Rosa Carabel (Eroski): “Soy la primera CEO en un sector fundamentalmente femenino”

Rosa Carabel dirige uno de los grupos de alimentación más grandes de España, el Grupo Eroski. Una mujer que ha conquistado el mundo empresarial con su trabajo y esfuerzo, siendo consciente de las diferentes realidades que viven las mujeres en los entornos laborales y de la gran labor que aún queda por hacer.

¿Su meta siempre fue llegar a dirigir una gran empresa?

R. C.: Debo decir que no, aunque es cierto que a medida que fui avanzando en el organigrama de Eroski, mi disposición a asumir nuevos retos y responsabilidades fue aumentando. Lo que siempre he buscado es la seguridad de poder ejercer con acierto y rotundidad el rol que se me asignara, disfrutarlo y tener los recursos -sobre todo a nivel humano- necesarios para poder alcanzar los retos que se me presentaran.

¿Cómo se llega a ser una buena líder?

R. C.: Una llega a ser una buena líder a través del amplio conocimiento y de una visión clara sobre la estrategia de su negocio. Se ha de tener la determinación necesaria para tomar decisiones difíciles y la habilidad de generar confianza y credibilidad interna y externa. Para ello hay que ser humilde y estar siempre dispuesta a aprender y a escuchar a los demás, pero, sobre todo, es primordial rodearse de un equipo adecuado y ser capaz de obtener lo mejor de cada miembro. No siempre estamos preparados para ser líderes, pero siempre podemos aprender si nos lo proponemos.

¿Es más difícil llegar a una posición de poder para una mujer que para un hombre?

R. C.: Aunque tengo que decir que me siento privilegiada en este sentido, porque pertenezco y lidero una cooperativa que, desde sus inicios en el año 1969, ha apostado por el trabajo femenino y lleva los valores de igualdad, equidad, solidaridad e integración en su ADN; soy consciente de que no todas tenemos las mismas oportunidades.

Es necesario que la sociedad, y concretamente las empresas, impulsemos un cambio cultural; porque las capacidades, el talento, las competencias, e incluso el talante, no dependen del género, sino de las personas. Y esta es una cuestión que nos atañe a todas y a todos.

Las cuotas responden a un problema estructural, pero son solo un parche

¿Existe el techo de cristal? ¿Cree en las cuotas?

R. C.: A pesar de que se han dado pasos muy relevantes, el techo de cristal sigue existiendo y la brecha salarial es un hecho objetivo. Afortunadamente, el porcentaje de mujeres en consejos de administración de empresas del IBEX35 en España ha crecido, y actualmente está por encima de la media. También percibo esta evolución en Eroski, donde el 74% de las posiciones de responsabilidad están ejercidas por mujeres. Venimos pisando fuerte.

En cuanto a las cuotas, soy un poco escéptica. Su razón de ser responde a un problema estructural y las cuotas son solo un parche. Para resolverlo hay que trabajar por la corresponsabilidad en el hogar y el entorno familiar, concienciando a la sociedad y a nosotras mismas de que ciertos roles de cuidado que se nos han asignado en el tiempo no son exclusivos de las mujeres.

¿Ha sentido sororidad con las mujeres que se ha encontrado a lo largo de su carrera?

R. C.: Aunque insisto en que me siento privilegiada, sí he sentido mucha empatía con mujeres que han vivido y viven realidades muy diferentes a la mía. He percibido las dificultades. Algunas son tan evidentes, conocidas e incluso, normalizadas, que me generan mucha rabia y desazón. Por ejemplo, el escaso nivel de visibilidad de la mujer en los medios de comunicación o cultura, como la televisión, el cine o los deportes de élite.

¿Es diferente el liderazgo masculino que el femenino?

R. C.: No creo que existan diferencias. Las personas somos únicas, por lo tanto, la forma en que cada persona ejerce el liderazgo, también lo es, y en ello tiene mucha influencia la cultura empresarial en la que haya crecido profesionalmente cada uno. Por ejemplo, Eroski es una empresa de raíz cooperativa, donde formamos a los futuros líderes con un estilo de mando determinado y único. Estoy segura de que todos nuestros profesionales, mujeres y hombres, son capaces de inspirar liderazgo de una forma diferencial.

¿Percibe machismo en su sector?

R. C.: Es curioso. El sector de la distribución es fundamentalmente femenino en la base, pero esa mayoría se va perdiendo a medida que avanzamos en la pirámide de la organización. En nuestro caso, el 77% de los mandos son mujeres, pero si nos centramos en el nivel de directivas y gestoras, este porcentaje baja al 46%. Yo soy la primera CEO mujer en un sector muy femenino, y probablemente Eroski sea un ejemplo a seguir, ya que los dos más altos cargos están ocupados por mujeres: CEO y Presidencia del Consejo Rector, este último ejercido por Leire Mugerza.

¿Qué estrategias ha empleado para llegar a dónde está?

R. C.: Siempre he tratado de conocer bien el negocio, el mercado y al consumidor, viviendo cada día como una oportunidad para aprender y enriquecerme. He tenido siempre claro que las personas son nuestro principal activo y para mí ha sido esencial el trabajo en equipo, nuestra capacidad de evolución en solitario es limitadísima. Y, por último, he intentado siempre actuar con mucho sentido común, templanza y valentía.

¿Cuál ha sido el momento más complicado de su carrera?

R. C.: Mis momentos profesionales más complicados siempre han estado unidos a los de Eroski como proyecto empresarial. El periodo de mayor incertidumbre y de mayores dificultades de nuestra empresa fue entre el 2009 y el 2014 con la galopante crisis de consumo que vivimos a raíz de la crisis financiera mundial. En aquel momento tomamos la decisión de salir adelante, convirtiéndonos en la mayor cooperativa del mundo por aquel entonces.

¿Cuáles son sus próximos objetivos?

R. C.: Que la sociedad vea a Eroski como un referente en términos de igualdad, sostenibilidad y distribución de la riqueza. Perseguimos dar respuesta a las necesidades de un consumidor cada vez más informado y consciente, que apuesta por un consumo saludable y sostenible.