En un entorno en el que el uso de dispositivos móviles toma posiciones frente a PCs o televisiones, las empresas ven en smartphones y tabletas un canal clave en el que ganar presencia y a través del cual ofrecer sus servicios o productos. Son numerosos los estudios y referencias que reflejan un cambio en el comportamiento, en la forma de relacionarse e, incluso, en el proceso de toma de decisiones del consumidor que, cada vez con mayor frecuencia, consulta información a través de su dispositivo móvil.
Dependiendo de los presupuestos y estrategias particulares, y con el objetivo de acceder al nuevo consumidor, hay organizaciones que optan por optimizar sus websites para cada dispositivo, mientras que otras se deciden por el desarrollo de aplicaciones a medida. Ambas soluciones son aptas para conseguir una conversión en ventas a través de estos nuevos canales. Ahora bien, en este entorno, los usuarios son especialmente exigentes. Esperan obtener la información que necesitan de forma precisa, clara y, sobre todo, rápida. La paciencia no es precisamente una cualidad del nuevo consumidor, y en el momento en que un fallo o caída de la aplicación les retrasa o impide alcanzar su objetivo, no dudan en acudir a otra de la competencia sin ninguna intención de ofrecer segundas oportunidades.
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Garantizar la calidad de las aplicaciones móviles
Desde el inicio de su construcción o desarrollo es necesario probar las aplicaciones móviles teniendo en cuenta, precisamente, su propio contexto de movilidad y considerando el cumplimiento de las características de funcionalidad, usabilidad, seguridad y rendimiento de las mismas. La complejidad del aseguramiento de la calidad del software en aplicaciones móviles radica en la existencia de diferentes sistemas operativos y multitud de modelos de dispositivos. De esta forma, una aplicación debidamente construida y de calidad será aquella que funcione correctamente en todos los dispositivos móviles y bajo todos los sistemas operativos existentes en el mercado.
¿Cómo asociar la tipología de pruebas de software al uso de las aplicaciones móviles?
El objetivo es desarrollar una aplicación móvil que permita a la empresa propietaria obtener una conversión en ventas, mejorar la reputación de marca, cumplir las expectativas de los usuarios y minimizar el tiempo de aprobación de la aplicación en los diferentes market stores.
Las pruebas funcionales deberían llevarse a cabo considerando las características propias de estos dispositivos. Así, resulta diferente el uso que se hace y la presentación de la información en un smartphone respecto a una tablet o un ordenador. Además, la aplicación debe ser capaz de guardar, tanto de forma efectiva como selectiva, la información, dejando en el servidor aquellos datos que precisen de recursos adicionales. Finalmente, es necesario observar el comportamiento y fallos de la aplicación cuando pueda verse afectada por una situación de batería baja, entrada de llamadas o mensajes mientras realizamos una operación con la misma.
Muchos de los fallos funcionales de una aplicación móvil pueden ser evitados fácilmente, así como sus costes asociados, mediante la puesta en marcha de acciones de aseguramiento de la calidad del software desde las primeras fases de desarrollo de la aplicación. No olvidemos que si el usuario percibe que una App móvil le resulta complicada cuando la utiliza, le retrasa y no puede cubrir sus necesidades en el tiempo y forma que espera, la abandonará por otra que sí lo haga.
Hablando de la usabilidad de una aplicación, es necesario poner especial atención en el desarrollo de pruebas que permitan asegurar que el diseño e interfaz resultan sencillos e intuitivos, así como que el flujo de comunicación entre la app y el usuario se establece de forma natural y lógica.
El comportamiento de una app móvil también preocupa al usuario desde el punto de vista de la seguridad, ya que están disponibles en dispositivos que pueden ser susceptibles de robo o de uso fraudulento. En este sentido, resulta imprescindible asegurar, entre otros factores, que la app mantenga la confidencialidad de los datos privados facilitados, la verificación de que el usuario es quien dice ser, los diferentes perfiles que puede tener un usuario dentro de la misma aplicación o el autoguardado de un histórico de operaciones o actividades realizadas.
En cuanto a las pruebas de rendimiento, tienen como objetivo ayudar a la empresa a prevenir errores que eviten el abandono de la aplicación debido a caídas o a un tiempo excesivo en su ejecución. Un alto consumo de batería, la velocidad a la que se desarrolla dependiendo del navegador utilizado o las características de cada sistema operativo, pueden ser factores que influyen de forma decisiva en este apartado.
Finalmente, señalar que la conexión a Internet es también una consideración a tener en cuenta en lo que a pruebas de software se refiere. Esta conexión permite realizar búsquedas de información desde cada dispositivo, en cualquier momento y desde cualquier lugar. En este sentido, es necesario prestar atención a los caracteres especiales de escritura de los diferentes idiomas, las monedas de cada país, los formatos de códigos postales, fechas, direcciones, números de teléfono, entre otros, que deberían visualizarse dependiendo de la zona geográfica en la que se encontrara el usuario.
Dedicar especial atención a las pruebas de software desde las primeras fases de su desarrollo ayudará a las empresas a posicionar sus aplicaciones con una valoración de cinco estrellas, que otorga la máxima calidad en los market/stores de aplicaciones móviles. Y en el caso de las web optimizadas y aplicaciones web, se garantizará su calidad, evitando el abandono de los usuarios.