Apps para el negocio, oportunidad para TI

Eduardo Martínez, Director General de EasyVista para el Sur de Europa, explica cómo Microsoft ha cambiado de estrategia hacia la movilidad.

Publicado el 12 Mar 2015

Eduardo Martínez, EasyVista

Recientemente he leído un artículo en la revista Forbes titulado “Microsoft es la nueva Google, Google es la vieja Microsoft”. A lo largo del mismo se argumenta como en tan sólo 12 meses, Microsoft y Google han cambiado sus papeles en la industria tecnológica. Por un lado, se explica que Google tiene una posición dominante, con ingresos provenientes mayoritariamente de negocios muy consolidados que sólo pueden reducirse por la entrada de competencia o nuevos modelos de negocio disruptivos, y que los nuevos proyectos que está lanzando son prometedores pero no terminan de dar los resultados esperados, mientras que otros están totalmente alejados del foco de la compañía. Por otro lado, Microsoft ha asumido que no tiene otra opción que cambiar y hacerlo muy rápidamente, y está dando múltiples pasos hacia la apertura de sus sistemas, compatibilidad con terceros y uso de estándares de mercado. Como resumen, se asegura que en estos momentos Microsoft no tiene nada que perder mientras que Google tiene todo que perder.

En mi opinión, la parte más interesante y acertada del artículo es aquella en la que se explica el cambio que Satya Nadella, nuevo CEO de Microsoft, está llevando a cabo en la compañía y que supone romper con muchos de los paradigmas que han marcado la estrategia de los últimos años. Uno de ellos es la batalla por la movilidad que se perdió en su momento y que ahora parece que se puede estar empezando a ganar, llegando a acuerdos de colaboración y mediante alianzas tecnológicas con algunos de los líderes en este mercado como Samsung o Apple.

Me parece especialmente interesante la cuestión de la movilidad, las apps y la “consumerización,” ya que España es líder en Europa en tasa de penetración de smartphones, con un ratio en el que 8 de cada 10 móviles son teléfonos inteligentes. En este contexto, y coincidiendo con un año en el que veremos mayores presupuestos y más inversión en tecnología destinada al cliente y al usuario final (no olvidemos que estamos en la “Era del cliente” según asegura la empresa de análisis norteamericana Forrester), las apps van a tomar un protagonismo creciente como parte fundamental de la transformación digital de las empresas, que tan de moda está en estos momentos.

Ferias como el MWC (Mobile World Congress) celebrado un año más con gran éxito en Barcelona durante el mes de marzo, confirman esta tendencia y anticipan móviles más grandes y con mayores capacidades que nos van a permitir realizar una parte importante de nuestro trabajo sin necesidad de encender nuestro portátil o equipo sobremesa. Como el propio Mark Zuckerberg, fundador y CEO de Facebook, afirmó durante su intervención en el MWC “las aplicaciones marcan el futuro”.

Las apps ofrecen muchas ventajas ya que son más fáciles de usar que las aplicaciones empresariales tradicionales, los interfaces son más atractivos e intuitivos, reducen drásticamente el tiempo necesario para formación e incluso lo eliminan, están accesibles en cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo, y “entregan” a cada tipo de usuario la funcionalidad que necesita, es decir, con una app el nivel de personalización que podemos lograr es mucho mayor sin incurrir en unos costes demasiado altos. Básicamente se trata de ofrecer a los usuarios aplicaciones potentes y sofisticadas en sus capacidades, en las que se les abstraiga de la complejidad inherente a las mismas, y que estén personalizadas evitando el “café para todos” que tanto hemos visto en el pasado. De esta forma ayudaremos, entre otros, a aumentar la productividad de los empleados.

Los departamentos de TI de las empresas tienen una oportunidad inmensa ya que disponen de una nueva tecnología que puede dar respuesta a las necesidades y deseos de sus usuarios y clientes. Y aunque no es la primera vez que esto ocurre, la situación actual es muy diferente ya que la aceptación por parte de los usuarios está garantizada. De hecho, son las áreas de negocio las que están reclamando disponer de un entorno tecnológico empresarial similar al que tienen en su espacio privado y de ocio. Es decir, la venta está hecha.

El espíritu que se está intentando imponer en la “nueva Microsoft” de atreverse a romper con las viejas fórmulas que funcionaron muy bien hace años pero que ahora están obsoletas, puede ser el que debamos aplicar en nuestras empresas para entrar en este mundo de las apps corporativas y aprovechar la ocasión que tenemos frente a nosotros.

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Redacción

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