La ola de la revolución

Luis Almendro, Marketing Manager Huawei Enterprise Iberia.

Publicado el 27 Jul 2015

Huawei headquarters

En primer lugar, desde Huawei España queremos felicitar al equipo de Computing por 20 años de trabajo, esfuerzo y profesionalidad periodística. Además, nos gustaría poner en valor el rol de los medios de comunicación como un importante transmisor del conocimiento científico-tecnológico y, en especial, el papel que ha representado la editorial BPS en España como canal de información clave en el desarrollo del sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación.

Sin duda, hemos de agradecer que Computing haya seguido de cerca la trayectoria de Huawei en nuestro país, desde su llegada hace catorce años, reflejando nuestro compromiso de permanencia y crecimiento en el mercado español. La verdad es que en este tiempo todos hemos evolucionado positivamente, gracias a nuestra habilidad para surfear las olas que venían de frente. Pero aún nos queda un largo recorrido. Paradójicamente, podríamos decir que esto acaba de empezar. Esto es sólo el comienzo de una revolución. Estamos a las puertas de la próxima ola de la sociedad digital.

Las TIC, núcleo de la competitividad empresarial

Se podría decir que las TIC se han convertido en el motor que impulsa el desarrollo de un negocio, promoviendo desde la innovación disruptiva de las empresas, hasta la redefinición del mercado. Esto es así para cualquier corporación, ya sea grande o pequeña, desde un fabricante de automóviles, hasta uno de productos cosméticos. Independientemente del ámbito de negocio y del tamaño, las futuras empresas tendrán que ser primero compañías “de alta tecnología”, aprovechando plenamente las TIC para mejorar y transformarse. De lo contrario, perderán una oportunidad. A medida que vayamos abrazando la próxima ola de la sociedad digital, veremos cada vez más la penetración de Internet en la creación de valor, así como una mayor integración de los mundos digital y físico. ‘Internet +’ se ha convertido en el foco de la innovación de las industrias tradicionales y un punto de partida en su transformación hacia la era digital.

Una nueva mentalidad empresarial en torno al lema ‘todos conectados a distancia cero’

Las empresas tendrán que abrazar Internet como una forma de pensar intrínseca, remodelando sus modelos de negocio en torno al lema ‘todos conectados a distancia cero’. Han de reformar los sistemas externos, rediseñar la gestión, su investigación y desarrollo, y los modelos de operaciones, entre otros. De este modo, se redefinirán cultural y organizativamente. El cambio de mentalidad puede ser doloroso, pero es una necesidad para las industrias y empresas en transición. Cuando amanece un tiempo nuevo, la pregunta no es si se debe cambiar o no, si no lo rápido que se puede hacer el cambio.

Cloud es el futuro

Esta tendencia creará una gran oportunidad estratégica para la industria de las telecomunicaciones, ya que la infraestructura TIC necesaria para los servicios cloud se convertiría en una oferta en sí misma.

Si volviésemos a la historia, concretamente entre 1900 y 1930, veríamos a empresas renunciar a sus propios generadores de energía para usar la electricidad de las centrales eléctricas. Durante los próximos 30 años, esperamos que la historia se repita y que las compañías comiencen a abandonar sus propios centros de datos para optar por servicios Cloud adquiridos. Con la transformación de modelos de negocio basados en Cloud Computing, las empresas TIC se moverán a la nube pública, que representa un mercado de magnitud similar al del mercado de las telecomunicaciones, siendo una oportunidad estratégica de negocio por valor de miles de millones de dólares.

La reforma de la infraestructura TIC

Para las corporaciones y las empresas de telecomunicaciones, la infraestructura TIC es la base donde se apoya su transformación empresarial y su reforma digital. En la era de la información, los datos y su análisis se convierten en competencias básicas para cualquier empresa. Por ello, para explorar el valor de los datos de una empresa, el llamado petróleo digital, la ‘minería’ de datos y la gestión son claves. Gracias al análisis de grandes volúmenes de datos, las empresas están dotadas de una nueva inteligencia para conocer mejor al cliente, llevar a cabo el desarrollo de productos y su comercialización o tomar decisiones contrastadas. En el futuro se digitalizarán todas las actividades empresariales y los centros de datos se convertirán en el núcleo de la infraestructura TIC.

Una vez llegados a este punto me atrevería a decir que todo lo anterior no vale nada. Sí, así es. A pesar de todo lo expuesto anteriormente, para garantizar el éxito de la nueva ola no basta con alentar a las compañías a iniciar un proceso de transformación tecnológica, sino que los gobiernos y el entorno “macro” también han de cumplir su parte de responsabilidad.

El Índice de Conectividad Global 2015 de Huawei muestra que el crecimiento del 20% en inversión de las TIC aumentará el PIB de un país en un 1%. Y es que estas tecnologías representan también los objetivos en los que los agentes involucrados deberían centrar sus inversiones con el fin de transformar de la manera más eficiente sus economías para la era digital.

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Redacción

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