La telefonía sobre IP ha experimentado un crecimiento considerable en muy poco tiempo. Desaparecidas las barreras que impedían a cualquier operador de telecomunicaciones realizar telefonía sobre IP, todo hace prever que 2006 será un año de cambios radicales en los modelos de negocio del sector. Existen razones esenciales para que este boom, largo tiempo anunciado, se produzca ahora: ya hay una masa crítica de usuarios, las principales operadoras han entrado en el negocio y el sistema funciona.
La telefonía sobre IP ha alcanzado la mayoría de edad en 2005, con un crecimiento masivo en todo el mundo y altos ratios de penetración en Asia. Por ejemplo, en Japón, el mercado de telecomunicaciones más avanzado de Asia, el número de suscriptores a servicios VoIP pasó de 3,1 millones en 2003 a 8,3 millones a finales de marzo de 2005, lo que supone ya el 14 por ciento de las líneas fijas.
En Estados Unidos, existían alrededor de cuatro millones de suscriptores de servicios de telefonía por Internet a finales de 2005 y se prevé alcanzar los 17 millones durante los próximos años, según previsiones de los expertos. Frente a ello, el número de líneas tradicionales fijas -actualmente unos 125 millones- continúa en descenso, debido en parte al crecimiento de las comunicaciones móviles y a la sustitución de teléfonos fijos por IP. Según la firma de estudios de mercado Kinetic Strategies, el número de clientes de VoIP creció a un ritmo del 50 por ciento trimestral en Estados Unidos y se prevé que prácticamente todos los grandes operadores de cable ofrecerán servicios de telefonía por banda ancha a finales de año.
La telefonía sobre IP está ya erosionando el negocio de las operadoras tradicionales. NTT en Japón y PCCW en Hong Kong ya comienzan a sentir sus efectos y, paralelamente, vemos cómo operadoras de distintos países comienzan a retirarse del mercado tradicional de intercambio de minutos al por mayor. En Estados Unidos, Verizon ha informado de la cancelación de 518.000 líneas telefónicas en un solo trimestre, por encima de las previsiones más pesimistas, culpando de ello a la mayor competencia de las empresas de cable. Pero esto es solamente el principio, ya que los ingresos se erosionarán más con el crecimiento de redes de Internet de banda ancha y la introducción de teléfonos móviles 3G preparados para telefonía IP.
Su éxito en Asia se explica por las enormes campañas publicitarias de los suministradores de servicios de banda ancha; en Japón fue la entrada de Softbank, el grupo de servicios de banda ancha, en 2002 lo que provocó su despegue rápido; en otros lugares han sido los logros de Vonage y otras compañías pioneras en VoIP, como Skype, los que han llamado la atención de los usuarios. Su denominador común es una peculiar cadena de publicidad oral, con unos usuarios convenciendo a otros de darse de alta en el servicio y así beneficiarse todos de las ventajas de usar VoIP.
La revolución no sólo afecta a star ups y compañías de telecomunicaciones. Algunas de las mayores empresas de software e Internet están entrando también en el mercado, como son Microsoft, Google y Yahoo. Igualmente antiguos monopolios de telecomunicaciones comienzan a sentir la presión de competidores, operadores móviles y reguladores, acusan descensos de ingresos y ven que su modelo de tarificación por segundo declina. De hecho, no sólo no ignoran VoIP, sino que comienzan a preparar el camino para beneficiarse al máximo de la telefonía por ello.
El intercambio de voz comienza a tener un efecto significativo en el mercado mayorista. Desaparece el concepto de coste asociado a una determinada distancia geográfica en beneficio de la idea de red global y pierde sentido la existencia de intermediarios que compran y venden minutos a comisión. En este contexto, dominado por la reducción de costes y la desaparición de intermediarios, se desarrolla la actividad de compañías como Interoute. El hecho de ser una de las últimas compañías en terminar una red europea (30.000 kilómetros, con 1.000 millones de GB por segundo de capacidad) ha permitido implementar las tecnologías más avanzadas e incluir inteligencia artificial en la red. El resultado ha sido la creación de la primera plataforma Ibérica para intercambio de telefonía sobre IP con tarifa plana, lo que permite establecer alianzas entre empresas o entre operadoras, al margen de los históricos acuerdos bilaterales. Esta tecnología resulta de enorme interés para operadoras de telecomunicaciones y empresas en su estrategia de reducir costes sin afectar a la calidad. De hecho, más de 100 operadoras de telecomunicaciones en Europa y Estados Unidos la utilizan para gestionar más de 150.000 minutos de conversación IP al mes, con la previsión de que será el mayor mercado de intercambio de voz del mundo este año.
Esta fórmula introduce un cambio radical en los modelos de negocio en telecomunicaciones. Se basa en la partición de softswitches y su alquiler a los distintos participantes, que gestionan su tráfico de llamadas como si fueran propietarios, pero sin invertir en red propia. Por ejemplo, la operadora canadiense Allstream está conectada a la red de Interoute en Nueva York mediante una red virtual VVN, desde donde gestiona todas las comunicaciones telefónicas con Europa mediante tarifa plana e intercambia tráfico con otras operadoras.
¿Cuál es el futuro de la voz y de IP? Si la oferta de las nuevas compañías está erosionando la cuenta de ingresos de las operadoras tradicionales, deberíamos preguntarnos quién construirá las infraestructuras en el futuro y cuál será el papel de la telefonía IP. Las principales operadoras ya han comenzado a construir sus redes IP, como la novedosa 21st Century Network del grupo BT, que entrará en funcionamiento en cinco años. Su creciente implicación en proyectos IP eliminará las actuales barreras para hacer negocio conjuntamente, mientras que la introducción de servicios multimedia tales como vídeo y descarga de música compensará el descenso de sus ingresos por voz. La convergencia de redes, elemento final de este proceso, está en marcha. El futuro, multimedia y por banda ancha, ya ha comenzado.