Entre 40.000 y 60.000 personas se darán cita en Barcelona del 28 de febrero al 3 de marzo para asistir al próximo Mobile World Congress (MWC), donde los máximos representantes de la innovación tecnológica anticiparán las líneas del escenario futuro que nos espera. De ello se encargarán más de 1.000 conferenciantes, representantes de 150 países, bajo el lema “Connectivity Unleashed” (‘conectividad desatada’).
Sin embargo, la conexión entre dispositivos no será la única tendencia que se abordará en el encuentro empresarial anual más importante de la industria de las telecomunicaciones. Estas son algunas de las novedades que podremos ver en el MWC.
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5G… y 6G en la casilla de salida
La implementación de la 5G ya es una realidad, y supondrá ventajas para todos. Como explica Lola Burgueño, profesora de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC e investigadora del grupo Systems, Software and Models Research Lab (SOM Research Lab) del IN3, la 5G potencia la conectividad entre usuarios y dispositivos inteligentes. Gracias a ello, podemos transmitir más datos más rápidamente. “Lo que notaremos es que las posibilidades que ofrecen nuestros dispositivos y la magnitud de los entornos inteligentes y de las aplicaciones que estarán disponibles serán muy superiores“, señala Burgueño.
Un ejemplo es la conectividad en espacios relativamente pequeños en los que se encuentren muchas personas conectadas a la vez. “Si vamos al campo del Madrid o del Barça y nos conectamos, con una buena cobertura de 5G gozaremos de un mejor servicio. Además, tiene menos latencia, lo que significa que el tiempo que transcurre entre que vemos algo en vivo hasta que nos llega el eco es menor. Esto mejora la experiencia, por ejemplo, en los videojuegos”, indica César Córcoles, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC y miembro del grupo de investigación Technology Enhanced Knowledge and Interaction Group (TEKING).
Pero, además, se van a empezar a definir los estándares de la sexta generación de la conectividad móvil, la 6G. “Irá llegando y va a suponer más mejoras: más ancho de banda, menos latencia, más conectividad… Aunque todavía no se puede concretar qué será, se está discutiendo”, explica Córcoles.
Desarrollo del IdC
Precisamente la red 5G nos permitirá seguir avanzando hacia edificios y ciudades más inteligentes, lo que con redes anteriores no hubiera sido posible. “Cada vez hay más dispositivos inteligentes conectados a internet, los cuales forman el denominado internet de las cosas o IdC. Aunque a veces no seamos conscientes o desconozcamos el término, desde hace unos años el mundo desarrollado se mueve en entornos IdC. Solo hay que prestar atención a la cantidad de dispositivos inteligentes que nos rodean, como por ejemplo nuestro reloj, el frigorífico, la lavadora…”, afirma Burgueño.
Al tener más conectividad, y al consumir esa conectividad menos energía, es posible conectar más radios 5G, o a través de wifi o Bluetooth, a más dispositivos. “Esto significa que esos dispositivos pueden hablar más entre ellos y darnos información, lo que puede mejorar el día a día de las ciudades”, indica Córcoles. “En la actualidad, la ciudad tiene poca capacidad de reflexión. Por ejemplo, los semáforos están programados y esa programación es independiente de que el tráfico vaya de norte a sur o de este a oeste. Pero con la 5G podríamos tener mucha más información que facilitara un tráfico más fluido, o contar con más sensores para disminuir la polución mostrando la situación en más manzanas, en vez de en determinados lugares”, señala, y añade que la tecnología está haciendo posible que no solo las ciudades grandes con mayor presupuesto puedan tener acceso a ello.
Sin embargo, el entorno urbano no es el único potencial beneficiario del desarrollo del IdC. La conexión puede darse, además de con objetos, con personas, procesos y otros datos. Podría ser el caso de una persona que lleva puesto un reloj inteligente que, sobre la base del ritmo cardíaco detectado, es capaz de hacer predicciones, como por ejemplo si esa persona va a sufrir un infarto o tiene tendencia a padecer alguna patología cardíaca. “Básicamente, el reloj, mediante sensores, recoge datos sobre el pulso de la persona y, gracias a su conexión a internet, compara estos datos con el ritmo cardíaco de otros miles o millones de usuarios”, explica la profesora de la UOC.
