Las organizaciones están viviendo una serie de cambios trascendentales debido a la trepidante evolución que está experimentando la tecnología y a las nuevas necesidades que demanda el mercado. Gartner ha pronosticado recientemente que para 2020 la información se empleará para reinventar, digitalizar y eliminar el 80% de los procesos de negocio generados durante la década anterior. Este ritmo acelerado hacia el cambio puede llegar a alterar la visión y la estrategia marcadas por muchas compañías, y acentuar la necesidad de intensificar su agilidad para adaptarse más rápidamente a los movimientos de sus competidores. La infraestructura tecnológica en la que se apoyan las organizaciones para desarrollar sus actividades y afrontar nuevas iniciativas ha de ayudarles para mantenerse en la cresta de la ola.
Todavía existe una interesante dicotomía en el seno de las empresas, marcada por una falta notable de alineamiento entre el departamento de TI y otras áreas como ventas o marketing. La innovación tecnológica está propiciando un mayor rendimiento de los negocios, pero la mayoría de las compañías operan con estándares tecnológicos corporativos de entre 3 y 6 años de antigüedad. Su actualización traerá costes asociados, evidentemente, pero ¿cuántas oportunidades en materia de negocio se perderán debido a la obsolescencia de las plataformas con las que tienen que lidiar los departamentos de TI?
Un informe reciente de Information Week concluía que, en el mercado de la inteligencia y la analítica de negocio, las empresas están abandonando el empleo de un número reducido de herramientas estándar para apostar por un nutrido abanico de soluciones que den respuesta a diversas problemáticas. Unos estándares tecnológicos anticuados impiden que la información se pueda compartir de manera correcta, lo que entra directamente en conflicto con la tendencia que hoy día más se está repitiendo en materia de información, y que radica en su democratización entre todos y cada uno de los componentes de una organización. Esto está provocando una situación de grave confrontación entre las áreas de TI y de negocio de cualquier organización, poniendo en peligro la necesidad imperiosa de agilidad que hoy día reclama el mercado.
El papel del CIO
¿Qué pasos se han de afrontar para mitigar o erradicar esta situación? En primer lugar, el CIO y la cúpula directiva han de tener un conocimiento detallado de las demandas que exigirán las áreas de negocio en el futuro. El CIO debe asumir el rol de líder e intermediario entre las posiciones de negocio y TI, pero poniendo siempre la segunda al servicio de la primera. También debe ser el que evalúe qué infraestructura de hardware y software, así como qué recursos humanos se necesitan para alcanzar los objetivos que su organización ha establecido.
Como parte de este proceso de evaluación, también se debe poner el acento en los estándares obsoletos. Después de definir las necesidades en materia de negocio, el CIO y otra serie de directivos de la organización deberían decidir si las plataformas y herramientas de software con las que cuentan en la actualidad son adecuadas para afrontar los retos presentes y futuros en materia de compartición de la información. Generalmente esto supone evaluar las necesidades de los usuarios en materia de BI y analítica, y desarrollar una estrategia que determine un nuevo abanico de estándares que ayuden a que las áreas de negocio se muevan de manera más ágil, lo cual terminaría revirtiendo en un incremento de la facturación y en una reducción de costes. En lugar de ampliar la grieta con las áreas de negocio y ser visto como un mero centro de coste, el CIO ha de aprovechar la oportunidad que se le presenta para liderar el cambio en todos los estamentos de su empresa.
BI en modo auto-servicio
Teniendo en cuenta que en las compañías cada día predominan con mayor asiduidad las herramientas de BI en modo auto-servicio, el CIO debe conocer en profundidad las necesidades en materia de información de las comunidades de usuarios y las vías para proveerles de acceso a la información adecuada, en el momento propicio y a través del canal correcto, con objeto de mejorar su rendimiento profesional. Este tipo de personalización es la única vía para fomentar la adopción del BI en modo auto-servicio y generar una auténtica cultura basada en el rendimiento individual y la analítica de los datos.
Además, el CIO y el CTO deben sincronizar sus esfuerzos para trasladar ideas creativas a las áreas de negocio, con objeto de sacar más partido de sus eficiencias y posibilitar una mayor transparencia. En esencia, con determinación, creatividad y una dirección estratégica coherente, el CIO puede comandar la actualización de los estándares tecnológicos y conducir con firmeza a su organización a través de la miríada de tendencias y modas tecnológicas que surgen cada año, y conseguir extraer, ya de paso, auténtico valor de los datos.
20 años de evolución
Al igual que el CIO ha evolucionado durante estos últimos años, abandonando en la medida de lo posible sus labores operativas para emprender iniciativas estratégicas que contribuyan a la transformación de su organización, Computing ha sabido progresar durante sus dos décadas de existencia, no sólo para superar las incontables barreras a las que se ha tenido que enfrentar el mundo editorial, sino sobre todo para ejercer cada día un papel más influyente en la industria tecnológica española. Precisamente Information Builders celebra este año el 40º aniversario de su creación, y quiere trasladar a Computing y a su equipo su más sincera felicitación porque nada habría sido igual sin su labor, sin su incansable afán por trasladar con rigor a la industria lo que día a día acontece en ella. ¡Por otros 20 años juntos!
