Las operadoras inician la verdadera liberalización del bucle local

Después de que se cerrara el plazo para la presentación de la solicitud de coubicación en las centrales de Telefónica y poder ofrecer llamadas a través de acceso directo, han sido 18 las compañías dispuestas a competir de tú a tú con Telefónica.

Publicado el 30 Ene 2001

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No falta ninguna de las grandes. Entre las operadoras de telecomunicaciones que han presentado la solicitud para poder entrar en las centrales de Telefónica que dan acceso directo al abonado e instalar sus propios equipos no se echa de menos a nadie, aunque, eso sí, mientras que algunas negociarán con la operadora dominante por un gran número de centrales (cada una de ellas da acceso entre 20.000 y 80.000 abonados) distribuidas por todo el territorio nacional, otras han pedido el acceso a un número mucho más limitado.

La que encabeza la lista es Retevisión, que ha solicitado el acceso a la llamada última milla en 960 centrales. Según ha podido saber Computing, a la operadora dirigida por Josep Canós le sigue Aló, con cerca de 900 centrales. Precisamente, Aló ha advertido que no tiene intención de ofrecer llamadas locales a través de acceso indirecto con lo que el acceso al bucle local de forma directa adquiere una mayor importancia para ellos.

A partir de ahí, las solicitudes para la coubicación de equipos en los centros de Telefónica han sido más que desiguales. Con peticiones a más de 300 centrales se sitúan Airtel (350 centrales), Grapes (340), o Ola Internet (330), que junto con Retevisión fueron las dos primeras operadoras en presentar sus solicitudes de coubicación el pasado día 2 de enero. Tampoco se han quedado fuera de las peticiones compañías que pretenden competir al mismo nivel con Telefónica, como BT y Uni2, con algo más de un centenar de centrales a las que han solicitado el acceso, Jazztel con 87 centrales solicitadas, Colt Telecom, con un número menor de demandas (51 centrales) o Loop Telecom, un carrier de carrier cuya petición ha llegado a las 300 centrales.

Tampoco han querido quedarse fuera operadoras que aún no han comenzado a ofrecer servicios como son los casos de las nuevas compañías basadas en tecnologías LMDS (acceso vía radio) como FirstMark o SkyPoint, ésta última con solicitudes a más de 300 centrales.

Además, hay compañías como Euskaltel o operadores de cable como Ono o Canarias Telecom, con peticiones limitadas a sus respectivas demarcaciones. Incluso hay operadoras con escasa presencia en el mercado como Alúa (una empresa dedicada a servicios de banda ancha), Alpi (una operadora de telecomunicaciones que ofrece servicio a la zona de Cataluña con un 75 por ciento en manos de Uni2) o la propia Cableuropa.
A partir de ahora las operadoras contarán con tres meses para negociar con Telefónica las condiciones de la coubicación, que incluyen aspectos como el número de centrales o equipos que desean instalar, el tipo de módulo o espacio que ocuparán o el tipo de bucle (desagregado o compartido). Sobre esos parámetros, Telefónica podrá exigir ingresos por pagos como los costes por alta, por obras para instalar los nuevos equipos, mantenimiento, el alquiler mensual por línea (definido en el reglamento aprobado por el gobierno el pasado mes de diciembre que establecía un precio de 2.163 pesetas).

A partir de esos tres meses, si no se ha llegado a un acuerdo satisfactorio, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones tendría que intervenir para encauzar en lo posible la negociación.

La mayoría de los operadores involucrados en el proceso son conscientes de la problemática del problema y asumen que serán un proceso lento y complicado. Al fin y al cabo es la primera ocasión que se realiza algo similar en el panorama español de las telecomunicaciones.

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Redacción Computing

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