Tras su paso por la Dirección General de Tráfico, Enrique Belda Esplugues, fue nombrado Subdirector General de Sistemas de Información y Comunicaciones para la Seguridad del Ministerio del Interior en 2012, resolución que fue publicada por su condición de alto funcionario en el BOE, el 31 de agosto de dicho año. Detrás de esta subdirección de tan larga denominación, se encuentra una organización cuyo ámbito de responsabilidad son todos los aspectos de las TI aplicados a la seguridad.
Su departamento está formado por 63 profesionales, técnicos expertos, “todos ellos directores de proyecto, desde ingenieros industriales, de telecomunicaciones, físicos, electrónicos e informáticos que llevan en marcha unos 45 proyectos muy importantes”.
Belda se sitúa por tanto en un entorno donde la información sensible, la confidencialidad y la seguridad nacional marcan las reglas del juego. “Tenemos sistemas muy sofisticados y no tanto, pero siempre comunes al conjunto de las fuerzas y cuerpos del Estado”. Una de sus principales misiones es “estar a la cabeza en tecnología, al mejor precio y de la manera más segura”. Por tanto su forma de trabajo siempre es transversal, buscando la tecnología más óptima, con el fin de mejorar las condiciones de trabajo de los agentes.
Como exponente de esto, Belda Esplugues hace referencia al sistema digital de comunicaciones SIVE. Se trata de los equipos de comunicación que portan los miembros de la Policía Nacional, la Guardia Civil y el Servicio de Vigilancia Aduanera, la Unión Militar de Emnergencias y Protección Civil. “Son equipamientos de comunicación homogéneos que han estado a la altura en sucesos tan luctuosos como el 11M o los terremotos de Lorca”, constata el responsable, que añade que “en situaciones en las que los sistemas de comunicación convencionales se colapsan, los SIVE han demostrado su utilidad. Han sido los únicos capaces de establecer contacto con los servicios sanitarios y cuerpos de seguridad, a la hora de coordinar las acciones y evacuar a los heridos”.
El responsable apunta más de 60.000 equipos que van integrados en los coches patrulla. Para nosotros, “el automóvil es una pequeña oficina con un sistema que permite recargar la radio portátil, y que tiene que estar habilitado para establecer comunicaciones de mayor capacidad, y poder poder recabar los datos que en muchas ocasiones no consiguen los dispositivos de mano”. Por ejemplo, estos dispositivos no pueden establecer consultas a unas bases de datos ni tienen capacidad de ancho de banda.
Este proyecto se va ampliar a finales de 2015 con uno relacionado con las comunicaciones digitales de emergencia. “También hemos abordado el estudio de unos prototipos de vehículos que permitiesen mejorar y fueran los núcleos de recogida de información y de consulta, incorporando los correspondientes sensores”, explica Belda. Todo el proyecto de comunicaciones lo está desarrollando la subdirección que dirige Belda con Policía, Guardia Civil y Telefónica, su partner, “con objeto de implementar una serie de innovaciones que nos permitan integrar de manera más ergonómica la tecnología y de darle a la información la movilidad necesaria para la toma de decisiones”. Con ello, el agente en cuestión podrá disponer los datos objetivos para decidir si arresta a un sospechoso o saber qué ruta tomar en caso de una persecución. También están estudiando el acondicionamiento de los vehículos de tal manera que no acaparen espacio y los dejen operativos para el transporte de detenidos. La idea es no seguir el ejemplo de Estados Unidos, “donde los equipos son demasiado voluminosos y complican la maniobrabilidad de los agentes”. Uno de los principales retos para su departamento es conseguir emitir y captar vídeo con la calidad suficiente. Equipos que puedan actuar de forma autónoma tanto en unas redes convencionales como en unas redes de seguridad. La solución a este desafío deberá llegar de la mano del estándar LTE, si bien está tardando en materializarse y convertirse en un canal de utilidad para los servicios de seguridad. “Estamos aguardando a que se nos reserve un espectro radioeléctrico para poder utilizarlo y poder usar un ancho de banda que nos potencie las comunicaciones de emergencia. Además tendrá que desarrollarse el servicio de voz de LTE”. Según Belda, el LTE permitirá la convergencia de Tetra y Tetrapol, que junto a P25, son los tres principales estándares de radiocomunicaciones profesionales. Los más extendidos son el europeo Tetra (Trans European Trunked Radio), liderado por la com pañía Matra, y el estadounidense P25. Tetrapol es un mercado más reducido lo cual implica “pocos clientes y grandes contratos”. Tetrapol se utiliza en Francia, España, Brasil, México y Singapur.
Todas estas iniciativas forman parte de un plan de modernización puesto en marcha por el Ministerio del Interior. Belda alude a un proyecto liderado por él a su paso por la DGT, que consistía en detectar a los vehículos que circulaban sin haber contratado un seguro. “En España somos líderes en muchas cosas. No sólo en productos, sino en ideas. Estamos acostumbrados a que otros países produzcan equipamientos y vehículos punteros. Pero nosotros hemos creado la primera red social de seguridad con carácter profesional, algo por lo que se han mostrado muy interesados en Brasil y en Estados Unidos”.
Otro elemento crucial dentro de la subdirección de Seguridad está conectado con el Big Data, proyectos con los que Belda muestra lógica reserva. “En mi tesis doctoral que consistía en analizar 44 millones de datos, tardé dos años en depurar 22 millones de datos válidos. Consistía en modelizar los comportamientos en carretera sin necesidad de conocer los parámetros geométricos de las carreteras para establecer una prognosis (predicción) del tráfico. Hoy, las herramientas de Big Data optimizan el tratamiento de esos datos. En cualquier actividad que necesita el uso de grandes cantidades de información, aplicamos soluciones de Big Data con desarrollos propios”.
