El bucle local exigirá cuatro millones de pesetas por central liberalizada

El próximo año será cuando los usuarios se beneficiarán realmente de la liberalización de las llamadas locales.

Publicado el 13 Mar 2001

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Cada uno de los operadores tendrá que pagar un mínimo inicial de cuatro millones de pesetas por el acceso a cada una de las centrales de Telefónica. Este coste, según datos de Nortel Networks, apunta que el principal pago deberá de proceder del alta en el servicio de entrega de señal y de la ubicación de la jaula o reja (el lugar donde se instalarán los equipos de los operadores alternativos), conceptos por los que tendrán que desembolsar sumas cercanas a los dos millones de pesetas.

Además, los operadores con aspiraciones de brindar llamadas locales a través del acceso directo deberán sumar otras cuotas como la instalación de tendido de cable interno en las centrales, alta de la prolongación del par o la instalación del PRT y la correspondiente prueba de servicio.

A todo esto habrá que añadir un coste mínimo mensual de alrededor de 140.000 pesetas, además de otros conceptos que aún están por definir como el mantenimiento de los equipos, el acceso a las mismas, etc.

De esta forma, para algunas compañías como Retevisión o Aló, que han solicitado acceso a casi 1.000 centrales, el coste mínimo podría elevarse hasta los 4.000 millones de pesetas, lo que para Aló, alrededor de la cual giran rumores de falta de liquidez, podría convertirse en todo un lastre para su desarrollo empresarial.

Las 2.163 pesetas mensuales del alquiler del par de cobre que tendrán que pagar los operadores a Telefónica sólo es la punta el iceberg, afirmó Gorka Zabalbeitia, gerente de Accenture, durante un encuentro sobre el tema organizado por Nortel Networks.

Por otra parte, todos los indicios apuntan a que la verdadera liberalización del bucle local podría retrasarse hasta finales de año o incluso principios de 2002, según afirmó Arturo Pradana, responsable de Planificación Estratégica de Nortel Networks,

De la misma opinión se mostró Gorka Zabalbeitia al afirmar que será el próximo año cuando los usuarios comiencen a sentir el beneficio de la liberalización del bucle local.
El calendario previsto para el proceso de apertura de la llamada última milla pasa, después de la aprobación por parte de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) de la primera modificación de la OBA (normas que regirán el uso del par de cobre entre Telefónica y el resto de compañías), por las primeras respuestas del operador dominante a las solicitudes de acceso a sus centrales, las negociaciones para lograr el acuerdo entre ambas partes, que podrían extenderse incluso desde después del verano y hasta final de año; el periodo de adaptación física de las centrales afectadas, y finalmente, el inicio del servicio, a finales de presente o incluso principios del próximo. Antes, hasta los meses de veranos, les habrán precedido aproximadamente unos cuatro meses de pruebas piloto del bucle local.

Incluso se da el caso de que en muchas de las 1.000 centrales cuyo acceso para las operadoras alternativas consideradas interesantes -Arturo Pradana considera que el resto no sería rentable económicamente hablando- sólo se pueden instalar equipos de dos o tres operadoras debido a la falta de espacio físico, de modo que habría que habilitar edificaciones anexas.

Además, habrá que superar otros problemas como la cierta indefinición del marco regulatorio y de los procedimientos de actuación o el acceso al bucle compartido (conexión sobre la red del operador dominante que permite a otros operadores el uso de capacidad de transmisión, mientras el dominante mantiene la prestación del servicio telefónico fijo disponible al público) o el sub-bucle local (la parte del bucle destinada a conectar el punto de terminación de red situado en el domicilio del abonado con un punto de conmutación o de acceso intermedio).

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Redacción Computing

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