En concreto, el 47,6 por ciento afirma recurrir al dispositivo únicamente para estar localizado, mientras que el 10,5 por ciento recurre a él en situaciones de emergencias o cuando necesitan realizar una llamada y no tienen al alcance un terminal fijo.
Sin embargo, sólo el 42 por ciento restante reconoce una utilización activa del teléfono móvil. En este caso, el 25,1 por ciento afirma que lo usa para llamar a la familia, mientras que únicamente el 12,1 por ciento realiza un uso profesional para sus relaciones comerciales.
El estudio incide en las diferencias de la utilización del móvil atendiendo al sexo o la edad. Destaca que las ocupaciones y preocupaciones relacionadas con la familia y la casa recaen fundamentalmente en las mujeres, mientras que el 39,1 por ciento de los mayores de 60 años reconoce que lo utiliza para hablar con la familia. Además, es el grupo de jóvenes de 16 a 29 años los que más utilizan el móvil para enviar mensajes y dialogar con los amigos.
Otro dato se centra en que los usuarios del teléfono móvil lo utilizan más bien poco en contraste con su penetración en la sociedad española. Entre un 65 y un 80 por ciento de los usuarios realizan una media diaria de cinco llamadas como máximo, entre las efectuadas y recibidas.
Otro de los aspectos que también llama la atención se refiere al aprovechamiento de las posibilidades técnicas del terminal (agenda, llamadas perdidas, saldo, envío de mensajes cortos, etc.). Sólo el 57,1 por ciento de los encuestados afirma que utiliza los recursos del móvil, mientras que el 43,8 por ciento señala que realiza un uso similar al del fijo. En este caso, son los jóvenes (67,6 por ciento) los que manifiestan mayor aprovechamiento de las diversas funcionalidades del terminal mientras que sólo el 37,3 por ciento de los mayores de 60 años se declara en la misma línea.
