Alejandro Expósito cumple cinco años como responsable de tecnología de Merck España. Un lustro marcado por la pandemia y por otras convulsiones de carácter global, pero también por tecnología de futuro que abre un horizonte de innovación a la industria farmacéutica.
Se cumplen cinco años de su nombramiento como IT Head de Merck España. ¿Podría hacer un balance de este tiempo?
A. E.: Han sido cinco años muy intensos, crisis de la Covid-19 por medio, el mundo ha cambiado bastante y desde luego Merck también, en cuanto a mí o a mi rol, hemos ido acercándonos cada vez más a las áreas de negocio para darle sentido a la tecnología que lo soporta.
Usted provenía de un negocio B2C y desembarcó en un puro B2B. ¿Qué dificultades o ventajas encontró en su camino?
A. E.: Siempre estoy abierto a aprender y afrontar nuevos retos, son formas diferentes de entender los negocios y de acercarse al cliente, en nuestro caso al paciente. Dificultades no encontré, simplemente oportunidades de aprender y de hacer cosas diferentes, y en cuanto a ventajas, uno de los motivos que me llevó a cambiar fue el que desde Merck estaban buscando un perfil ajeno a la industria farmacéutica, no endogámico, y el poder aplicar la visión de un retail, sobre todo en las áreas de soporte, digitalización e infraestructuras en otro tipo de industria me ha permitido aprender y evolucionar como profesional.
¿Ha evolucionado mucho su rol?
A. E.: Sí, de hecho, he pasado del área puramente IT, aunque muy cercana a las áreas de negocio, a llevar el área de Commercial Excellence, Digital, Innovación y Transformación cultural. Ahora estoy centrado sobre todo en el cambio cultural necesario para que la digitalización y la innovación tengan efecto en la organización.
¿Tiene autonomía en los proyectos o se alinea con los marcados por el grupo?
A. E.: Gestionamos diferentes tipos de proyectos, los que podríamos denominar globales. En ese tipo de proyectos participamos activamente en su definición y, por supuesto, en su implantación y ejecución en el país alienados tanto con el área global como con el resto de los países de la organización, pero también tenemos otro tipo de proyectos que gestionamos localmente con presupuestos y recursos propios. Lo realmente importante de este tipo de acciones es que siempre las trabajamos con la visión de poderlas escalar, de forma que muchas veces un proyecto que hemos empezado en el país, que lo hemos pilotado y ha funcionado, se escala en el resto de los países de la organización. Una vez conseguido esto, pasamos el control a los servicios globales, o en otros tomamos el control y desde aquí damos soporte al resto de la organización.
Trabajamos con grandes cantidades de datos y necesitamos mucha capacidad de computación, necesitamos tecnología cuántica
¿Puede decirse que Merck es una empresa que ha alcanzado su meta de ser digital 100%?
A. E.: No, no hemos alcanzado la meta; desde luego hemos hecho muchos avances y somos una empresa muy centrada en la digitalización e innovación, por supuesto siempre con un propósito, no consiste en digitalizar porque sí. En cualquier caso, creo que la digitalización no es una meta en sí, es un camino de adaptación tanto cultural como tecnológico que no acaba y que está en constante evolución. Ahora, por ejemplo, distinguimos entre los nativos y los inmigrantes digitales, quizá en un plazo de tiempo no demasiado largo tengamos que distinguir entre los nativos y los inmigrantes cuánticos… con lo que creo que nunca daremos por terminado el camino hacia la digitalización.
¿Cuáles son los poderes tecnológicos que destacaría de su empresa?
A. E.: El más importante no es tecnológico, creo que el poder más importante que tiene Merck es la cultura que fomenta la curiosidad y la innovación. Eso nos permite estar abiertos a la investigación y adopción de casi cualquier tecnología, al igual que creo que el truco no está en utilizar determinada tecnología sino en la hibridación de todas las que tenemos a nuestro alcance.
¿Cómo se conjuga la innovación en un sector como el farmacéutico?
A. E.: En realidad, no somos una empresa farmacéutica al uso, somos una empresa de ciencia y tecnología, y trabajamos en tres grandes sectores, HealthCare, Life Science y Electronics, con lo que podríamos decir que la innovación está dentro de nuestro ADN. Somos una empresa con más de 350 años de antigüedad. No se sobrevive como empresa tanto tiempo si no innovas y te reinventas constantemente. En el caso de Healthcare, la innovación tiene un claro propósito, que es crear, mejorar y prolongar la vida de los pacientes, con lo que todos nuestros esfuerzos innovadores van encaminados en esa línea.
¿Cuáles son sus retos más inmediatos?
A. E.: Seguir desplegando la cultura de la innovación y la digitalización, eso nunca para, y por otro lado acabar de sentar las bases del ecosistema digital que nos permita seguir innovando y mejorando la vida de nuestros pacientes.
¿Qué proyectos destacaría ahora?
A. E.: Son múltiples, como he comentado tenemos tres grandes áreas de trabajo. Healthcare, donde estamos enfocados en descubrir nuevas moléculas para seguir luchando contra enfermedades como el cáncer y lo hacemos utilizando todas las armas a nuestro alcance, así que cualquier tecnología que nos ayude en ello es analizada, desde inteligencia artificial, que permite simular comportamiento de moléculas o prestar ayuda al diagnóstico de computación cuántica donde aplicamos QNLP para gestionar ingentes cantidades de documentos. En otras áreas de LifeScience trabajamos con tecnologías que precisamente ayudan a otras compañías en su camino hacia la digitalización, haciendo posible por ejemplo la interconexión de los diferentes sistemas de un laboratorio; o en la creación de carne cultivada, bacterias que son capaces de producir electricidad. En Electronics trabajamos en proyectos tan dispares como dispositivos bioelectrónicos para diagnóstico, computación neuromórfica o computación cuántica. Pero siempre con un propósito que es contribuir al progreso humano sostenible.
¿Cuáles son las tecnologías de vanguardia por las que apuesta su empresa?
A. E.: Apostamos por muchas, de hecho, creemos que ninguna es definitiva por sí misma, sino que las ventajas provienen de la hibridación de todas ellas, la IA no puede funcionar sin big data. Trabajamos con grandes cantidades de datos y necesitamos mucha capacidad de computación, necesitamos tecnología cuántica. Si además hemos de trasmitir información qué mejor que con 5G, y si ha de trasmitirse segura se hace utilizando DLT y así podría continuar uniendo prácticamente todas las tecnologías existentes. Pero lo más importante es que para que adoptemos cualquiera de esas tecnologías tiene que cumplir con un requisito, y es que lo que consigamos crear con ellas aporte valor a nuestros pacientes.
¿Cuáles son los valores que tiene que mostrar un CIO de cara al futuro?
A. E.: Creo que el más importante es el de ser curioso, con valor para experimentar y buscar nuevas soluciones. También es muy importante que trabaje para acercar las tecnologías al resto de personas de la organización. Tiene que ser capaz de explicarlas de forma que sean entendibles por todos para que sean más fáciles de adoptar. Debe trabajar la transformación digital de la organización a través de la cultura, con lo que tiene que ser un buen divulgador. La tecnología es algo que está en constante cambio y evolución, por eso es muy importante sentar las bases culturales para ser capaces de utilizarla de la mejor forma posible. Y por supuesto tiene que ser capaz de trabajar con equipos multidisciplinares y rodearse como es mi caso de un equipo que sea mucho mejor que él.