Leandro Pérez Manzanera, presidente de Autelsi, analiza las tendencias clave de cara a este año 2019 desde su posición como buen conocedor de la oferta y demanda del sector tecnológico. El talento, la digitalización o la transformación del modelo organizativo de las empresas son algunos de los puntos clave que aborda, sin olvidar el impacto que tendrán tecnologías disruptivas como la IA o el machine learning.
¿Cuál es el principal reto que observa para este sector en su conjunto?
L. P. M.: Destacaría el tema del talento. Por un lado, demandamos gente muy preparada cuando, paradigmáticamente, en la administración y en muchas grandes empresas se contrata por precio. Entonces, si esto es así, no hay diferenciación en cuanto a calidad y se produce cierta contradicción al buscar talento, porque no se puede pagar a los profesionales una remuneración acorde a su capacitación. Y si no los puedes pagar, la gente no quiere ser informático y las mujeres no estudian STEM, buscan otras salidas profesionales, ya que no hay un salario competitivo. Lamentablemente, la reducción de costes en el sector llegó hace años con la crisis, y llegó para quedarse. Esta bajada de precios y de calidad está provocada por las grandes empresas.
¿En qué medida sigue influyendo la crisis que menciona?
L. P. M.: Para la gente joven, debe haber un trabajo que signifique un reto, pero con salario atractivo y competitivo. Aquí hubo una política de reducción de costes enormes a partir de 2000. En 1999 y 2000 se produjo el mayor crecimiento de inversiones en hardware, software y servicios en la historia de las TIC en España; por el efecto 2000, por la preparación para el euro y al mismo tiempo ante la aparición del mundo Internet como tercer vector. En aquella época las empresas no miraban el precio porque debían adaptarse y este sector creció, pero se produjo una sobreinversión que hubo que amortizar y un gran descrédito. A eso se sumó la crisis de 2008. Todos compran TIC en todas sus variables a partir de entonces con el precio en mente. Y las compañías de servicios han reaccionado ajustando salarios.
¿La transformación digital no ha servido como impulsora?
L. P. M.: Ahora se lleva hablando desde hace ya varios años de la transformación digital. Va unido a que hay que tener expertos en procesos, en tecnologías cambiantes, en ciberseguridad, gente adaptable, que tenga skills, ya no solamente tecnológicos, sino emocionales… Estamos escasos de esto, pero se sigue contratando con los esquemas de reducción de costes, no se hace atractivo el sector. Se puede hacer atractivo a nivel de transformación, pero no a nivel económico. Se gana más en un bufete de abogados o en una entidad financiera. Pero también creo que al sector le ha venido muy bien la transformación digital, que se ve muy bien en el comercio electrónico, que tiene un crecimiento impresionante. Cualquier marca tiene su tienda online y produce necesidades en infraestructuras, en servicios para desarrollar la tienda, pasarelas de pago, si está en la nube hay que aumentar la capacidad; es incuestionable su impacto.
¿La tecnología también se ha transformado?
L. P. M.: Desde el punto de vista de Autelsi en sus diferentes encuentros con la oferta y demanda y sector público, se ayuda a las organizaciones en este escenario de networking y de difusión del conocimiento, favorecemos el entendimiento y la colaboración, porque las grandes compañías no compiten por ver quién elige la mejor tecnología, compiten en procesos innovadores; por eso, lo ideal es que haya colaboración para ver cuál es la tecnología más conveniente. Sobre un director de Tecnología, es aventurado decir si está pensando en si una tecnología es mejor o peor; cuando compra capacidad de proceso o almacenamiento, lo hace por precio, y si es así es porque considera todas estas soluciones muy similares.
¿Piensa que existe discriminación en el sector?
L. P. M.: Sobre si hay menos mujeres incorporadas en este mundo tecnológico, se podría matizar, hay muchas presidentas de compañías TIC que son mujeres No hay ninguna razón que explique que el sector no es atractivo para las mujeres, es atractivo para todo el mundo; hay compañías donde se prima la inteligencia, el desarrollo. Pero creo que no se habla de la discriminación por edad tan terrible que hay en este país. En un país realmente igualitario al que aspiramos, donde tiene que haber igualdad de oportunidades entre géneros, también es curioso que se demande talento cuando a las personas de 50 años las expulsamos del mercado; no se las expulsa porque tengan o no talento, sino porque tienen 50 años. La revolución digital no debe estar asociada en el mercado de trabajo al DNI, sino a los profesionales preparados.
