De la noche a la mañana. Con prisas. Sin protocolos que seguir. Sin formación ni concienciación en los empleados. Muchas veces sin equipos informáticos apropiados. Así se hizo en España (y en otros muchos lugares del mundo) la mayor migración profesional de la historia. Millones de empleados se convirtieron en unas horas en teletrabajadores por causa de la pandemia de la Covid-19.
A mediados de marzo el país entró en estado de shock por las noticias e imágenes que llegaban de hospitales abarrotados de enfermos. Y las empresas, también en estado de shock, salvaron los muebles como pudieron, mandando a casa a sus plantillas. De repente, todo el mundo empezó a teletrabajar en un país donde el teletrabajo no ha sido nunca bien visto (antes de la Covid-19 lo hacía menos del 5% de los empleados, según datos oficiales). Hay quien dice que en estos meses hemos tenido más digitalización que en cinco años. Es posible. Pero también es verdad que se ha hecho deprisa, y mal en muchos aspectos. Uno de esos flecos por cortar es el de la seguridad.
Artículo completo en el número 795 -del mes de Octubre- de Computing:
Una solución completa de seguridad para el teletrabajo debe llevar…
• Antivirus o suite de seguridad en el puesto cliente.
• VPN, para proteger la conexión del puesto remoto a la red corporativa.
• EDR, para monitorizar y gestionar equipos en remoto.
• DLP, para evitar la sustracción de información confidencial.
• Autenticación de doble factor.
• Solución anti-ransomware de nueva generación.