“Creemos que Wi-Fi será gratuito en apenas tres años, porque además empresas como Google se empeñarán en que así sea”, explica Ángel Gallardo, director general de AWA, una compañía de Castellón que no es precisamente una recién llegada al mercado de los servicios Wi-Fi.
Inició su andadura en el año 2001 actuando como integrador en el despliegue de soluciones avanzadas de lo que por aquel entonces eran los albores de Wi-Fi en España. Se destacaron incluso como difusores del potencial de esta tecnología inalámbrica en ámbito rural, donde la carencia de infraestructuras de comunicaciones alternativas tildaba a este sistema como el más idóneo a la hora de hacer realidad la banda ancha. Incluso fueron colaboradores del por aquel entonces ministerio de Ciencia y Tecnología cuando decidió poner en marcha el programa de “Internet Rural”, que pretendía instalar telecentros en poblaciones en las que hasta entonces la Sociedad de la Información no era otra cosa que una quimera. Fueron tiempos en los que abordó proyectos como dotar a la comarca del Penedés de una infraestructura Wi-Fi con garantías.
Aquella experiencia sirvió a AWA para tantear las posibilidades de una tecnología que ganaba adeptos a marchas forzadas, pero a la que algunos operadores, especialmente los móviles, miraban de reojo después de las cuantiosas inversiones que habían destinado en UMTS.
Tras haber esperado a que la tecnología y el propio mercado- maduraran por sí solos, AWA ha diseñado un proyecto que le pondría a la vanguardia de los proveedores Wi-Fi en España. La compañía prevé disponer de una red de más de 4.000 puntos de acceso a finales de año, de los que cuenta con 900 casi desplegados. Pero, el proyecto no se acaba ahí sino que, en una segunda fase, se plantea ir más allá y alcanzar hasta 12.000 puntos de acceso en un plazo de tres años.
Pero este particular milagro tecnológico de multiplicar los panes y los peces en clave de Wi-Fi, tiene una sólida base de trabajo detrás. Buena parte de la base actual de sus puntos de acceso procede de un acuerdo firmado con Repsol, cuyas estaciones de servicio cuentan con soluciones de conectividad Wi-Fi de AWA, comercializadas bajo la marca AKIWiFi. En total, son 540 estaciones de servicio con conectividad Wi-Fi.
Otra buena parte de su actual red de infraestructura la integran los proyectos de “Internet Rural” que desarrolló en años anteriores -como por ejemplo en la comarca catalana del Penedès-, a los que también hay que sumar los instalados en casas de particulares, que pueden suponer entre un tres y cuatro por ciento del total. Al particular que cede la ubicación, se le instala el punto de acceso en su domicilio y se le ofrece conectividad de forma gratuita, pasando la infraestructura a forma parte de la red propia de AKIWIFI.
De hecho, AWA recurre a tres tipos de infraestructuras para brindar sus servicios Wi-Fi: Megahospot, desplegados mayoritariamente en ciudades (ayuntamientos o empresas, como pueden ser las pertenecientes al sector de la construcción) y con posibilidad de ser fácilmente escalable; Internet rural (algo más pequeños que megahotspots, y Hotspots, instalados en estaciones de servicio, por ejemplo. Como explica Ángel Gallardo, a diferencia de otras compañías que se han centrado en centros de negocio o de transporte, la idea de AWA es contar con presencia en lugares hasta ahora no atendidos, como las citadas estaciones de servicio, pero también puntos logísticos o clubs náuticos y puertos.
Para cumplir con el objetivo del presente año, 4.000 puntos Wi-Fi, AWA ha conseguido una primera ronda de financiación de seis millones de euros, una cifra que podría verse incrementada con otra nueva remesa aún no cerrada- que le permitiera alcanzar otros 20 millones para impulsar la totalidad del proyecto.
A partir de ahí, AWA pretende comercializar una amplia gama de servicios entre empresas potenciales clientes, que éstas podrían ofrecer a sus propios usuarios como valor añadido abriendo la puerta al mercado de microoperadores Wi-Fi. De hecho, “cualquier compañía podría ofrecer Wi-Fi a sus clientes basándose en nuestra red, pagando una cuota mensual de 14 euros por punto de acceso”, confirma el directivo de AWA, que especifica que las empresas clientes tienen la posibilidad de contratar sólo un número determinado de puntos si así lo desean.
Ángel Gallardo distingue de forma clara un amplio número de potenciales clientes. Por ejemplo, empresas fabricantes de automóviles, que podrían utilizar la red para ofrecer a sus clientes servicios de valor añadido, pero también la propia compañía obtendría beneficios al utilizar la red de hotspots como un canal de comunicación con el cliente, con servicios de marketing o aplicaciones de geolocalización y antirrobo.
También son susceptibles de utilizar la red AWA otras empresas que deseen que sus clientes accedan a sus contenidos on line u a otros desarrollados específicamente- en los puntos integrados en la red mallada. AWA cobraría una cantidad fija al mes a la empresa propietaria del sitio web para que se pudiera acceder en la zona AWA, mientras que a otros webs similares el usuario no tendría acceso.
Otro gran potencial que vislumbra Ángel Gallardo, es la creación de operadores virtuales, una figura que podría verse reforzada con servicios como voz sobre IP (VoIP) mediante Wi-Fi, que incluso, gracias a la tecnología de roaming con que cuenta AWA, que mantiene acuerdos comerciales con más de 80 operadores internacionales, podría transmitir llamadas iniciadas en GSM y que finalizaran en Wi-Fi, o viceversa.
El principal perfil serían los operadores fijos, que podrían ofrecer llamadas móviles a sus usuarios, pero también acceso de datos de alta velocidad en los puntos de la red e incluso servicios push to talk.
Ángel Gallardo va más allá y apunta hacia las televisiones, que podrían ofrecer, a aquellos hogares que dispusieran de antenas Wi-Fi, servicios interactivos de televisión.
El estreno oficial del nuevo proyecto de AWA se producirá a lo largo de este mes de febrero, con atractivas ofertas. La compañía castellonense comenzará a comercializar tarjetas de prepago -que incluirán tarifa plana- para vender ella misma los servicios de conectividad. Para ello, recurrirá a las estaciones de servicios Repsol, pero también a kioscos y la propia Internet, mediante acuerdos con sitios web que se convertirán en puntos de venta on line.
