Cuando la pandemia COVID-19 llegó, muchas empresas no tuvieron más remedio que recurrir al trabajo a distancia, invirtiendo rápidamente en tecnología que permitiera a los trabajadores comunicarse y colaborar eficientemente, independientemente de su ubicación. Hoy, es increíble ver lo rápido que se ha hecho la transición a este modelo y lo normalizado que está.
Ahora, cuando la actividad empieza a recuperarse, muchos expertos creen que el trabajo a distancia será una constante en el escenario laboral. En cualquier caso, una cosa que la pandemia ha demostrado es que la seguridad de los empleados es una prioridad. Por ejemplo, Twitter ha dicho a sus empleados que pueden continuar trabajando desde casa permanentemente. Facebook también anunció que todos sus trabajadores pueden seguir trabajando de forma remota hasta 2021 como mínimo.
El teletrabajo nos protege del Covid-19, además de ofrecer muchas otras ventajas de las que se ha hablado largo y tendido, pero, a la vez presenta inconvenientes a los que se les da menos visibilidad. Desde desafíos relacionados con el desempeño del trabajo, tales como una colaboración limitada y la merma de la creatividad, hasta cuestiones personales como la soledad y la sensación de aislamiento, o el reto de mantener la productividad mientras se trabaja con los hijos y las parejas en casa.
Con las herramientas y las prácticas adecuadas, las empresas pueden ayudar a mitigar estas dificultades. Muchas empresas han encontrado formas creativas de mantener a los compañeros de trabajo conectados, productivos y felices incluso cuando están dispersos. Y, lo que es más importante, han aprendido que es fundamental centrarse en prácticas y políticas que aborden las preocupaciones emocionales y ambientales.
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¿Se debilita la cultura de equipo con el teletrabajo?
El teletrabajo es clave para mantener la operativa de una empresa, pero puede no ser tan propicio para mantener o impulsar una cultura colaborativa, creativa y transformadora. La falta de socialización en persona, o incluso virtual, debilita las conexiones entre los trabajadores. La socialización, sin embargo, juega un papel clave en la construcción de la cohesión del equipo. Es vital llevar las videoconferencias más allá de simples reuniones programadas y fomentar el espíritu de equipo utilizando también la tecnología para reunir a los equipos de forma divertida, por ejemplo, con pausas para cafés virtuales, “happy hours” o haciendo un “trivial” al final de la jornada laboral.
Con la distancia también se pierden las conexiones espontáneas que ocurren naturalmente en un espacio de trabajo físico. Los empleados se cruzan en el pasillo o charlan con una taza de café. Estos encuentros casuales a menudo encienden la creatividad y la innovación, como destacó Steve Jobs, uno de los fundadores de Apple: “La creatividad es resultado de los encuentros espontáneos, de las discusiones casuales”. Recuperar la chispa requiere un esfuerzo extra en el mundo del trabajo a distancia.
La difuminación del límite entre trabajo y hogar, el estrés, el aislamiento…
El trabajo a distancia impacta de manera diferente a los empleados. Mientras que una madre o un padre pueden sentirse estresados debido a las responsabilidades del cuidado de los hijos, el trabajador que vive solo puede fácilmente experimentar depresión y soledad. Y cuando las comunicaciones sólo se centran en las tareas laborales, los trabajadores remotos pueden empezar a sentirse como un mero engranaje de la máquina. Replicar en el mundo virtual el contacto personal informal que ocurre naturalmente en un espacio de trabajo físico, requiere más esfuerzo por parte de la compañía que debe diseñar una política de bienestar para los empleados y redefinir la cultura de empresa.
Estar casi permanentemente disponible es otro inconveniente derivado del teletrabajo. Debido a los múltiples dispositivos electrónicos y al gran ancho de banda, la mayoría de las personas son ahora accesibles todo el tiempo. Según un informe de Naciones Unidas de 2017, el resultado es más estrés para los trabajadores remotos, 41% frente al 25% de los trabajadores de oficina. De hecho, el derecho a la desconexión digital se reguló en España en 2018, aunque aún no está implantado de facto en la mayoría de las empresas.
Del mismo modo que las empresas establecen las expectativas para una jornada laboral normal en la oficina, deberían establecer unos parámetros para la jornada laboral en casa que respeten el derecho a la desconexión. Y, en el caso de empleados con tareas de alta prioridad o colaboración con equipos en diferentes zonas horarias, habría que considerar un horario más flexible.
La aparición del trabajador ‘híbrido’
Con el trabajo tradicional entre las cuatro paredes de la oficina ahora en cuestión, el modelo de puesto de trabajo se está transformando en algo nuevo. Los expertos predicen que el futuro lugar de trabajo será un híbrido, con algunos trabajos realizados en la oficina y otros desde una ubicación remota. Un estudio de Humu, una start-up de tecnología aplicada a los recursos humanos, encontró que los empleados son más productivos cuando pueden pasar un día y medio trabajando fuera de la oficina. Esto les proporciona tiempo para las tareas que requieren más concentración, al tiempo que se mantienen conectados con sus compañeros de trabajo y con la cultura de la oficina.
El trabajador híbrido estará conectado y será productivo desde cualquier lugar, manteniendo también un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal. El papel de la tecnología en el futuro del trabajo híbrido es esencial. Las comunicaciones unificadas permiten a los trabajadores comunicarse fácilmente usando cualquier dispositivo o modo, independientemente de su ubicación, ya sea para unirse a una videoconferencia, usar el teléfono, el correo electrónico o la mensajería instantánea. Además, los mejores softwares ofrecen un espacio de trabajo virtual para que los miembros del equipo puedan compartir información, asignar tareas, programar reuniones y gestionar proyectos.
Está claro que la forma en que hacemos negocios se está transformando por la pandemia. Pero lo que no está claro es exactamente cómo. Habrá que trabajar de otra manera para generar oportunidades de negocio diferentes, al tiempo que nos relacionamos con nuestros clientes de forma distinta. En el lugar de trabajo post COVID-19, cada empresa tendrá que encontrar el equilibrio adecuado de políticas y tecnología para su negocio y cultura.