No va a ser una vuelta al cole tranquila para Apple. Aunque esta mañana se hablaba de una sanción de 1.000 millones de euros, la Comisión Europea obligará a la compañía estadounidense a devolver a Irlanda trece veces más esa cantidad, 13.000 millones de euros, por haberse beneficiado de un régimen fiscal favorable de forma ilícita.
La Comisión Europea ha impuesto una sanción ejemplar de aviso a navegantes que deja meridianamente claro que no se arredra ante amenazas externas. Las fuertes presiones y críticas del Tesoro estadounidense han tenido el efecto contrario al deseado y han elevado la multa casi hasta el peor escenario de 17.000 millones de euros previsto por Morgan Stanley.
La decisión de la Comisión, que ha resultado demoledora para los intereses de la multinacional estadounidense, supone el mayor castigo impuesto a una compañía tecnológica por la que considera injusta situación ventajosa de la que Apple ha obtenido importantes réditos. A través de esta decisión Competencia da por concluida una amplia investigación sobre el asunto que ha permitido a la compañía obtener importantes ventajas fiscales a cambio de declarar sus beneficios en Irlanda.
“Los Estados no pueden dar ventajas fiscales a las empresas, da igual que sean grandes o pequeñas, extranjeras o europeas”, ha asegurado este martes la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager en lo que parece un aviso para navegantes para otras empresas que gozan de exenciones fiscales en el país irlandés. La Bolsa ya ha reaccionado con caídas superiores a 2% y a pesar de que no ha alcanzado el techo de 17.000 millones de euros calculado como peor escenario por JP Morgan.
Las reacciones en Irlanda, cuyo sistema fiscal ha quedado noqueado, no se han hecho esperar. “Estoy en profundo desacuerdo con la Comisión”, ha dicho contundente el ministro de Finanzas, Michael Noonan, en un comunicado. “La decisión no nos deja otra opción que recurrir para defender la integridad de nuestro sistema fiscal”, ha añadido. Bruselas considera que Apple declaró en Irlanda la “práctica totalidad” de los beneficios que obtuvo en la UE para pagar menos impuestos. La condición de paraíso fiscal de Irlanda también queda en entredicho y abre la puerta a futuras sanciones a otras grandes multinacionales que se han beneficiado de estas ventajas.
El asunto va más allá de un conflicto entre una empresa y la Unión Europea. La macrosanción también ha abierto profundas disensiones entre Europa y Estados Unidos que ha acusado a la comisión de extralimitarse en el acoso a la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil. La Comisión responde a la cuestión que las leyes son iguales para todos independientemente de su tamaño o nacionalidad y rechaza cualquier acusación de persecución a intereses estadounidenses.