El largo camino hacia la tecnología UMTS

Aunque indudablemente GSM se ha convertido en la tecnología móvil predominante en Europa, ya se han dado los primeros pasos hacia la tecnología del 2,5G, principalmente a través de GPRS.

Publicado el 25 Abr 2001

Las tecnologías que integran el grupo de la llamada generación del dos y medio constituirán un paso fundamental hacia el éxito de UMTS. Aunque indudablemente GSM se ha convertido en la tecnología móvil predominante en Europa, ya se han dado los primeros pasos hacia la tecnología del 2,5G, principalmente a través de GPRS, que en España ya se encuentra en funcionamiento, o HSCSD (High Speed Circuit Switched Data) que, aunque de forma más limitada que GPRS, también jugará un papel fundamental en el camino hacia la 3G en algunos países de Europa. De hecho, se estima que al menos el 70 por ciento de los operadores europeos se decantará por implantar GPRS antes de dar el salto a UMTS.

Por su parte, los operadores que con tecnología TDMA (tecnología que triplica la capacidad de los sistemas analógicos) que tenían pensado optar por EDGE (la llamada 2,75G porque aumenta la capacidad de GPRS) se están encontrando con ciertas pegas ya que esta tecnología no se ha desarrollado tan rápido como estaba previsto. También hay otro grupo de operadores europeos que, ante tanta diversidad tecnológica, están optando por migrar directamente desde GSM hacia la tecnología de tercera generación.

Por su parte, en zonas otras regiones mundiales domina otro tipo de tecnología. AMPS (tecnología de mensajería en sistemas celulares) en el continente americano, CDMA (una tecnología de 2G que permite un mejor aprovechamiento de los recursos de radio de las redes) en Asia y Estados Unidos (que tendrán que migrar como paso intermedio hacia la tecnología 1XRTT que ofrece una velocidad de transmisión de 144 Kbps) o redes PDC en Japón, que han experimentado avances más que significativos desde la llegada del sistema i-Mode en la primavera de 1999. Sin embargo, en Japón habrá de jugar un papel especial la disponibilidad del espectro, que está llegando a su límite, lo que sin duda ha influido en que los operadores nipones estén poniendo todo su empeño en desplegar redes de 3G lo antes posible.
A partir de esta amalgama de tecnologías, los fabricantes de terminales -a los que se apunta como los verdaderos culpables del retraso de la tercera generación- deberán jugar un papel de primer orden y adaptarse a los cambios del mercado. El primero de ellos será el aumento de la competitividad debido a la llegada a este mercado de compañías procedentes de sectores como la electrónicoa de consumo o las TI tradicionales, lo que influirá en un continuo declive en los precios. Es más, los fabricantes europeos tendrán que hacer frente a la llegada de compañías asiáticas, que apuestan por unos precios más ajustados y que cuentan con gran experiencia en los servicios que demandan ancho de banda como la descarga móvil de video y música. Es más, algunos operadores europeos han estado probando sus redes con prototipo de fabricantes japoneses.

También habrá que destacar la diversidad de dispositivos móviles que habrá en el mercado desde los teléfnos básicos hasta los más avanzados con pantallas de mayor tamaño para solventar las necesidades de los usuarios, pasando por los comunicadores, PDAs y teléfonos de última generación con unas funcionalidades avanzadas. Los terminales del futuro tendrán que cumplir una serie de requisitos si quieren responder a las demandas de la 3G. Así, tendrán que ser duales, soportando estándares intermedios como GPRS o 1XRTT, porque inicialmente el despliegue de UMTS sólo se realizará en las grandes urbes, los displays serán más grandes, tendrán mayor resolución para soportar imágenes y vídeoconferencia, además de contar ser al menos 20 veces más potencia en procesamiento y capacidades de memoria y un periodo de autonomía de hasta ocho horas de conversación y 200 en espera.

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Redacción Computing

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