Riesgo de regresión

Por Ambrosio Rodríguez, Director de Computing.

Publicado el 20 Ene 2023

Ambrosio Rodríguez, Director de Computing.

Echo la vista atrás y ojeo algunos de los mensajes que presidían hace algunos años las portadas del sector tecnológico, con la palabra digital escalando a la tribuna de oradores. Tener el apellido digital era sinónimo de andar por la senda correcta. Eran años en los que costaba salir del barro a la espera de la llegada de los tan demandados ‘brotes verdes’. Y como aparición celestial, se produjo la irrupción del término transformación digital. A partir de este punto de inflexión, nos ha parecido bajar por una autopista hasta nuestros días sin apenas baches que nos apartaran de un éxito y evolución continuados. Ya en tiempos más recientes, esta aceleración abría las puertas a un elenco protagonista liderado por la IA, las tecnologías cognitivas, la analítica y todo aquello ligado a lo virtual. Las inversiones en tecnología comenzaban a verse desde otra perspectiva y las organizaciones incrementaban su cuenta de resultados dando la mano a una fuerza laboral especializada como gran aliada y compañera de viaje. Fueron años de bonanza…, pero también de especulación ligada al mundo de las criptodivisas.

El futuro se nos presenta con unas expectativas inciertas de cara a 2023 a la espera de saber el estado de salud de EEUU y de China

Y es ahora cuando hemos aterrizado en un 2023 empujados por un viento favorable que no sabemos si tendrá en este año estación de parada. El año pasado comenzaba con un golpe devastador como es la Guerra de Ucrania, con efectos colaterales en la economía mundial, principalmente europea, y provocaba una crisis energética sin apenas precedentes. El mérito de 2022 es haber tenido que remar con esta lacra. La inflación desenfrenada que se ha producido durante meses ha supuesto que esta sea el principal reto que se ha planteado la economía, tanto española como mundial; y a su lado, otro golpe sobrevenía sin previo aviso, como ha sido el incremento de los tipos de interés. El futuro se nos presenta con unas expectativas inciertas de cara a 2023 a la espera de saber el estado de salud de EEUU y de China.

Este panorama globalizado también incide en las tecnológicas, ámbito donde se observan nubes negras que podrían desembocar en una etapa de regresión. Las Big Tech están dando los primeros coletazos con anuncios masivos de despidos de parte de sus plantillas; hablamos de Meta, Google, Amazon, Twitter -con la marejada que se ha levantado tras su compra por parte de Elon Musk- y Microsoft. Una epidemia que puede tener su efecto dominó en la telaraña de empresas del sector. Y no hay que olvidar el varapalo que ha supuesto el derrumbe del universo cripto, agudizado por la bancarrota de FTX, la tercera plataforma de compraventa de activos digitales.

Pero también es cierto que hay resquicios para ser optimistas en este 2023, un año clave para España si terminan de conseguirse los objetivos de inversión procedentes de los fondos Next Generation EU. El sector público debe beneficiarse ante esta nueva oportunidad que se le presenta. Mientras, lo digital y lo virtual abren paso al metaverso, a la tecnología cuántica y a la consolidación de la inteligencia artificial. Todavía quedan grandes desafíos que afrontar y que invitan a la esperanza.

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Redacción

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