Las subastas de las licencias UMTS en Europa están tocando fondo. Si el mercado italiano fue el primer gran aviso, los procesos para la adjudicación de este tipo de concesiones en Francia y Bélgica se ha convertido en el más claro ejemplo de que han tocado fondo debido al alto precio que se barajó en su momento.
En Bélgica, el gobierno había previsto la concesión de cuatro licencias de tercera generación. Sin embargo, a la hora del cierre de esta edición sólo se habían presentado tres candidatos Belgacom, del grupo Proximus; Mobistar, de France Telecom, y KPN Orange Belgium.
Las previsiones apuntan que si finalmente sólo se dan cita estas tres propuestas, las licencias se venderán a un precio mínimo de 150 millones de euros y un 25 por ciento del espectro quedaría sin asignar. La idea del gobierno belga era recaudar entre 1.000 y 1.500 millones de euros por la subasta de UMTS.
Al concurso francés le sucedió un tanto parecido. De las cuatro licencias que salieron al mercado, sólo se lograron asignar dos porque únicamente dos grupos presentaron ofertas en firme France Telecom y Vodafone-Vivendi, que disponen con los operadores dominantes del mercado galo, Orange y SFR. Sin embargo, consorcios de la importancia de Bouygues decidieron no presentar su oferta debido a la cuantía económica de las licencias.
De esta forma, las últimas noticias apuntan que el organismo regulador de las telecomunicaciones en Francia, ART, estaba planteando al gobierno francés la posibilidad de abrir una nueva ronda de concesión de licencias.
Telefónica Móviles ha sido de las compañías que, tanto en Francia -donde iba de la mano Suez Lyonnaise des Eaux- como en Bélgica renunciaron a presentar su oferta para hacerse con una licencia UMTS debido a que consideraban que no reflejaba la verdadera situación y valoración de un mercado que se encuentra en clara tendencia bajista.
