No es la primera vez que pasa que un alto directivo tiene que dejar su puesto por una relación con una empleada. De hecho, muchas corporaciones en Estados Unidos aplican normas de conducta que impiden romances entre altos cargos y subordinados. El último caso ha sido el de Brian, que se ha visto obligado a dejar su cargo como consejero delegado de Intel después de conocerse las revelaciones de la propia compañía sobre el idilio que mantuvo en el pasado el ejecutivo con una empleada.
Aunque la relación era “consentida”, según la compañía, rompe con el código ético y la consecuencia es el despido. A Brian Krzanich le ha sustituido con carácter interino Robert Swan, actual director financiero. Por lo tanto a Krzanich no se lo ha llevado la bajada brusca de la acción debido a las vulnerabilidades encontradas en los chips de la compañía, o la caída paulatina de su negocio original, el del PC, o el no plantear una estrategia convicente a largo plazo en una compañía de la que depende el avance de la computación global. Al CEO, de 58 años de edad y que está al frente de Intel, una de las grandes compañías del Silicon Valley, desde 2013, se lo ha llevado por delante la revelación de la relación por parte de otro empleado.
Curiosamente, las acciones de Intel subieron un 2% tras el anuncio de la dimisión del primer ejecutivo de Intel, pero eso fue debido en parte a que el gigante de los procesadores comunicó al tiempo una revisión al alza sus proyecciones de beneficios. Krzanich, que llevaba en Intel desde inicios de los años 80, cobraba 21 millones de dólares cada ejercicio. Es uno de los salarios más altos de un directivo de cotizada en Wall Street.