A partir de hoy Microsoft tiene disponible en el mercado un nuevo sistema operativo. Aunque la noticia no tiene el efecto y el poder de atracción de antaño, cuando cada nueva versión de Windows era una fiesta mayor para el sector, sí va a ser influyente en el negocio de muchos partners en los próximos meses y años.
Al fin y al cabo, es la primera gran renovación de Windows desde 2015. La actualización gratuita para todos los equipos con Windows 10 estará disponible desde ahora. Además, también desde este 5 de octubre se empiezan a vender los primeros equipos con Windows 11 preinstalado, aunque los problemas de abastecimiento de procesadores y otros componentes pueden frenar el impulso inicial que necesita un sistema operativo destinado a gobernar más de 1.000 millones de PC en todo el mundo, que es el parque del que presume Microsoft.
Desde finales de junio ya se sabían algunas de las novedades que hacen diferente a Windows 11 frente a su antecesor. En primer lugar, y al contrario de lo que ha sido tradición en Microsoft, podrá ejecutar de forma nativa aplicaciones diseñadas para Android. Será un catálogo reducido, pero en todo caso supondrá una primera aproximación al entorno móvil de Google. Microsoft quiere reducir incompatibilidades y que la experiencia del usuario sea lo más fluida posible. Es marca de la casa desde que entró en la dirección Satya Nadella, en 2014.
Además, el menú de inicio cambia de formato y posición. Ahora se desplaza a la parte central del escritorio, y también mostrará archivos recientes abiertos con Android o iOS. Otra vez, Microsoft busca la fluidez porque los usuarios de hoy son multidispositivo y recurren a varios sistemas operativos para trabajar o divertirse. Asimismo, Windows 11 integrará Teams, que ha tenido un crecimiento desorbitado desde el inicio de la pandemia, en la barra de tareas.
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Incertidumbre sobre el suministro de equipos
Pero Windows 11 no va a salir en las circunstancias favorables en que lo hizo Windows 10, allá por el verano de 2015, cuando la crisis financiera ya había remitido completamente y la economía mundial y la española se preparaban para un claro periodo de expansión. Ahora estamos saliendo de la corta pero dura crisis que ha dejado la Covid. Y, sobre todo, los mercados mundiales sufren los desajustes que han provocado los confinamientos, las limitaciones de movimiento y las paradas de fábricas y cadenas logísticas.
La noticia de la llegada de Windows 11 no tiene el efecto y el poder de atracción de antaño, cuando cada nueva versión de Windows era una fiesta mayor para el sector
Y eso está haciendo que, desde hace meses, haya dificultad para servir los portátiles y equipos informáticos que usuarios domésticos y empresas demandan. Antonio Cruz, director de la unidad de negocio de puesto de trabajo y seguridad de Microsoft España, resta importancia a esta circunstancia y asegura que desde la compañía mantienen el contacto con el ecosistema de partners y fabricantes de componentes, además de con los minoristas, para asegurar que va a haber dispositivos disponibles a partir de ahora.
Cruz, con el que CHANNEL PARTNER habló hace unas semanas, no llega a precisar cuántas configuraciones hay disponibles en el mercado español con Windows 11, pero sí asegura que serán muchas las marcas que tendrán equipos a la venta en retail a finales de año. Entre ellas nombra a Acer, Asus, Dell, HP, Lenovo o Samsung. Además, recuerda que también habrá equipos Surface, la marca de ordenadores de la propia Microsoft, con Windows 11 precargado.
TPM 2.0 es un requisito inexcusable
Microsoft ha trabajado para hacer Windows 11 un sistema seguro frente a la proliferación de malware. En el plano del hardware, va a pedir que los equipos lleven sí o sí un chip TPM 2.0 para mejorar el cifrado del ordenador. Eso en principio está bien, pero puede complicar la actualización a algunos clientes con equipos que no cuentan con este componente, o que lo tienen, pero desactivado.
Antonio Cruz, de Microsoft, asegura que serán muchas las marcas que tendrán equipos con Windows 11 a la venta en retail a finales de año
En este punto, Antonio Cruz, de Microsoft, insiste en destacar que la seguridad y la privacidad de los datos ha sido un punto “clave” en el desarrollo de Windows 11 y que TPM 2.0 es un requisito inexcusable. Además, recuerda que, aunque un usuario puede deshabilitarlo tras la instalación del sistema operativo, hacerlo dejará desguarnecido el equipo ante los ataques más comunes. Eso sí, en los llamados PC “de propósito especial” o en equipos para escenarios de internet de las cosas, los partners podrán pedir “una exención”, de modo que el equipo se envíe con el TPM deshabilitado.
Oportunidades de negocio para los partners
En un escenario tan cambiante y que depende de la evolución del suministro de componentes y de equipos, así como del ritmo incierto de incorporación de las plantillas a los centros de trabajo, es difícil aventurar cómo se comportará Windows 11 en términos comerciales y cuál será el nivel de adopción que tendrá. En todo caso, la oportunidad de negocio es gigantesca, puesto que hay unos 1.300 millones de usuarios de sistemas operativos de Microsoft en todo el mundo.
Clara Camprovín, del equipo de desarrollo de negocio de Dynamics 365 en Ibermática, está convencida de que la propagación de Windows 11 “será rápida”. “Las mejoras que se advierten en el rendimiento de las aplicaciones en primer plano, navegadores, arranque e incluso en las actualizaciones convencerán a los usuarios”, recalca.
Clara Camprovín, de Ibermática, está convencida de que la propagación de Windows 11 “será rápida”
Y, por último, cabe preguntarse por las oportunidades de negocio que traerá el nuevo sistema operativo a los partners, más allá de la mera reventa de la licencia o del aumento de la demanda de equipos nuevos. Antonio Cruz se detiene, por ejemplo, en los beneficios que traerá a los ISV. “Windows es la plataforma que conecta a la mayoría de los ISV con la mayoría de los clientes en todo el mundo, y Windows 11 ofrece una nueva plataforma API para que los desarrolladores de aplicaciones desarrollen, lancen y vendan sus aplicaciones”.
Además, los integradores de sistemas tendrán la oportunidad de asesorar a los clientes a la hora de diseñar la migración. Y también podrán proporcionar servicios de implantación, administración, configuración de dispositivos y soporte. Desde el lado de los partners, Clara Camprovín, de Ibermática, también señala que Windows 11 trae consigo una nueva plataforma API para que los desarrolladores creen, lancen y vendan sus aplicaciones.