“Ha llegado para quedarse”, esa es la gran frase, la gran conclusión a la que analistas, expertos y directivos (incluyo a muchos periodistas) llegan para determinar el éxito de una tecnología y todo queda bien zanjado, como el lacre de las cartas papales de inmemoriales tiempos, para testimoniar una verdad inmutable. Neil Young cantaba su memorable “My My, hey hey, rock and roll is here to stay”, y recuerdo que Bob Dylan también se ha prodigado con ese verso recurrente. Pero quiero proclamar a los cuatro vientos de la web que siento hastío cuando veo que todo el mundo recurre a esa muletilla para parecer que está en el cotarro, que es in y no out. La web ha llegado para quedarse, y no digamos el big data, la inteligencia artificial o el metaverso. Pues sí, cuando llegan las novedades normalmente son para quedarse, como esa visita que no hay manera de echar en Nochebuena, “bueno voy a hacer la cena, si me disculpáis, que estos señores tendrán que marcharse…”. Y al final se terminan quedando a vivir en casa y te cambian los muebles y las cortinas, lo mismo que las innovaciones tecnológicas.
Para ver cuánto está de difundido este cliché en español tecleé en el buscador de Google la frase y salieron 15,8 millones, mientras que en inglés el resultado ascendía a 6,8 millones, un dato sorprendente, ¿será que los hispanoparlantes somos menos originales y caemos en el tópico sin ningún tipo de remordimientos? Podéis repetir la experiencia en periódicos digitales y veríais alguna sorpresa que otra. El caso es que a la gente le gusta recurrir a los latiguillos, por economía mental o por no tener nada nuevo que añadir, que suele ser la más de las veces y que sirve de recurso para tratar de aparentar conocimientos de los que carece. Tampoco exijo que las personas sean Shakespeare o Cervantes, pero al menos, y hablo del terreno estrictamente profesional, sería bueno huir de estos estereotipos que empobrecen los discursos y los hacen muy monótonos. En fin, ya acabo mi perorata, y espero que mi recomendación haya llegado para quedarse.