Mejoras en las CPU
Los problemas de suministro de las CPU derivados de la pandemia han traído consigo innovaciones en los procesadores. Como recuerda Córcoles, Apple ya dio el salto, y los procesadores que vende en sus portátiles, y en algunos de los ordenadores de sobremesa, son ahora procesadores de móvil “que han crecido, tienen más potencia y, de hecho, son más eficientes que los procesadores de los portátiles Windows. Actualmente, los fabricantes de los chips equivalentes en el mundo Android también están abriendo camino en este sentido, y todo indica que seguirán los mismos pasos”, adelanta el profesor de la UOC. Por otro lado, Intel, el gran fabricante de los chips para PC, está apostando por una tecnología nueva, la tercera arquitectura de chips, bautizada como RISC-V, “de la que habrá novedades, aunque seguramente veamos pocas innovaciones antes de un año”, señala.
Móviles de pantalla plegable, mejores fotografías y baterías de más larga duración
Una de las tendencias en móviles de alta gama que se mostrará en el MWC son las pantallas plegables. Se trata de móviles con el doble de pantalla, lo que mejora la experiencia de tareas como ver contenido, navegar por internet, escribir un correo electrónico o jugar a un videojuego. Como recuerda Córcoles, de momento el móvil plegable es un prototipo de la industria del móvil al que todavía le falta algún que otro año para ser viable y accesible a gran parte de la población, pero ha habido mejoras en los últimos tiempos que hacen prever un cambio.
En cuanto a las imágenes que captamos con el móvil, también hay avances que mejorarán la calidad de nuestras fotografías. Y no están tan relacionadas con las cámaras como con el software que hay detrás de ellas. “Afortunadamente, la industria ya no se preocupa tanto de los megapíxeles, porque si cada uno de esos píxeles no tiene mucha calidad no sirve de nada, y en su lugar sí mejora el trabajo con software“, explica Córcoles. “El software que incluye la cámara del móvil cada vez es mejor, y por eso el móvil ya no te hace solo una foto cuando le dices que saque una foto, sino que, si es un móvil de gama media-alta, toma hasta doce fotos muy deprisa y tiene una serie de recetas: las mira, las combina y hace el trabajo que haría un fotógrafo con Photoshop”, señala.
Otra innovación que veremos en el MWC son las baterías de más larga duración, de hasta 4.000 y 5.000 miliamperios por hora, lo que posibilita que no tengamos que estar cargando el móvil con tanta frecuencia, incluso aunque tenga un uso intensivo.
Tecnología en la lucha por la igualdad y contra la devastación medioambiental
La búsqueda de materiales para fabricar baterías de móvil que sean menos nocivos para el medioambiente y el reciclaje de móviles usados son otra realidad en la que está trabajando la industria de la telefonía, y de ello se hablará en el MWC. Pero, además, como recuerda Burgueño, los avances en el internet de las cosas, la inteligencia artificial y la red 5G, y especialmente la combinación de estas, también pueden ayudar a respetar el entorno de otra forma. “Permiten el despliegue de una red de dispositivos conectados entre sí en fábricas y explotaciones que recogen datos que se procesan y analizan, vislumbrando ineficiencias en los sistemas y máquinas que se pueden corregir para optimizar su producción y reducir tanto desperdicios como consumo de energía. Por suerte, últimamente hay muchas iniciativas, tanto privadas como con financiación pública, destinadas a la modernización de la industria hacia la sostenibilidad”, afirma.
Del mismo modo, la tecnología abre un gran abanico de posibilidades en la lucha contra la desigualdad, un campo que también estará presente en el MWC. Burgueño afirma que, al igual que el mal uso de la tecnología puede ocasionar desigualdades sociales, un buen uso de ella, junto con las iniciativas adecuadas, puede contribuir a reducir la brecha social. Pone como ejemplo lo ocurrido en las áreas rurales de China, donde hace unos años se detectó que los colegios solían sufrir la falta de formación continua de sus profesores y esto repercutía en el aprendizaje de sus estudiantes. “Ante esta situación se recurrió a la tecnología para que los profesores en áreas rurales pudieran tener acceso por streaming a las clases impartidas por profesores en colegios de prestigio de Pekín. Los profesores de las áreas rurales pudieron o bien observar las clases (su metodología, ejercicios, etc.) y adaptarlas a sus necesidades, o bien permitir a sus estudiantes que siguieran las clases en directo, limitándose ellos simplemente a resolver dudas. Ambos modelos probaron que el estudiantado mejoró su aprendizaje y consideró tener una mejor experiencia en el colegio”, señala.