Mucho se ha hablado de la transformación digital durante esta dichosa pandemia. Cambio de modelos de relación, teletrabajo sí o teletrabajo no, productividades mejores o peores, quién debe correr con los gastos del nuevo paradigma laboral, cambio legal, ERTES, recuperación en V, inversiones, desinversiones, ahorros, eficiencias, etc.
Pero apenas se habla de una consecuencia muy positiva, ésta es, el cómo ha influido en nuestro desarrollo profesional, en la evolución de nuestros skills y en la adaptación de nuestras capacidades, el momento crítico que nos ha tocado vivir. Desde luego, hay muchos aspectos mencionables de esta crisis.
Un efecto positivo de la pandemia ha sido cómo ha sacado a relucir la capacidad de adaptación de las personas, de forma individual y colectiva, para adaptarse a una nueva realidad, en la mayoría de los casos no explorada, y desconocida para muchos profesionales. Ha sido increíble ver cómo las empresas han llevado a cabo acciones organizativas de domingo a lunes en numerosas ocasiones, cómo se ha dotado de herramientas a los trabajadores y cómo se ha dado esa flexibilidad y apoderamiento de la decisión (no sólo de la tarea), en cuestión de horas.
Cómo hemos pasado de lo presencial a lo remoto, cómo hemos cambiado las salas de reunión por las “salas virtuales”, cómo hemos minimizado las interacciones y “tirado de recursos propios” para sacar adelante nuestros cometidos a pesar de las dificultades. Cómo hemos sido capaces de mantener los servicios con notable éxito en cualquiera de las facetas de nuestro día a día.
Los equipos de trabajo se han acercado entre ellos y han trabajado de forma colaborativa, priorizando la salud por encima de cualquier otro objetivo, y hemos conseguido acercar a las personas en momentos en los que hemos estado más separados que nunca.
Todo esto tiene mucho que ver con la tecnología. Se han extendido soluciones de firma electrónica, On boarding digitales, plataformas de comunicación y compartición, mejora de las conectividades bajo modelos securizados, mejora de los reportes y uso de CRMs, consolidación de la administración electrónica, apertura de la Telemedicina, consolidación del MK Digital y las herramientas de fidelización de clientes, E-commerce, Digital Banking, logística, etc.
Pero, y ¿cómo ha afectado esta situación a los profesionales? ¿Cómo ha afectado al aprendizaje? Tengo la certeza de que la pandemia nos ha llevado a hacer un proceso de Reskilling y Upskilling de forma “gratuita”, en el sentido de “no coste para la empresa”.
En mi opinión, desde la observación de mi propio equipo, pero también de los clientes y compañías que tenemos alrededor, he visto cómo han surgido muchos líderes dentro de las organizaciones con capacidades diferentes, líderes a los que los compañeros acuden para pedirles ayuda tanto por su conocimiento digital como por su capacidad colaborativa. La pandemia nos ha llevado a mejorar el liderazgo, destacando un liderazgo cooperativo y no solo un liderazgo carismático.
Otra de las skills que se ha desarrollado a marchas forzadas ha sido la capacidad de decisión con un ámbito de incertidumbre muy alto. Llevo casi 20 años trabajando, y jamás he tenido que tomar tantas decisiones, ni he tenido que delegar tantas tareas a mi alrededor al mismo tiempo. Esta situación ha sido generalizada en todos los responsables de equipos, áreas o departamentos de las organizaciones y seguro que nos ha permitido desarrollar capacidades o, en muchos casos, ganar en experiencia adaptándonos a la realidad del momento. La gestión de la Covid-19 nos agrega un bagaje profesional a este nivel que nos hubiera llevado varios años poder adquirir.
Por supuesto han surgido grandes habilidades digitales. Los profesionales han tenido que adaptarse en una semana a procesos de transformación que llevan meses de trabajo en muchas organizaciones, lo cual demuestra, que el cambio en las organizaciones tiene que ver más con las voluntades que con las capacidades que están latentes y todas las compañías se han tenido que dar cuenta de que tienen talento no optimizado a raudales. Las habilidades digitales están al nivel de la experiencia y más si cabe, en los nuevos modelos de trabajo colaborativo y remoto en el que nos encontramos.
La capacidad de comunicación y el medio han cambiado absolutamente. La pandemia nos ha obligado a comunicarnos a través de herramientas digitales y a estar mucho más conectados si cabe, a nuestra red de clientes, trabajadores, candidatos y compañeros, de forma que cubrimos las carencias del contacto personal con un esfuerzo permanente en mejorar nuestra comunicación, nuestro lenguaje no verbal, nuestra capacidad para sintetizar mensajes y hacerlos prácticos.
En esencia, la pandemia nos está haciendo más efectivos en la comunicación y más prácticos. Además, es posible y deseable que estos nuevos hábitos nos ayuden a reducir el presencialismo y a estar orientados al objetivo común y al cometido personal de cada uno de nosotros.