Dicen nuestros mayores que la vida se pasa en un suspiro. Y no les falta razón. Echando la vista atrás, si trato de hacer un resumen de los últimos 40 años en el mundo de la tecnología, me doy cuenta de que hemos pasado, casi en un abrir y cerrar de ojos, de los ordenadores no compatibles hasta la analítica de datos, sin darnos apenas cuenta.
El salto a la compatibilidad fue todo un reto. Pero, los ordenadores en Red, Internet, la Nube y, por el camino un montón de cambios más, quizá menos “sensibles”, exigieron a las pequeñas y medianas empresas, un nivel de adaptación extraordinario. También a los proveedores tecnológicos que, allá por los años 80, éramos unos “bichos raros”.
Recuerda que en 1979 la informática era una disciplina emergente. Y que, aunque parece que Internet ha estado aquí siempre, en la década de los ´80, las pymes se comunicaban por teléfono y a través del fax. Internet, se puede decir, que ha sido el origen de todo lo que vino después -hasta lo que hoy conocemos- La Red ha permitido implementar soluciones en la nube, y con ello, reducir los costes de la tecnología y, por lo tanto, facilitar el acceso de las pymes a potentes soluciones tecnológicas, hasta entonces, muy focalizadas en las grandes empresas.
Después, la digitalización y el cambio de mentalidad que todo ello implica es el punto en el que se encuentran las pymes en este momento. Pero el recorrido ha sido meteórico. Hoy, se puede decir que, la tecnología actual y sus modelos de comercialización (SaaS, pago por uso, etc.) han permitido equilibrar las oportunidades de forma que, pequeñas y medianas empresas se midan casi de igual a igual con las más grandes. De hecho, creo que una da las claves es que hoy las pymes, incluso, las startups, ya no son “evaluadas” por su tamaño sino por su capacidad de innovación, por su flexibilidad o por la rapidez de sus propuestas.
Es un cambio disruptivo el que han experimentado las pymes en estos 40 años. Su modo de operar, de gestionar sus recursos y de implementar procesos orientados a la eficiencia han cambiado radicalmente. Hoy las pymes buscan, como lo hacen las grandes, ser más productivas y más eficientes. Y no dudan en aplicar metodologías y modelos de trabajo que importan de otras disciplinas, como pueden ser las metodologías Agile para mejorar, no solo sus procesos internos, sino sus propuestas.
Se puede decir que el mercado ha ido marcando su particular hoja de ruta en estos 40 años. Con el paso del tiempo y la disponibilidad de tecnología cada vez más potente, el mercado ha ido demandando más cosas. Ha ideo exigiendo mayor velocidad, más información, mejores informes, capacidades superiores para hacer reportes, para mejorar los procesos de toma de decisión. Los usuarios también han ido buscando otro tipo de funcionalidades, contables, financieras, de facturación, etc. Y nosotros hemos acompañado a las empresas también en este recorrido con soluciones que han ido incorporando cada vez más funcionalidades.
Por lo tanto, si me paro a pensar lo que puede destacar en el recorrido vital de una organización tecnológica, nacida en el siglo pasado y que lleva 40 años en el mercado, la primera respuesta que me viene a la cabeza es INNOVACIÓN. Algo que se complementa sí o sí con formación y, con el desarrollo de soluciones flexibles, fáciles de utilizar y accesibles para todas las pymes. Creo que ese es el verdadero secreto del éxito. O, al menos, uno de ellos. No creo que un proveedor tecnológico -de tamaño medio- pueda mantenerse tanto tiempo en el mercado, confiando su suerte a un único secreto.
Al menos en nuestro caso, creo que hay otras claves adicionales que han apuntalado el éxito. Por un lado, los clientes, su fidelidad y el compromiso con el uso eficiente de la solución. Y, por otro, haber puesto el foco allá donde pensamos hace 40 años que había una necesidad y un amplísimo recorrido. O sea, en las pymes. ¡Ojo! Hablar de pymes ahora, no es lo mismo que hacerlo hace 40 años, cuando este tipo de organizaciones se consideraban de “segunda categoría”. La mayoría de los proveedores apuntaban a la gran cuenta mientras nosotros concentramos todo el desarrollo al amparo de soluciones pensadas para las empresas más “modestas”. Con el tiempo, hemos visto la evolución y cómo las grandes multinacionales han adaptado sus soluciones para llegar también a las pymes.
La apuesta por la rentabilidad también es clave. Nuestro criterio nunca fue el precio. De hecho, nuestras soluciones no son las más baratas del mercado, pero con ellas, las empresas saben que disponen de herramientas para optimizar su eficiencia, entre otras cosas, porque se trata de soluciones modulares, escalables, capaces de integrarse con otros aplicativos, flexibles, sencillas y fáciles de utilizar y, sobre todo, porque son soluciones que aportan un retorno de la inversión rápido, algo imprescindible para las pequeñas y las medianas empresas.
La capacidad de adaptación siempre es un gran reto. Hacer frente a todos los cambios que ha experimentado el mercado, la tecnología, las pymes, la sociedad, incluso, no es sencillo. Por lo tanto, una buena estrategia pasa por la reinvención permanente como base sobre la que apuntalar la madurez de una empresa. Una madurez que se complementa sí o sí, con innovación, con renovación y con grandes dosis de pasión, y, como de todo eso aún nos queda mucho, estamos expectantes a ver qué nos deparan los 40 años siguientes.