El pasado 1 de junio estaba prevista la finalización del proceso de fusión Vodafone-Ono. Sin embargo, la operación se ha paralizado temporalmente “debido a causas sobrevenidas de orden jurídico”, tal y como ha adelantado el diario El País.
Vodafone anunció que a partir del mes en curso la facturación se haría desde su matriz en España pero a raíz de esta demora, la facturación se seguirá realizando desde Vodafone Ono, heredera directa de la antigua Ono.
Sin embargo, la compañía británica ha anunciado que esta paralización no afectará a los servicios que presta.
Según la citada publicación, aunque la operadora no ha aclarado el motivo de esa suspensión, fuentes cercanas al proceso señalan a causas fiscales. En otras palabras, la empresa fusionada pagaría más impuestos que ambas compañías por separado.