2009 no fue un buen año para el sector TIC español. Por primera vez, los ingresos generados por las TIC experimentaron tasas de crecimiento negativas, retrocediendo un 7 por ciento según Asimelec y un 9 por ciento si atendemos a los datos de AETIC.
A falta de conocer los resultados definitivos correspondientes al ejercicio 2010, las estimaciones siguen apuntando números rojos, aunque las últimas previsiones sitúan la caída entre el 1,7 por ciento que estima IDC y el 3 por ciento previsto por Asimelec, lo que supone una importante mejoría frente a las cifras de 2009. El comportamiento de empresas privadas e instituciones públicas durante el pasado año ha reflejado claramente esta situación: el ahorro de costes ha sido su principal preocupación, dando como resultado la congelación de inversiones en ciertas parcelas tecnológicas.
Sin embargo, los tiempos de crisis son también épocas de oportunidad. Así, la recesión ha reavivado el debate sobre la necesidad de evolucionar nuestro modelo productivo hacia una economía del conocimiento donde las TIC juegan un papel esencial para que las empresas puedan garantizar su futuro. De esta forma, el ahorro de costes -tanto operativos como de capital- seguirá siendo una de las principales preocupaciones de los responsables de TI durante los próximos meses, pero no la única. La mejora de la productividad, la diferenciación competitiva y la agilidad en el lanzamiento de nuevos productos y servicios son áreas de negocio donde las TIC juegan un papel protagonista.
Prioridades de los CIO
Mejorar la productividad y la agilidad en las operaciones de la empresa, incrementar la escalabilidad sin agregar complejidad, optimizar la eficiencia energética y proteger la inversión constituyen también prioridades clave en la agenda de los CIOs. Se trata, en definitiva, de apoyarse en la tecnología para fomentar la transformación y la innovación, soportando el lanzamiento al mercado de nuevos productos y servicios, más acordes con la demanda de los clientes, generando nuevas fuentes de ingresos y adelantándose a la competencia.
Para ello, es fundamental la consolidación de recursos tecnológicos y la automatización de procesos, simplificando las rutinas y mecánicas, permitiendo al personal TIC centrarse en ayudar al resto de áreas de negocio a optimizar la productividad y cumplir con sus objetivos de mercado.
Colaboración sin fronteras
Un claro ejemplo de cómo incrementar la productividad es la incorporación de aplicaciones y herramientas de colaboración en las empresas. Las Comunicaciones Unificadas, Telepresencia, los Espacios de Colaboración Web y la Videoconferencia están ayudando a las organizaciones a ser más productivas y efectivas, evolucionando la forma en la que trabajan y obteniendo a su vez un ahorro de costes que pueden reinvertir en cualquier área de la organización para seguir mejorando y creciendo.
Pero además, las nuevas herramientas de colaboración basadas en el vídeo transforman radicalmente la forma en la que hacemos negocios, facilitando el trabajo remoto y la capacidad de trabajo en equipo, algo especialmente importante en la internacionalización de las empresas, especialmente de las PYMEs. Este paradigma necesita además de una nueva arquitectura tecnológica en los centros de proceso de datos, capaz de reducir la complejidad, consolidando recursos, y unificando los servidores, el almacenamiento, la seguridad, la red y toda la gestión en una misma plataforma estándar y modular.
En este sentido, es fundamental modificar el concepto de infraestructura TI empresarial de los últimos años y apostar por la red como plataforma de transformación, donde la virtualización y el cloud computing permitan alcanzar con facilidad el nuevo modelo de las TIC como servicio, más ágil y dinámico, con capacidad de respuesta a los requerimientos de negocio.
Transición de mercado
En Cisco creemos que la capacidad de innovación está estrechamente ligada a la convergencia de redes, aplicaciones y múltiples dispositivos que interactúan entre sí, transformando radicalmente la forma en que vivimos, nos comunicamos, aprendemos y trabajamos. Es así como el sector de las TIC vive una nueva transición de mercado, donde las soluciones tradicionales de voz y datos dejan paso a una nueva generación de productos y servicios basados en la movilidad, la virtualización y el cloud computing, fenómenos trascendentales impulsados por la globalización de los mercados.
Los consumidores son también parte intrínseca de esta evolución -como demuestra el crecimiento exponencial de las redes sociales- mientras la sostenibilidad se hace imprescindible en un mundo donde la tecnología tiene el potencial de reducir las emisiones contaminantes hasta en un 15 por ciento. Esta nueva transición de mercado tiene un protagonista fundamental: Internet como plataforma generadora de nuevos servicios antes impensables, como la telemedicina, la formación a distancia, el teletrabajo o la educación universal.
Empresas y Administraciones debemos apostar por un nuevo modelo productivo capaz de competir en el entorno global y fomentar un crecimiento continuo y respetuoso con el medio ambiente; y las TIC son la clave para ello. No en vano, este sector representa cerca del 7 por ciento del PIB de nuestro país y, según ha indicado recientemente el Ministro de Industria, D. Miguel Sebastián, se convertirá en la segunda actividad nacional en cuanto a aportación al PIB en 2025 -sólo superada por el turismo- creando entre 350.000 y 400.000 nuevos puestos de trabajo de aquí a 2015. Ha llegado el momento de la transformación.
