De cómo las personas cambian y otros imposibles

Nuestra última innovación supone poner en el mercado un sistema muy sencillo, que nos puede permitir pagar cualquier cosa desde nuestro móvil.

Publicado el 04 Oct 2010

Quien dijo que los hombres somos animales de costumbres, no andaba muy desencaminado. Y, así, la mayoría de los negocios se sustentan en este principio. Leemos siempre el mismo periódico, compramos en el mismo supermercado, vamos a los mismos bares,…

Las personas que nos dedicamos a la innovación tecnológica, tenemos la suerte de poder cambiar, con nuestro trabajo, los hábitos comunes de nuestra sociedad. Miren ustedes cómo antes el teléfono dependía de un cable y la televisión de una antena y, ¡qué cosas!, ahora esto ha cambiado y es exactamente al revés. Y piensen un minuto para darse cuenta del cambio que ha supuesto en nuestras costumbres.
Pues bien, nuestra última innovación, (que no invento), supone poner en el mercado un sistema muy sencillo, que nos puede permitir pagar cualquier cosa desde nuestro móvil (celular por tierras de las Américas) y hacerlo con mucha más seguridad que a través de cualquier otro medio de pago. A esta innovación le llamamos Tenderoo (horrible, sin duda). Nombre con el que nuestros hombres de marketing juegan al múltiple significado de la palabrita. El canguro alpha, según los aborígenes australianos, y el tendero amable y tradicional de otros tiempos pasados.
Y días atrás, el 30 de septiembre, tuve que contar en una reunión de banqueros, organizada en Miami por la FIBA (Florida International Bankers Association), que esode las tarjetas tradicionales de pago… se pueden copiar y falsificar fácilmente y que, además, tienen un alto coste que se sustenta con unas abultadas comisiones y que, miren ustedes por dónde, este españolito tiene la solución a sus problemas.
Sólo mis canas, que reflejan más de 25 años contando nuevas historias a los bancos, me ofrecen cierta tranquilidad. Al fin, aún recuerdo cuando contaba que el fax desaparecería en unos años y sería sustituido por el correo electrónico. Las caras que veía entonces eran de absoluta incredulidad.
Por si fuera poca mi osadía, realizaré una comparación entre los actuales sistemas de pago móvil y nuestro sistema Tenderoo, y adivinen cuál será el más eficiente. Ganaremos por goleada. Ya digo a nuestros jóvenes gerentes que se aprende de verdad el día que te han echado de algún sitio, aunque…., estén tranquilos, estamos entre caballeros. Al menos esta vez, al menos eso espero.
No falta mucho tiempo para que nuestros pagos no se realicen ya con las típicas tarjetas que hoy todos llevamos en nuestros bolsillos, sino que para ello, a cambio, utilicemos nuestros móviles. El problema ahora es quién es el guapo que primero lo hace. ¿Será posible que cambiemos nuestras costumbres?

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Redacción Computing

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