La Unión Europea planta cara a los operadores 3G

La Comisión Europea ha advertido a los operadores que cuentan con licencia UMTS que, a pesar de los altos precios pagados por la concesión, no permitirá que incrementen desmesuradamente las tarifas de los servicios de tercera generación.

Publicado el 09 Oct 2000

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Mario Monti, comisario europeo, ha asegurado que el mero hecho de que en algunos países las licencias han alcanzado unos precios astronómicos no servirá de excusa para que seamos indulgentes a la hora de implantar los términos establecidos para llevar a cabo el despliegue de los servicios. El aviso tiene su origen en que algunos de los adjudicatarios ya han comenzado a dejar caer la hipótesis de un alza en los precios.

Aunque los operadores móviles de tercera generación ya han mostrado su temor a los elevados costes que supone la construcción de la red, Monti también quiso dejar zanjado el asunto al añadir que no deberíamos tener en cuenta las enormes inversiones realizadas para adquirir las licencias como una justificación de una subida excesiva en los precios.

Desde T-Motion, el brazo de los servicios móviles de Deutsche Telekom, se ha apuntado que los precios de la tercera generación doblarán probablemente a los de la telefonía tradicional. Nuestras estimaciones muestran que necesitaremos doblar nuestros ingresos per capita simplemente para pagar la licencia y la construcción de la red, apunta Dirk Hemmerden, director de Desarrollo de Productos de T-Motion.

Para añadir más leña al fuego, recientemente la mayoría de los miembros de la Asociación de Gestión de Comunicaciones mostraron su convencimiento de que los costes de las licencias de 3G acabarán pasando factura a los consumidores, tanto en el aspecto de precios de los equipos como en las tarifas de los servicios.

Pero la polémica sobre la tercera generación no termina ahí, sino que los operadores europeos han admitido que sus 68 billones de euros de inversión en UMTS podrían resultar un completo desastre porque los servicios no justificarían las enormes inversiones publicitarias.

Jorg Kramer, responsable de nuevas tecnologías en la división de Mobilfunk de Vodafone Mannesmann afirma que hay cierto miedo de que la tercera generación se convierta en un desastre. Sospecho que no tenemos ni el tiempo, ni la mano de obra, ni quizá el dinero para hacer llegar al público el potencial de esta nueva tecnología.

Vodafone, aunque rechaza que haya problemas con el despliegue de la tercera generación, sí que admite que todavía queda mucho camino por delante. No habríamos pagado esa enorme cantidad de dinero por una licencia que no pudiera llegar a ponerse en práctica. Pero realmente aún no tenemos idea de cómo redundará en los precios, señaló un portavoz. Desde BT, que tienen previsto lanzar el servicio a primeros del año 2002, también apuntan que no hay decisiones firmes sobre los precios, aunque los especialistas sí que se muestran de acuerdo en que los terminales asumirán parte de los costes.

Por otra parte, los operadores móviles españoles que cuentan con licencia UMTS preparan acciones jurídicas contra la decisión del gobierno español de aumentar la tasa por el uso del espacio radioeléctrico hasta los 160.000 millones anuales. Sin embargo, Telefónica Móviles, por boca de su presidente, Luis Lada, ha afirmado que no recurrirá el pago de los 41.000 millones de pesetas a los que deberá hacer frente por uso del espacio radioeléctrico.

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Redacción Computing

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