El sector legal se enfrenta a una revolución con la llegada de la tecnología blockchain o de cadenas de bloques. Por un lado, esta tecnología plantea retos en cuanto a la normativa y regulación de aspectos concretos, como pueden ser la gestión de identidades, tokenización de activos, o la propia gestión de registros como el de la propiedad. Por otra parte, pone en cuestión el papel que deben jugar los abogados en litigios de intermediación, la continuidad o no del ‘tercero de confianza’, y, mucho más relevante, deja claro que se requiere un nuevo perfil profesional que pueda responder a las necesidades que surgen con su aplicación. Además, la implantación de las tecnologías blockchain supone la oportunidad y el reto de rediseñar nuestra sociedad. Estas son las principales conclusiones del tercer Impactful Tech organizado por IMMUNE Technology Institute.
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El Estado y blockchain: la necesidad de definir una relación de futuro
El poder transformador y de cambio que tiene la tecnología blockchain desde el punto de vista legal, fue uno de los grandes temas del encuentro. En palabras de Almudena de la Mata, abogada y fundadora de Blockchain Intelligence, el uso de blockchain supone “diseñar nuestra sociedad sobre unas posibilidades tecnológicas nuevas. Algunas de estas posibilidades afectan a funciones esenciales del Estado, como la gestión de la identidad, sistema judicial o fiscal, registro contable o de propiedad. Esto exige un abordaje estratégico y basado en un consenso político, dada la posible trascendencia constitucional”.
Una afirmación a la que Manuel González-Meneses, notario y experto en blockchain, añadió que “la economía basada en el uso de criptomonedas afecta además a la solidaridad económica dentro de un país. Si permitimos el desarrollo de una economía de este tipo, debemos repensar y rediseñar todo el sistema fiscal; porque este modelo económico se basa en que cada ciudadano administre sus propias necesidades, por lo que puede pensar que no tiene por qué pagar impuestos, ya que la solidaridad la hará como quiera, y no tiene que ser a través del Estado”.
También desde el punto de vista del derecho, Antonio Cámara, abogado de Allen & Overy, puso el foco en la posibilidad de que no todas las estructuras estatales deben basarse en esta tecnología. A este respecto, el abogado afirmó que “podríamos encontrar una gran eficiencia del blockchain en las infraestructuras de base, y lo ideal es que tuviéramos un sector público que lo aprovechase al máximo. Pero la realidad es que actualmente ya contamos con infraestructuras críticas que están funcionando en manos privadas fuertemente reguladas. Es un modelo alternativo al blockchain, que nadie pone en duda y que funciona.” En este sentido, Juan Andrés Avilés, Director Técnico de IBM España, puso de relevancia también que la tecnología Blockchain “no es necesaria para todo. Debemos aportar valor como expertos en esta tecnología y cualificar cuándo lo hace y cuándo no”.
Identidad y Blockchain: mito o realidad
El de la identidad, es uno de los grandes debates que ha despertado la llegada del blockchain, abriendo la posibilidad de certificar identidades (ID) fuera de los cauces normativos estatales tradicionales. Moisés Menéndez, afirmó con rotundidad que “el tema de la identidad es un mito del blockchain. Ya tenemos una identidad, los medios de identificación para las administraciones digitales ya están legislados. Dentro de ellos, para mí es fundamental la necesidad de establecer un marco de confianza, es un aspecto crítico y habitualmente es también el gran olvidado en la certificación de identidades; pero es el que realmente define la validez de una identidad según los usos que se hagan de ella”.
Una afirmación que encontró detractores entre los ponentes participantes. Entre ellos, Albi Rodríguez Jaramillo, abogado y cofundador de Legalblock, sostuvo que “los desarrollos y aplicaciones que se están realizando en materia de identidad tendrán un gran potencial para el asentamiento del blockchain, porque son parte de la infraestructura necesaria para habilitar soluciones (basadas en cadenas de bloques) donde se hagan negocios. Es necesario contar con una identificación adecuada por razones de seguridad, como por ejemplo en materia de antiterrorismo y blanqueo de dinero, o para que las empresas cumplan con sus responsabilidades”.
Simon Olsen, cofundador de Lykke.com, introdujo en el debate el aspecto de la confianza y el control para establecer identidades. A este respecto, y enfocado desde el punto de vista financiero en el que Olsen es experto, afirmó que “la identidad dentro del mundo FinTech está relacionada con el control; pero en realidad es una ilusión porque el mundo financiero se basa en la confianza y no en el control.”
