Qué no se debe hacer en una entrevista con un periodista

Tras llevar unos cuantos años escribiendo sobre el sector TIC, entrevistando a directivos que viene y van, me tomo la libertad de dar unas cuantas recomendaciones para el que las quiera tomar.

Publicado el 20 Jun 2011

Se trata de unos pequeños consejillos sobre lo que no se debe hacer en una entrevista con la prensa, fruto de mi experiencia, puesto que todo lo que expongo han sido situaciones reales. Eso sí, omito nombres para no herir susceptibilidades, -aunque alguien habrá que se sienta identificado-, y desde luego dadas las palabras que caben, son sólo unas cuantas sugerencias, por lo que más de una se queda en el tintero.
No subestimar el aspecto del periodista
El que el periodista sea joven, mayor, o una niña, o vaya desaliñado, o al revés, sea “pijo”, no es óbice para pensar que no tiene ni idea de tecnología. Tuve un conato de entrevista con un “supuesto gurú” del software libre. Él quizás esperaba un “linuxero” y lo que entró en la sala fue una chica con traje de chaqueta. Torció el hocico y tras tres respuestas de monosílabos, -obviamente no le apetecía hablar conmigo-, di por concluida la visita. No se publicó nada.
Prepararse una guía de mensajes
Cierto que era lunes, cierto que la compañía estaba próxima al “quiet period”, y cierto que el presidente de dicha organización podría tener otros asuntos en la cabeza, pero en la primera y tan manida pregunta sobre los resultados económicos de la empresa, nunca contestar: “No se qué me estás preguntando”, y quedarse en blanco. Momento de pánico, café, reunión precipitada con marketing… y respuestas escuetas. Conclusión: entrevista arruinada.
No contar todo en la primera pregunta
Muchas veces los nervios, el deseo de agradar o tener prisa pueden jugar malas pasadas. Hay directivos que cuando se les hace la primera pregunta, cuentan todo y lo que no tiene nada que ver, con lo que la entrevista suele finalizar pronto, bien porque el periodista no tenga más preguntas (tras media hora de respuesta obviamente ha contestado a todas las dudas), bien porque el entrevistado ya no sepa qué más contar.
Si se apaga la grabadora, finalizar
Relacionado con el punto anterior, avisar de que si tras un largo periodo de charla la grabadora analógica salta es porque se ha terminado la cinta, o si el periodista apaga la digital es porque ya tiene suficiente información. Y ahí hay que dar por concluido el encuentro. El responsable de una firma española estaba tan emocionado hablando, que mandó traer otra cinta para seguir grabando a pesar de mi cara de espanto. Ya había consumido una cinta de 90 minutos. La entrevista tardó en publicarse tres meses, y fue un compendio.
No infravalorar el nivel de inglés del periodista
Aunque este punto se da más con los dirigentes internacionales, la fórmula No sabe inglés (porque lo habla mal), No pierdo el tiempo con este periodista, no es igual a No sabe de tecnología y/o de su empresa. Y nosotros, por supuesto, tampoco perdemos el tiempo.
No decir “me alegro de que me haga usted esa pregunta”
Señores, queda mal.
No saludar en encuentros posteriores
Sobre todo si la entrevista sucedió recientemente. Una hora y media estuvo hablándome una directora general sobre lo líder que era su compañía, lo fuerte y competitiva, y lo buenísimos que eran sus productos. Todo con una sonrisa de las llamadas “Profidén”, llena de lisonjas y adulaciones. Una semana más tarde, en un evento del sector, “si te he visto, ya no me acuerdo”, y eso que la prensa allí presente nos acercamos a saludar. Mala memoria, puede que se llame por ambas partes.
No presionar con asuntos de publicidad
A pesar de la crisis no es conveniente apretar las tuercas forzando una entrevista con algún responsable español o “guiri”, haciendo uso de si se pone o retira la publicidad. Eso son palabras mayores, que sí o sí, siempre pondrá al periodista en su contra.

¿Qué te ha parecido este artículo?

La tua opinione è importante per noi!

Redacción

Artículos relacionados

Artículo 1 de 5