Desde que a principios de 2001 se iniciara la apertura del bucle local, el proceso de liberalización no ha sido precisamente un camino de rosas. Es ahora, casi cuatro años después, cuando ha comenzado a tomar impulso un asunto que se había convertido en la mayor espina clavada en el corazón de la liberalización de las telecomunicaciones.
Los últimos datos que ha podido conocer COMPUTING apuntan a un número de líneas liberalizadas a 30 de septiembre que alcanzan las 70.333, de las que 56.411 son desagregadas y el resto de bucle compartido, lo que supone un salto enorme si tenemos en cuenta que el pasado mes de abril existían sólo 23.300 líneas desagregadas. A partir de ese mes, el proceso ha entrado en una etapa de aceleración amparado por la apuesta que las compañías de telecomunicaciones e ISPs están haciendo por las banda ancha y los servicios avanzados de telecomunicaciones, especialmente para el segmento corporativo. Además, las compañías parecen haber olvidado la crisis iniciada en 2001, justo coincidiendo con el inicio del proceso del bucle local, y han vuelto a apostar por la inversión, a lo que hay que sumar que ahora ya cuentan con un mayor conocimiento que les permite definir con garantías las centrales en las que creen que se generará suficiente demanda y amortizar sus inversiones.
De hecho, el ‘sprint’ desarrollado en los últimos meses queda patente si se contempla que el 31 de julio existían 50.118 líneas liberalizadas, tanto desagregadas como compartidas, para un mes después subir hasta 58.295 (49.650 desagregadas) y a finales de septiembre las citadas 70.333 líneas. Si se tiene en cuenta que, a fecha del 15 de abril de 2003, eran 6.828 las líneas totalmente desagregadas del bucle local y a principios de 2002 únicamente estaba liberalizada la paupérrima cifra de 10 líneas.
Actualmente son 12 los operadores alternativos a Telefónica que tienen presencia en un total de 190 centrales del operador dominante, una cifra muy lejana de las más de 900 que solicitaron en el año 2001 cuando se hicieron las peticiones para liberalizar el bucle local. El que más presencia ha conseguido de líneas liberalizadas es Auna, que supera las 30.000, seguido por Comunitel con poco más de 10.000 y Jazztel, con más de 3.000. En el grupo de operadores que han abierto el bucle también cabe citar a Euskaltel, Ono, Uni2, Colt, Alpi, BT, Albura –con amplia presencia en bucle compartido-, Orange Web Services o Grupalia Internet.
El último informe elaborado por la ECTA, recogiendo datos de hasta junio de 2004 sitúa a España en el octavo puesto en el ranking de líneas liberalizadas entre los 25 países de la Unión Europea con 42.444 en aquel mes de junio, a mucha distancia de Francia, el país que encabezaba la tabla con más de 730.000 tras superar al habitual dominador, Alemania, que cuenta con 650.000 líneas libres. El milagro del país galo a lo largo del último año llama la atención si tenemos en cuenta que un año antes sólo había desagregado 65.000 líneas. Entre las claves del milagro francés, la ECTA cita al cumplimiento efectivo de las normativas existentes, la estrategia de inversión realizada por los operadores entrantes y la apuesta por soluciones de comunicación avanzadas, como televisión sobre ADSL o voz IP, que obliga a los operadores a contar con la principal ventaja que ofrecen las líneas desagregadas, la gestión de las líneas de extremo a extremo.
El informe de la ECTA (European Competitive Telecommunications Association) incide en que las líneas liberalizadas –tanto desagregadas como compartidas- se utilizan en su mayoría para servicios de acceso de banda ancha xDSL, de hecho en España el porcentaje asciende al cien por cien. En los 25 países de la UE los bucles liberalizados suponen el 10 por ciento de las conexiones xDSL, creciendo un nueve por ciento desde marzo de 2004. La ECTA también pone el dedo en la llaga al señalar que aún el 69 por ciento de las conexiones DSL son comercializadas por el proveedor dominante o sus filiales, mientras que el 21 por ciento restante es revendido por otros proveedores alternativos y el 10 por ciento restante comercializado por alternativos con líneas desagregadas.
Además, en España hay que mencionar la fuerte ofensiva de Red Eléctrica de Telecomunicaciones, bajo la marca Albura, que ya ofrece un amplio número de líneas desagregadas y compartidas para terceros operadores, especialmente ISPs al calor de la banda ancha. Sus previsiones son alcanzar para finales del presente ejercicio las 150.000 líneas activas, con presencia en 160 centrales, un número que se ampliará a 300 puntos dos años después.