La legislación y conocimiento de blockchain, los grandes frenos para su implantación generalizada
Actualmente los desarrollos en blockchain se encuentran legalmente en tierra de nadie. El uso de aplicaciones basadas en cadenas de bloques no se ciñe a un solo país; sin embargo, la incipiente legislación se está llevando a cabo de forma individual en diferentes países, replicando la visión tradicional del derecho. Sin embargo, y como apuntó durante el encuentro Juan Andrés Avilés, “al crear una cadena de bloques no tiene que estar acotada a un territorio concreto, por lo que la legislación debería ser global. La legislación de los Smart Contracts y la tokenización de activos debe ser uno de los objetivos para generalizar el uso del blockchain.” Para Simon Olsen, el sector financiero también debe adaptar sus regulaciones al uso de esta tecnología. “Los reguladores deben abrazar el blockchain porque es una tecnología que tiene mucho que aportar para el crecimiento económico mundial, aunque actualmente el sector bancario no está muy abierto a su uso”.
El otro gran freno para el blockchain es la educación. Todos los expertos presentes coincidieron en que actualmente la gran barrera para introducir esta tecnología en el derecho se encuentra en el propio desconocimiento sobre la tecnología de cadenas de bloques, su funcionamiento y sus posibilidades. Manuel González-Meneses, señaló que “hay un problema de traducción del lenguaje tecnológico, y por otra parte está también cómo podemos ‘algoritmizar’ un contrato”. Almudena de la Mata apuntó que “los abogados deben entender la tecnología y ser capaces de trabajar conjuntamente con informáticos. En nuestras formaciones comprobamos el efecto transformador para el jurista de comprender el lenguaje técnico”. Según Avilés, “debemos llegar al tándem entre conocimiento de la tecnología y el conocimiento legal, o apostar por equipos de trabajo mixtos que incluyan estos dos tipos de conocimiento.”
de intermediación, la continuidad o no del ‘tercero de confianza’, y, mucho más relevante, deja claro que se requiere un nuevo perfil profesional que pueda responder a las necesidades que surgen con su aplicación. Además, la implantación de las tecnologías blockchain supone la oportunidad y el reto de rediseñar nuestra sociedad. Estas son las principales conclusiones del tercer Impactful Tech organizado por IMMUNE Technology Institute.
La redefinición del rol de abogado: las consecuencias del blockchain
La tecnología, y en concreto el blockchain, lanza preguntas sobre la profesión y el papel del abogado en un futuro, pero lo hace sobre todo en terrenos legales acotados. Tiene un especial impacto en los sistemas registrales y en el papel que los abogados deben tener en procesos de intermediación y resolución de conflictos. En este sentido, Juan Andrés Avilés aseguró que “el derecho relacionado con los procesos de mediación, recursos entre particulares, arbitraje… Todos los aspectos del derecho relacionados con la resolución de conflictos, a través del uso de Smart Contracts en blockchain, se puede resolver de una forma muy sencilla. Tiene que acompañar para ello la legislación vigente, pero creo que va a ser uno de los grandes nichos de aplicación de esta tecnología.”
Esto se traduce también en una nueva concepción del rol que debe tener el abogado en estos aspectos del derecho. Moisés Menéndez comentó que “el abogado va a tener que aprender a trabajar como un desarrollador, y esto va a suponer una revolución en la profesión. Los abogados van a tener que trabajar en open source, conocer código, etc”. Por su parte, para Almudena de la Mata el futuro de la abogacía pasará por “dar servicio a través de equipos” y añadió que “el rol del abogado actualmente en el entorno blockchain es clave y se centra en pensar en efectos constitucionales o sistémicos de su uso, acompañar el desarrollo de aplicaciones e infraestructuras en entornos blockchain con el marco regulatorio que tenemos; teniendo en cuenta que no está diseñado para una realidad descentralizada y que es muy difícil de aplicar.”
Adentrándose en el debate sobre las nuevas profesiones que podrá traer el blockchain Juan Andrés Avilés apuntó que “el futuro pondrá a prueba la capacidad de adaptación de los profesionales del sector legal, como ha hecho con otras tantas profesiones, que sin duda deberán cambiar su forma de pensar” y puntualizó que “en relación a la aplicación de Smart Contracts, va a aparecer una figura de revisor/auditor desde el punto de vista legal y técnico, que compruebe que ese contrato cumple con los términos acordados”.
Respecto al futuro del Blockchain, todos los expertos mencionaron la tokenización de activos como uno de los grandes retos “en los derechos de autor, obras de arte, bienes inmuebles, economía de plataformas, etc. Unir la economía de plataformas con la tokenización será el disruptor, aunque evidentemente hace falta que la legislación acompañe” señaló Juan Andrés Avilés; mientras que Almudena de la Mata confirmó que “la tokenización de activos físicos es más compleja que la de activos digitales. Debemos centrarnos en terrenos más acotados en los que la aplicación de Blockchain es más sencilla y plantea menos problemas”.