Hace tiempo que el sector TIC ha dejado de ser ese paraíso idílico y prometedor con el que muchos jóvenes soñaban. Ese cuento de hadas en el que parecía que, tras los esfuerzos de conseguir sacar adelante una carrera informática en la universidad daría sus frutos, prácticamente se ha esfumado. Cada vez menos personas eligen esta profesión, a tenor de la drástica caída de las matriculaciones en estos estudios. Además, los profesionales que aquí trabajan cada vez se ven más afectados bien por el cese de su empleo, bien por la reducción de las condiciones salariales y/o laborales.
Tal y como evidencian los sindicatos, las consultoras TIC son las peor paradas, y por tanto, las que más han sufrido los embates de la crisis. Y es que el mayor número de ERE y reducciones de las condiciones laborales y salariales se han producido justamente en este colectivo. Pero no es el único. De acuerdo con fuentes de la Coordinadora de Informática de la CGT, esta situación se debe fundamentalmente a dos cuestiones. En primer lugar, porque la nueva ley laboral permite a las empresas mejorar sus márgenes de beneficio a costa de destruir empleo, rebajar salarios o aumentar la jornada. Además, contribuye a “suprimir molestas garantías laborales y salariales, lo que les permite acobardar y atemorizar más a sus plantillas”, aseguran. Por otro lado, desde la agrupación sindical también entienden que hay que tener en cuenta la responsabilidad que tienen las empresas clientes, ya que en la actual situación exigen renegociaciones a la baja para reducir costes, lo cual también incluye a las Administraciones Públicas. “Los altísimos niveles de subcontratación del sector les dan vía libre para descargar una parte importante de sus propios recortes en plantilla y en salario sobre sus proveedores”, afirman.
Para la CGT, la situación laboral de los profesionales TIC del sector de la consultoría está siendo muy complicada, y con pocos pronósticos positivos de mejora. Denuncian unas condiciones laborales lamentables, como “sobreesfuerzos y horas extra y ampliación de horarios no compensados ni pagados, un trato como trabajador de segunda o de tercera en muchos casos, continua pérdida de poder adquisitivo, asignación de tareas de categoría inferior y/o superior por capricho de nuestros jefes, menosprecio de nuestra labor profesional y situaciones de estrés, acoso laboral, trabajo bajo presión o turnos ilegales de trabajo”.
Además, los sindicatos entienden que la subcontratación no sólo degrada las condiciones laborales, sino que también degrada a la propia profesión, puesto que, en lugar de apostar por la innovación tecnológica, la formación continua y la informática de calidad, “las consultoras han convertido el sector en un juego de pillos. Estas empresas ‘cárnicas’ intentan vender a sus trabajadores como si tuvieran más experiencia de la que realmente tienen, y colar los proyectos sin preocuparse por la calidad. Las matrices intentan pagar lo menos posible y desentenderse de la informática para ahorrarse el trabajo de gestionar su propia actividad”, opinan las fuentes de la CGT. De esta manera, a su entender, la calidad de los servicios informáticos queda reducida a cero. “La voluntad y el esfuerzo por hacer bien el trabajo se acaba agotando cuando nos damos cuenta de que las consultoras desprecian la informática, sólo miran sus beneficios. Lo único que ofrecen a cambio son promesas vacías de desarrollo profesional”.
Las patronales opinan
Igualmente, para el presente reportaje, también hemos querido conocer la opinión tanto de la Asociación de Empresas de Consultoría (AEC) como de la patronal AMETIC a través de sus respectivos presidentes, quedando de manifiesto que ambos coinciden en los motivos anteriormente citados de esa complicada situación. En el caso de la AEC, su máximo responsable, Manuel Pimentel opina que “el sector de la consultoría ha soportado una intensa caída de márgenes sin apenas proceder a despidos. La reducción del mercado ha hecho que sea inevitable llevar a cabo reajustes de plantilla en algunas compañías”, admite. A pesar de ello, Pimentel considera que este “es uno de los sectores de la economía española que más y mejor empleo ha mantenido”, aunque también advierte que “estamos preocupados por la tendencia a la reducción de márgenes, pues ya nos encontramos al límite de rentabilidad. Si se mantuviera esta tendencia, desgraciadamente los despidos continuarían”.
Preguntado por el papel que juega o debe jugar la AEC para evitar la precariedad laboral, su presidente menciona que, entre otras iniciativas, esta asociación “está denunciando el excesivo peso del criterio ‘precio’en las adjudicaciones de contratos de consultoría, un hecho que provoca una progresiva reducción de márgenes, haciendo peligrar la calidad de los servicios prestados y que puede llegar a afectar a la viabilidad de determinados negocios”. A este hecho se suma otra circunstancia que ha afectado al sector, y no es otra que es la caída de las ventas a las Administraciones Públicas en un 8%. “Esta caída debe ser una llamada de atención porque la inversión no debe ralentizarse, ya que necesitan ofrecer a los ciudadanos mejores servicios y más eficaces. La crisis abre un nuevo escenario de colaboración público-privado en el que la subcontratación de servicios públicos puede jugar un importante papel, pero no debe estar solo orientada al ahorro de costes, sino a la mejora de la eficiencia”, afirma.
Por su parte, José Manuel de Riva, recientemente elegido como presidente de AMETIC, también piensa que “la precariedad laboral no la imponen las empresas, sino que viene impuesta por las políticas de contratación de los grandes compradores de productos y servicios tecnológicos, puesto que los contratos son muy ventajosos para el comprador y muy poco beneficiosos para el proveedor, con cláusulas totalmente ambiguas a la hora de concretar plazos y compromisos”. Además, a su entender, los riesgos son cada vez mayores y las garantías y exigencias también lo son. “Todo eso genera mayor precariedad y que el empleo no pueda ser estable y sostenible en el tiempo, porque el mercado está valorando mucho más el precio y la búsqueda de ofertas a la baja. Es un error que estamos pagando todos, pero sobre todo los proveedores, porque, además, estamos hablando de márgenes tan bajos que implican no invertir, y no apostar por el I+D”.
Futuro incierto ¿Cuál será la evolución de estos profesionales en los próximos meses? Manuel Pimentel cree que dependerá de las condiciones del mercado. “Hasta ahora, las consultoras están logrando salvar cuentas y empleo gracias a un enorme esfuerzo en el exterior. Sin embargo, si no mejoran las condiciones en el mercado doméstico, no será suficiente ese esfuerzo en el mercado internacional. Estamos muy preocupados por la evolución y las tendencias del sector este año que comienza”, asegura. Mientras tanto, José Manuel de Riva comenta que “indudablemente esta situación tiene que mejorar, aunque irá evolucionando de acuerdo con el crecimiento del mercado y la propia demanda. Por lo tanto, irá muy ligado a la progresión de la economía nacional”.