SGI visualiza el futuro de la supercomutación

Intel, Linux y LSI Logia, piezas clave de su arquitectura.

Publicado el 03 Jun 2004

Del mismo modo que Matrix sin efectos especiales no sería Matrix, el robot que envió desde Marte las pruebas en las que apoyar la hipótesis de la existencia de agua bajo la superficie de planeta rojo no hubiese llegado a su destino si la NASA no desarrollase previamente simulaciones y visualizaciones similares en sus principios a las que la cirugía más avanzada lleva a cabo antes de operar. Estas son algunas de las aplicaciones que soporta la tecnología de SGI, una compañía que, como Sun, hunde sus raíces en el mundo universitario y que corporativiza el auge, la caída y reequilibrio experimentado por el Silicon Valley en los últimos años, siempre manteniéndose el nicho de la supercomputación -los desktops nunca ha superado el 30 por ciento de su facturación.

Por ese motivo es natural que el 35 por ciento del negocio de SGI proceda del área de Gobierno y Defensa, un 40 por ciento se reparta a partes iguales entre el sector Ciencia e Industria, un 20 -también dividido a partes iguales- provenga de Energía y Comunicación, y sólo el cinco por ciento restante se canalice a través de OEMs. Pero en los últimos años SGI ha tenido que transformarse a través de una reestructuración que acaba de colocar a la firma en el punto de equilibrio. La firma ha pasado de facturar 3.800 millones de dólares en 1997 a ingresar 970 millones de la misma moneda en 2003 y su plantilla se ha reducido en un tercio situándose hoy en 3.100 empleados. Asimismo, la compañía ha reenfocado su estrategia sin variar su objetivo: continuar innovando con un enfoque especial en los procesos de simulación y visualización, que en la actualidad facilita a través de su familia Onyx y los 650 Centros de Realidad Virtual desplegados para sus clientes; así como en Broadcasting y almacenamiento SAN, donde destaca su solución SGI Shared File System CXFS y o SGI Infinite Storage Data Lyfecycle Management Server (DLM Server).

Hace dos años decidimos centrarnos en la supercomputación, hemos vendido las áreas de negocio puramente comerciales y nos concentramos en estos nichos porque nuestra compañía no persigue grandes volúmenes sino la innovación, afirma el CEO de SGI, Bob Bishop, quien explica que la mayoría de las compañías nacidas en los 80 se han trasladado al mercado comercial y eso podría llegar a destruir, incluso, a Sun.

El compromiso con el I+D -destina el 13 por ciento de su facturación-, su apuesta decidida por Intel, la colaboración estrecha con la comunidad de software libre sin abandonar su propio Unix -IRIX-, y la alianza con ATI y LSI Logic en las áreas gráficas y de almacenamiento, constituyen los pilares de su estrategia, después del cierre de su fábrica de Suiza, produce exclusivamente en Wisconsin. Allí nacen las máquinas Onyx y Altix, siendo este último modelo -que ahora llega hasta los 256 procesadores en servidor y los 512 en supercluster- el principal rival de los gigantes de IBM y HP, así como una fuente de ingresos que crece trimestralmente un 30 por ciento.
Pero lo que distingue en esencia a SGI es su apuesta por el procesamiento paralelo frente al vectorial, el concepto de memoria compartida global frente a la compartición de memoria y los hoy cada vez más extendidos clusters.

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Redacción Computing

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