En un país que tiene más de cuatro millones de parados, donde uno de sus principales sectores como la construcción está con respiración asistida, el sector financiero sobrevive lleno de costuras y el turismo está seriamente amenazado por otros destinos más competitivos, las TIC se presentan como el asidero psicológico y real de la recuperación.
Carlos Cano, director de Red.es lo comentaba a Computing recientemente, en 2025 va a ser el segundo sector de actividad en importancia del país, lo cual no es precisamente una bagatela. Dicho esto, y tras la resaca electoral que todavía colea en las distintas Comunidades Autónomas, es vergonzoso ver cómo los políticos se echan los trastos ideológicos a la cabeza y se entregan a la reyerta con ataques personales y en una lucha mezquina por el poder.
Y mientras tanto la casa sin barrer, y agostando los recursos. Ya sabemos que los políticos no miran el largo plazo, sus horizontes suelen venir definidos por los periodos electorales y su visión estratégica se mueve en función de la intención de voto. Pero las TIC, como sector que aspira a ser el segundo gran pilar de nuestra economía en dos lustros, parece que ser que no vende lo suficiente para que nuestros gobernantes consigan ver su trascendencia.
Nos estamos jugando el futuro y ellos siguen discutiendo si ‘son galgos o lebreles’. Nuestro país necesita más que nunca el impulso de las Administraciones del uso de las TIC y de Internet por parte de las empresas, facilitar el crédito a los emprendedores y pequeñas empresas y conseguir unos presupuestos generales acordes a la nueva sociedad digital. Pero me temo que nuestras esperanzas se van a ver de nuevo truncadas por la persistente demagogia de las autoridades y responsables de partido.
