puede resultar poco productivo, además de existir la posibilidad de errores y pérdida de los datos.
Por eso, es importante la inversión en tecnología y apostar por un sistema integral de la gestión de los contenidos. Cuando se añade al espacio de trabajo de la empresa este sistema integral, el contenido de las herramientas de colaboración hereda automáticamente la clasificación, la seguridad y los metadatos correctos. Esto garantiza que los empleados tengan una única interfaz desde la que pueden realizar su trabajo. Cuando los empleados pueden obtener al instante la información que necesitan, independientemente de dónde resida esa información, su productividad aumenta de forma natural.
Para este mundo distribuido, la nube es el centro de todas las actividades. Es una plataforma centralizada que ofrece un acceso seguro a la información a los trabajadores remotos, lo que permite a los empleados tener acceso a los datos en cualquier momento y en cualquier dispositivo que estén utilizando. La nube conecta el contenido con el negocio digital para crear una única fuente de verdad, mejorar la productividad de los usuarios y cumplir los requisitos de gobernanza. Además, es también una plataforma que aprovecha las tecnologías emergentes para utilizar la información en todo su potencial. Esto incluye el almacenamiento de cantidades masivas de datos, el análisis y el uso de la inteligencia de datos para crear nuevas ofertas y modelos de negocio que preparen a las empresas para el futuro y así poder responder de forma proactiva a las posibles perturbaciones.
Al implantar estas nuevas facilidades, los empleados potenciales se sentirán más atraídos a formar parte de una organización que pueda adaptarse rápidamente y ofrecer a sus trabajadores estas experiencias digitales. La nube desempeñará un papel muy importante a la hora de ayudar a los empleados a obtener los conocimientos superiores para trabajar a gran escala con análisis impulsados por IA y autoría asistida.
Con la desaparición de los perímetros tradicionales, las organizaciones deben ser también proactivas y mejorar sus capacidades para controlar, predecir y responder a cada una de las amenazas de ciberseguridad. La nube desempeña un papel enorme en la mejora de la seguridad de las organizaciones al permitir una estrategia de defensa de la seguridad de varios niveles. Los escritorios virtuales habilitados en la nube se utilizan para garantizar la seguridad de los datos, ya que los usuarios sólo pueden acceder a ellos a través de dichos escritorios. Esto también permite a las empresas escalar la accesibilidad rápidamente y evita el acceso fraudulento a los datos. Del mismo modo, las herramientas de colaboración basadas en la nube pueden ayudar a las empresas a crear buenas experiencias de colaboración sin preocuparse de invertir en infraestructura física.
En conclusión, la pandemia ha brindado a todas las empresas la oportunidad de replantearse el futuro. Aunque las expectativas de los empleados seguirán cambiando, las organizaciones que puedan aprovechar las tecnologías de forma eficaz creando experiencias de trabajo extraordinarias y así atraer talento de cualquier parte del mundo.