Hace poco más de un año, Brian Chesky, a la sazón CEO de Airbnb, preguntó a los usuarios de su plataforma, por medio de su cuenta de Twitter, qué servicios les gustaría que estuvieran incluidos en Airbnb… y que aún no lo estaban. Muchas de las respuestas apuntaban hacia la misma dirección: que la reserva de un alojamiento pudiera ser abonada, según le toque a cada uno, por los usuarios que lo fueran a ocupar. Dicho y hecho, la herramienta ya se puede utilizar desde las pasadas navidades. Otras empresas, como por ejemplo Uber, ya dan la opción de dividir tarifa y, según los datos de esta empresa, esta posibilidad ya es aprovechada por cientos de viajeros cada mes. Abel Puentes Luberta, es fundador y CEO de MyChoice2Pay, un startup que, aparte de ofrecer varias pasarelas de pago integradas en una sola plataforma, ha desarrollado una nueva pasarela que posibilita el uso del pago dividido como modo de abonar servicios, compras y suscripciones.
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Divvy, una manera de pagar en la economía colaborativa
Para Abel Puentes: “Divvy solo es el resultado del trabajo de intentar adaptarnos a los modos y costumbres de compra del cliente nacido al auge de la economía colaborativa. Hoy por hoy se comparte todo con amigos, familiares, compañeros de trabajo. Con estas personas compartimos casa, coche, eventos, entretenimiento… pero, en el momento de pagar, y hasta ahora, una sola persona había de asumir todo el pago del proceso. Ahora eso se ha terminado. Divvy da la posibilidad de que todas las personas involucradas en una compra paguen su parte alícuota y que, por lo tanto, nadie tenga que asumir todo el coste”.
Costear entre varios una cuenta de Netflix
Pensemos en un grupo de amigos, a los que les gusten mucho las series de televisión, estuvieran interesados compartir una cuenta en una plataforma streaming de entretenimiento que tuviera a Divvy como opción de pago. Adrián Miranda, experto en experiencia de usuario explica que “si la suscripción para este canal se pudiera dividir entre varias personas, quien suscribiera la cuenta podría evitarse varias situaciones embarazosas. Por ejemplo, tener que ir, cada mes, recolectando el dinero entre sus amigos”.
La economía colaborativa, e instrumentos de pago dividido como Divvy, representan a un nuevo y disruptivo modelo económico
Otra posibilidad, muy probable, sería el de tener que afrontar, uno solo de los miembros del grupo, la normalmente cuantiosa suma de dinero que supondría, para la economía de la persona que realizase el pago, alquilar un servicio como un yate o una casa de veraneo. Miranda detalla cuáles serían, en un caso como este, las ventajas de utilizar Divvy como modo de pago “puede darse el hecho de que el usuario no tenga la totalidad del dinero y que por tanto no realice la compra. Con Divvy el usuario podrá dividir la cuenta entre las personas involucradas y que cada cual pague su parte. Esto no solo beneficia al usuario, sino también al comercio, puesto que, de esta manera, no pierde la venta. Por tanto, mejora sus tasas de conversión y evita el abandono en el carrito de compra”.
Adaptarse a las formas de pago del cliente
Así es, ni más ni menos, como el pago dividido ha acabado con las malas caras y los momentos sonrojantes, entre amigos y familiares, a la hora de pagar lo que cada uno ha consumido en esa cena o salida de copas nocturna. ¡Bienvenidos a la Economía Colaborativa! Y es que, sin abandonar el ejemplo propuesto por el CEO de Airbnb, si en EEUU existen en torno a unos 80 millones de taladros domésticos, cada uno de los cuales tiene un uso medio de unos 13 minutos a lo largo de su vida útil ¿realmente necesitan 80 millones de norteamericanos tener un taladro suyo, de su propiedad? ¿no sería, desde el punto de vista económico, mucho más rentable comprar un taladro entre varios vecinos, amigos o familiares y pagarlo a partes iguales o según el uso que, cada cual, vaya a darle a la herramienta? La economía colaborativa, e instrumentos de pago dividido como Divvy, representan a un nuevo y disruptivo modelo económico que amenaza con un cambio de era -a modo y semejanza como en su día lo hicieron las redes sociales- y que tiene como denominador común la compartición entre iguales de bienes infrautilizados o la prestación de servicios de pequeño valor económico, apoyándose para ello en la Red de redes (o sea, en Internet) y en las nuevas tecnologías…. ¿El resultado final? Dividir el pago de la adquisición o disfrute del servicio.