La utilización del e-business por parte de las empresas españolas ha crecido un 135 por ciento desde el año 2000 al 2001, lo que representa una ratificación del despegue de esta nueva forma de hacer negocio. Bien es cierto que todavía menos de la cuarta parte de las empresas lo utilizan (23,9 por ciento), y que se partía de una situación de precariedad, con solo un 10 por ciento de las compañías inmersas en el negocio electrónico. Pero todo parece indicar que la tendencia es a seguir creciendo a buen ritmo, ya que la previsión de los consultores señala que para el 2002 el 36 por ciento de las empresas habrán incorporado el negocio electrónico a sus modelos empresariales.
A pesar del optimismo, queda mucho por hacer, ya que según datos de la Unión Europea, la cuota promedio de inversión en TIC se situaba el pasado año en el 2,42 por ciento, mientras que España era la última con el 1,58 por ciento. Por tanto, a pesar del crecimiento, habrá que mantener incrementos por encima del 100 por cien durante los próximos años para alcanzar el nivel europeo.
Otro aspecto a tener en cuenta es que el crecimiento es muy diferente según los sectores, siendo Finanzas el más adaptado al modelo de negocio electrónico. Además es el que más ha crecido ya que sólo el 8,7 por ciento de los usuarios de este sector tenían modelos e-business en el año 2000, mientras que en 2001 la cifra ha crecido hasta el 48 por ciento y las previsiones para el 2002 hacen referencia a que el 68 por ciento de los negocios de Finanzas estén inmersos en el negocio electrónico.
La Administración Pública, en cambio, va más despacio pese a que iniciativas como el Plan Info XXI tratan de fomentar la incorporación del nuevo modelo a sus estructuras tecnológicas. En el último año esta área solo ha crecido medio punto, aunque es necesario señalar que la previsión es duplicar el 12 por ciento actual de utilización en el año 2002.
Distribución, en cambio, ha acelerado sustancialmente y parece haber entendido que el e-business es una gran ayuda al negocio. Así, en el año 2000 las empresas usuarias representaban el 10 por ciento del total mientras que en 2001 esa cifra se acerca al 30 por ciento y será casi del 40 por ciento en el 2002, lo que representará ser el sector que mayor utilización hace del negocio electrónico.
El sector servicios mantiene un crecimiento que podríamos denominar estable, que partía de un 14 por ciento y llegará a un 32,5 por ciento en el 2002. Mientras que Industria, que era la más retrasada en la incorporación del nuevo modelo de negocio (sólo el 7,2 por ciento de los miembros del sector industrial contaban con modelos e-business en 2000), va a acelerar y se colocará, según las previsiones, por encima de Servicios en el 2002.
En números absolutos podemos decir que Finanzas es el sector con mayor implantación de e-business y Administración Pública la que menos, y así será en el 2002 también, un año en el que el 36 por ciento de las empresas en su conjunto tendrán modelos de negocio electrónico. Este dato nos hace pensar en el largo camino que queda todavía por recorrer.
El día 1 de enero próximo el euro será una realidad y a lo largo de este año se han alzado muchas voces de alarma que, según parece, han dado sus frutos ya que tan sólo el 0,7 por ciento de las empresas españolas no estarían todavía adaptadas a la nueva moneda.
Según los datos de nuestra encuesta, referidos a medianas y grandes empresas, el 72 por ciento tienen resueltos los problemas relacionados con el euro, y el 27,3 por ciento están ultimándolos.
El cien por cien de las empresas del sector Finanzas, por la cuenta que les tiene, ya resolvieron el tema, mientras que la Administración Pública, una vez más, se coloca como farolillo rojo y sólo el 40 por ciento de las entidades y organismos están adaptados (aunque el resto están en ello).
Llama la atención que todavía, a mediados de diciembre de 2001, el 1,2 por ciento de las compañías del sector industrial manifiesten no tener resuelto el tema. Lo mismo ocurre con el 1 por ciento del sector Distribución.
Sea como fuere, parece que, con los datos en la mano, no habrá problemas con la moneda única.
