El efecto disruptivo del fenómeno FinTech va a provocar una catarata de alianzas entre las entidades tradicionales –bancos, aseguradoras…- y los nuevos entrantes en el sector, según el informe FinTech 2017, elaborado por PwC a partir de 1.308 entrevistas con entidades financieras, compañías de seguros, de medios de pago, gestoras de patrimonio, firmas de capital riesgo y FinTechs en 71 países. El 45% de las entidades financieras tradicionales –el 32% el año pasado- reconoce tener ya algún tipo de acuerdo con compañías FinTech y un 82% asegura que van a aumentar el número de alianzas en los próximos tres a cinco años. El objetivo principal, evitar perder parte del negocio en favor de los nuevos entrantes, que pueden estar poniendo en riesgo hasta el 24% de sus ingresos.
El estudio refleja que existe una preocupación generalizada del sector financiero tradicional – para el 88% de los encuestados- por la llegada de estos nuevos competidores. Las entidades financieras consideran que las áreas en las que las FinTech les pueden hacer más daño son: las de medios de pago (84%), transferencias de fondos (68%) y financiación personal (60%) y créditos personales (56%). No en vano, según una reciente encuesta realizada por DeNovo, la plataforma digital de PwC, entre usuarios del sector financiero en todo el mundo, el 30% tiene previsto aumentar el uso que hacen de las FinTech y sólo el 39% dice que se mantendrán como clientes exclusivos de las entidades tradicionales.
¿Qué retorno esperan las entidades financieras de sus inversiones en FinTech?
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Las expectativas son muy distintas en función del tipo de entidad de la que se trate (bancos, aseguradoras, compañías de medios de pago, gestoras de activos y patrimonio…). La banca comercial es la que más intensamente está cerrando acuerdos con compañías FinTech. El 54% ya tiene alianzas con este tipo de empresas y el 83% espera aumentarlas en los próximos tres a cinco años. El 63% de los directivos de la banca ven en la vinculación con estos nuevos competidores una gran oportunidad para expandir su cartera de productos y servicios. Según el informe, la banca retail espera que sus inversiones en el ámbito FinTech tengan un ROI –en inglés, return on investment– del 20%. Las entidades estiman que los créditos personales (64%) y la financiación a particulares (50%) son las actividades más amenazadas por la FinTech.
Las compañías de seguros también están acelerando su aproximación a las FinTech. El 45% cuenta actualmente con alianzas con este tipo de compañías –por el 28% el año pasado- y el 84% asegura que estas van a aumentar los próximos tres años. En este caso, sus expectativas en cuanto al retorno de la inversión son más modestas que en la banca, y espera que tengan un ROI del 13%.
Las principales preocupaciones: La ciberseguridad, la regulación y las diferencias en el modelo de gestión y la cultura
A la hora de poner a trabajar juntas a entidades tradicionales y FinTechs, no todo es un camino de rosas y suelen surgir una serie de obstáculos que hay que tener en cuenta. Desde el punto de vista de las entidades tradicionales, las cuestiones relacionadas con la ciberseguridad (58%), con la incertidumbre regulatoria (54%) y con las diferencias en el modelo de gestión y la cultura corporativa (40%) son las que más preocupan. A estas barreras las FinTech añaden una más: la diferencias en los modelos de negocio.
Pero si hay algo en lo que coinciden tanto las entidades tradicionales y como las no tradicionales a la hora innovar es en la barrera que, en muchas ocasiones, supone la regulación. Sobre todo, en lo relativo al almacenamiento y protección de datos y a la autentificación de las identidades digitales. El informe estima que las exigencias regulatorias a las que se enfrentan diariamente los grandes bancos mundiales les cuesta más de 4.000 millones de dólares al año.